Partida Rol por web

las oscuras y peligrosas calles llenas de zombies

Abel, decidete: Vienes a la tienda de armas a morir como un macho o te quedas en el bar a morir como un perro?

Abel sigue corriendo detras de Juan, puede que sea descabellado pero la tienda de armas puede ser la unica oportunidad que le brinde para sobrevivir.

Que la santa nos guarde...

Martillo y porra en mano Abel y Pancho dejan atras a la parejita y se dirigen a la tienda de armas. Cautelosos, furtivos, con los sentidos alerta y parandose a escuchar detras de cada esquina antes de doblarla. 

Pancho se se ha hecho con un pequeño trozo de espejo del que se vale para observar sin asomar la cabeza... 

la horda está en las calles...

La horda estaba en las calles....

Habia sido una mala decision no meterse en el bar...de todos modos esconderse en una ratonera no nos serviria de mucho, la velocidad era esencial, si piensas demasiado mueres, eso lo habia aprendido en la carcel en Mejico. No había vuelta atras.

Pancho observaba con un trozo de cristal detras de una esquina. Los zombis tropezaban entre ellos y gemian hambrientros. Dos calles, doscientos metros en linea recta los separaban de un refugio seguro con un arsenal completo de armas de fuego. Podia distinguir el letrero iluminado por las farolas parpadeantes: "Armeria Suarez" --Bonito nombre, gente séria, escopetas de caza y rifles deportivos como minimo-- pensó.

Miró hacia Abel, su rostro delgado estaba surcado de regueros de sudor. Era un tipo ágil, de eso no habia duda. Sus ojos reflejaban determinacion mezclada con horror, como un animal acorralado, pero manteniendo el tipo. sabia tan bien como el que era luchar o morir tarde o temprano.

Estaban agazapados en una zona oscura. la farola que debia alumbrar esa esquina estaba derribada por un coche estrellado que rezumaba aceite de motor y gasolina....

Oye wei...tu fumas, no? dame un cigarro y el encendedor.

Abel estaba confuso pero echó la mano al bolsillo automaticamente. Adrenalina..., le haria falta.

Toma pintura, dos botes pa ti y dos pa mi. Coge uno en cada mano. Cuando el deposito estalle en llamas salimos como alma que lleva el diablo en direccion a esa tienda de allá al fondo. Si se te acerca una de esas cosas la rocias la cara sin parar de correr. Esto sera como un partido de rugbi, pero con juego sucio. Solo nos sirve un touch down, y si fallamos...hizo una pausa...cada uno cuidara su culo. Si fallamos mejor que muramos despedazados.

Abel asintió con la cabeza.

Pancho encendió el cigarro, le devolvió el mechero a Abel, estrechó su mano con firmeza y encontró la misma firmeza en su compañero.

Por un segundo se acordó de su abuela, allá en mejico. Ella rezaba por él.

--"Santa muerte, concedenos una buena muerte a los valientes..."--

Lanzó la brasa encendida al charco de gasolina y  una llamarada surgió instantaneamente, rugiendo, como una respuesta sobrenatural del mas allá....

Los dos se lanzaron a su destino.

Los dos echaron a correr con el fuego a sus espaldas. Inmediatamente los zombis se giraron hacia ellos y avanzaron moviendo sus brazos dislocados, abriendo y cerrando sus bocas inmundas con el brillo de las llamas en sus ojos.

Cuando alcanzó el primer grupo de muertos Pancho corrió en zig zag como regateando con un balon invisible en los pies. Se deshizo de los zombis con facilidad, los dejó atras y siguió corriendo. Se dió cuenta que era mas facil esquivar muertos vivientes que futbolistas, y el futbol era la unica cosa buena que habia hecho de pequeño en su barrio. Parecia que los podridos no lo veian hasta que los tenia muy cerca, miraban el resplandor del fuego...

Pero la calle era muy larga, otro grupo de seis o siete muertos que estaban devorando alguna cosa delante de un escaparate de ZARA le vieron venir y corrieron hacia el como ratas hambrientas desde un lateral.

Obligado a moverse en diagonal corriendo hacia la acera contraria, se dió cuenta de que no podria pasar y le cerrarian el paso contra la fila de coches aparcados que ocupaba esa calle del centro por completo.....

Saltó encima de uno de los coches y corrió hacia delante por encima de los techos, saltando de coche en coche. Comenzaron a saltar las alarmas. A medida que corria cada coche al que saltaba sonaba detras de él WEOWEOWEOWEO!! mientras se encendian y apagaban faros e intermitentes de audis, bmv,s y demas coches de alta gama. Los zombis estaban confusos y descontrolados, gorgoteando y gimiendo, mirando en todas direcciones sorprendidos de tanto alboroto y flashes de los faros de xenon. Los pocos que se dieron cuenta de que iba una persona corriendo por encima de la fila de coches apenas alcanzaron a intentar tocar a Pancho, que literalmente volaba.

Cuando se acercaba a la tienda de armas se dió cuenta de lo realmente serios que debian de ser sus dueños: Estaba cerrada y era un puto bunker con persianas de reja de acero....

Justo al lado de la tienda de armas habia otro local mas pequeño que ocupaba el entresuelo, la puerta estaba abierta hacia adentro y se veian un par de escalones que daban a una habitacion.

Saltó del ultimo coche sin mirar atras y asomó la cabeza por la puerta, era un negocio pequeño, de un rapido vistazo pudo observar varios muebles y estanterias por el suelo, una maraña de cables y lo que parecian ser televisores tirados a la luz parpadeante de los tubos fluorescentes, no parecia haber zombis dentro, se fijó en la pared del fondo.

Una bandera pirata de buen tamaño ocupaba toda la pared, con un parche en el ojo y las tibias cruzadas.

La calavera parecia sonreirle.

Entró y se preparó para cerrar la puerta, entonces miró afuera.

¿Donde estaba Abel?

cansado de esperar por mi compañero y creyendolo ya en garras de la horda he decidido no esperarle mas.

ha pasado suficiente tiempo para que ya sea uno de ellos

asi que pancho cierra la puerta del localucho donde se ha metido y se queda encerrado y solo....

con el martillo de obra en la mano