Josh estuvo disfrutando ya no sólo de tus atenciones sino de la mera visión de tu lindo rostro y esas expresiones de placer mientras jugabas con su enhiesto falo. El empujón no había vuelto a repetirse pero en cierta forma te hacía notar que era un tanto posesivo.
Con tus últimas lamidas y esa propuesta el joven sonrió levemente, acompañando el gesto con una mirada lasciva. Con sus manos te ayudó a levantarte, acercando tu cuerpo a la pared, enredando entonces sus labios con los tuyos en otro beso.
- Puedo hacer ambas cosas, amor.
Optó por arrodillarse él ahora e inmediatamente hundió dos dedos otra vez en tu sexo, mientras pegaba sus labios ahora a tu vulva, iniciando un intenso despliegue de sensaciones que recorrieron tu piel logrando que tu cuerpo se estremeciera. Josh parecía dispuesto a que la pasión tomara del control del encuentro y la velocidad con la que hundía sus dedos en tu sexo así lo demostraba.
- Lo que pasa...
Comenzó a decir mientras con su lengua lamía tu botoncito tras haberlo rodeado en varias ocasiones.
- Es que esta postura no la puedo grabar...
Tu amante dejó de hablar, concentrándose en la tarea de hacerte disfrutar y así lo estuvo haciendo durante un rato, de tal manera que tu vagina se había inundado de sus propios fluídos. Este hecho no pareció pasar desapercibido a tu compañero.
- Voy a...
Se incorporó dejando la frase a medias, al igual que las anteriores. Entonces agarró su mango y lo introdujo levemente, apartando los rosados pliegues de tu flor. Bajando su rostro rodeó con su boca tu pezón derecho y lo succionó, dando un poco de tiempo. Enseguida se incorporó y empujó un poco más su miembro.
- Me gusta cuando estás tan húmeda.
Señaló empujando más, buscando hundirse en tu interior, reclamando su recompensa por todo el trabajo que había realizado para prepararte.
Era imposible que Josh no me pusiera a mí o a cualquier otra mujer del mundo; no solo era increíblemente atractivo, sino que además era atento y se preocupaba de que ambos estuviéramos disfrutando de la situación, fuese esta sexual o de cualquier otra naturaleza. Lo hacía todo tan sencillo que lograba que yo me olvidase de todo lo que no fueran nuestros cuerpos y la pasión que desprendían nuestros actos.
El volver a sentir su lengua jugando con la mía me provocó un cosquilleo en la entrepierna, que ya estaba lo suficientemente mojada como para poder empezar; en realidad, solo con habérsela comido ya tenía el cuerpo listo para la acción. Por suerte para mí, él no lo convertía todo en un mete-saca, sino que cumplía con todo lo que pidiese del mismo modo que yo lo hacía.
Apoyé la cabeza contra la pared cuando su boca comenzó a jugar con mis pliegues, provocándome un placer difícilmente descriptible. Cuanto más empeño le ponía más me temblaban a mí las piernas, incapaces de mantenerse firmes ante tanto placer. Siguió con su rollo de dejar las frases a medias mientras disfrutaba de mi cuerpo, y eso me ponía a mil. Lo agarré del cabello con suavidad mientras con mi otra mano me masajeaba uno de mis pechos incrementando el placer.
-Tendrás oportunidad de grabar muchas otras, cariño.
Se mantuvo así, dándome placer, hasta que alcancé el primer orgasmo del encuentro. Me mordí los labios para que los gemidos no fueran demasiado audibles ahora que estábamos rodeados de nuestros amigos, pero Josh era mucho Josh. Para cuando se incorporó mi piel estaba rosada y mi boca ansiaba lamer la suya. Noté que su enorme miembro comenzaba a abrirse paso hacia mi interior y gemí en su oído antes de darle un suave mordisco en esa zona.
-Es muy fácil estar preparada para ti.
Enrosqué una de mis piernas mientras se introducía en mí y, cuando lo noté aun más dentro, terminé de subir la otra para quedarme enganchada a su cuerpo. En seguida volví a gemir porque notar todo su robusto paquete dentro en esa posición me hizo ver las estrellas en el buen sentido.
-Joder, cariño, cómo echaba de menos esto.
Le mordí el labio inferior y aproveché que estaba bien sujeta con mis piernas a él para ir subiendo y bajando utilizando las caderas. En realidad al lado de un cuerpo como el suyo yo parecía bastante pequeña a pesar de no serlo, pero parecía que él y yo teníamos tanta compenetración que podía manejarme como si nada. Eso lo hacía todavía más atractivo.
Cuando Josh introducía todo su miembro en tu interior la sensación era de placer incontenible. Tu otro amante preferido era sin duda más dominante pero este joven manejaba la situación con tal pericia, aprovechando sus dotes intelectuales y físicas para llevarte al límite. Habías orgasmado ya una vez, momento en el que él había sujetado tus caderas y se había seguido hundiendo acompasándose a las necesidades de tu cuerpo.
Consciente de que el primero era el más difícil de lograr, el hombre parecía dispuesto a alcanzar un segundo. Josh llevó tus manos hasta tus pechos y entonces las apretó, causando que tus manos estimularan tus propios senos. Tu gesto le había resultado excitante y ahora forzaba él a que lo repitieras. Solo que al final, besó tus labios con pasión mientras te empujaba con fuerza tratando de estremecerte.
- Acaríciate el clítoris. Con las dos manos.
Cogió una de tus piernas y la elevó, apoyándola entonces en su propio brazo. De esta manera hizo tu sexo más accesible para tus penetraciones. Aunque ahora te sostenías sólo con un pié y sabiendo eso te rodeó de la cintura.
- Te grabaría ahora para que pudieras ver lo hermosa que estás.
Ya estaba demostrando un excepcional aguante, penetrando tu sexo con velocidad, sabiendo lo que estaba haciendo, que era sumirte en el éxtasis.
- Y escuchar tus gemidos. Son adorables.
Te besó una vez más, alargándolo esta vez.
- Me llaman "afortunado" pero es porque te tengo a tí.
Dijo con un tono de voz cariñoso.
Las atenciones de Josh no cesaban en ningún momento, y eso provocaba que siguiera encendida a pesar de haber alcanzado el primer orgasmo. No dejaba apenas distancia entre nuestros cuerpos y eso me servía para acariciar su trabajado torso, excitándome aún más: tenía un cuerpo perfecto.
Cuando subió mis manos para que continuara sobándome los pechos le dediqué una sonrisa y utilicé las yemas de los dedos para pellizcarme los pezones con algo de fuerza, provocándome un escalofrío. Luego pasó a pedirme que me acariciara el clítoris, y mis manos fueron descendiendo de un modo lento y agónico, haciéndole esperar para ver eso que estaba deseando tanto.
Me apoyé contra el brazo que me rodeaba para garantizarme la estabilidad que me faltaba al estar solo sobre una pierna, y comencé a masajearme la entrepierna con movimientos circulares que rondaban la zona del clítoris.
-Estoy segura de que tienes cientos de grabaciones que puedes enseñarme. Además, yo preferiría que te enfocaras a ti. Eres increíble.
Y lo decía en serio, Josh era estupendo en todos los sentidos. Mis palabras sonaban lentas, entrecortadas por algunos gemidos que se escapan sin control cuando la velocidad aumentaba. Al final opté por masturbarme con una única mano y dirigí la otra hacia sus testículos para estimularlos.
-No me digas esas cosas, me vas a poner roja. Más roja, mejor dicho.
Y aumentó la apuesta justamente cuando me dedicó las últimas palabras que hablaban sobre lo afortunado que era de tenerme. Sentí una pequeña punzada de culpabilidad en ese momento porque yo me debatía entre él y Ned desde que tenía recuerdos porque cada uno de ellos me aportaba algo diferente. Intentando no pensar más en eso hundí mi lengua en su boca en lo que era un beso pasional de manual.
-Me encantas. Te necesito muy cerca de mí- acabé susurrándole al oído para luego descender a su cuello con mis labios para marcar mi territorio.
Tus dos amantes parecían cumplir con creces mientras te poseían. Josh no dejaba de besarte mientras estimulaba tu cuerpo logrando que temblaras. Tu entrepierna ardía cada vez que os deslizábais uno contra el otro, deseosos de sentir vuestros sexos unidos.
- Haré que orgasmes, amor. Adoro cuando llegas a él. Tengo muchas grabaciones de eso. Y de cuando logro que chorrees.
Debía de tener toda una colección tuya. Casi pensabas que lo vuestro no era investigar realmente sino que os largábais al "laboratorio" a "aprovechar" el tiempo. No te cabía duda de que los descansos entre investigaciones debían de ser muy calientes.
Queriendo explicar a qué se refería, Josh giró tu cuerpo y te hizo avanzar. No sabías bien si iba hacia la cama, mas no, lo que pretendía era colocarse frente al espejo. Te colocó de espaldas a él, todavía de pie. Entonces con sus dedos comenzó a estimular tu clítoris a gran velocidad.
- Orgasma, amor.
El hombre mordió ahora tu oreja y después de eso aceleró el ritmo, dispuesto a matarte de placer. Tu vagina estaba completamente llena y tu clítoris ardía ahora también. Podías ver en el espejo tu propio rostro y el suyo detrás, observando atento tus reacciones.
- No podrás evitarlo. Seguiré así hasta que lo hagas. Ya sé... dónde tengo que tocarte y cómo hacerlo.
En efecto todo tu ser estaba al límite. Josh te estaba llevando al cielo de la mejor forma posible. Era un experto en tu cuerpo. Lo conocía al detalle y sabía cuál era el ritmo justo que necesitabas.
- No grites que te oirán.
Añadió al final con una sonrisa de índole lujurioso.
Me habría sonrojado por las palabras de Josh de no ser porque ya estaba colorada por toda la pasión con la que nos entregábamos el uno al otro. Sentir las embestidas de su miembro provocaba que mi cuerpo se contrajera del gusto. Me había preguntado cuánto tiempo nos habríamos dedicado a conocernos el uno al otro en el territorio sexual porque en esos momentos era cuando tenía claro que debíamos haber pasado largas horas –sino días-.
Me puso delante del espejo, haciendo que nos pudiéramos ver el uno al otro en medio de toda esa oleada de placer. Tan solo su rostro ya me encendía completamente, pero eran sus penetraciones las que me decían que me haría orgasmar en apenas unos segundos.
-Sí, joder, Josh.
Aproveché para manosearme en esos segundos en los que notaba que me estaba corriendo y que así Josh me pudiera contemplar con el espejo; si quería utilizar su imagen para encenderme, yo también le haría lo mismo.
-No seas malo, lo quiero todo dentro.
Intenté no gritar con mis gemidos, por lo que me obligué a morderme el labio y eché la cabeza hacia un lado para que Josh me mordiese el cuello y así acabar de la mejor forma posible.
Tu sexo se había encendido al máximo, estallando al llegar hasta la cumbre del placer. Podías sentir a tu hombre llenando toda tu vagina pero necesitabas todavía más. Tu cuerpo deseaba recibirle del todo pues Josh había estado conteniéndose, más ahora pudiste contemplar en el espejo cómo iba cediendo él también.
- Te voy a llenar, Amor. Ggg.
Su respiración se había acelerado al máximo y también sus movimientos. Josh llevó sus labios a tu cuerpo besándolo con fruición pero enseguida lo que hizo fue agarrarte de la cintura a la vez que cedía, gruñendo mientras empujaba con fuerza.
- Amyggg.
Le viste cerrar los ojos con fuerza mientras se iba completamente. Sabías que ahora sí, su semilla se estaba esparciendo por tu interior y ese conocimiento te llenaba de un placer indescriptible que se combinaba con el de tu reciente orgasmo.
Josh orgasmaba bien dentro de tu cuerpo mientras podías observar su expresión de total descontrol, la cual duró unos pocos segundos. Al final pareció liberar toda la tensión y su ritmo comenzó a disminuir.
- Amy. Te quiero. MMmm.
Volvió a buscar tu cuello como si hubiera dejado una tarea pendiente, para poder completarla besándote mientras su miembro viril iba deslizándose lentamente dentro tuyo, tratando de alargar el placer.
Josh aguantó el ritmo y la potencia hasta que me hizo ver las estrellas y ya, cuando yo orgasmaba, él comenzó a fundirse en mi interior. Sus movimientos se volvieron más potentes y sus palabras llenaron mis oídos a la vez que yo gemía presa del placer.
-Josh, sí, Dios.
Seguimos así unos instantes más hasta que ambos quedamos satisfechos y extenuados por el esfuerzo de entregarse al otro. Le escuché decir que me quería y un atisbo de culpabilidad me llenó durante unos segundos puesto que yo era incapaz de recordarle tan bien como me gustaría. No pude responderle que yo también lo hacía, pero sí que acaricié su rostro y entrelacé mi mano con la suya. Lo cierto era que me llenaba de una sensación cálida y de comodidad, por lo que su cercanía era algo que buscaba mantener.
Deberíamos, ahora sí, ducharnos y ponernos manos a la obra, pero necesitaba un descanso. Gracias, cariño- dije finalmente antes de darle un beso en los labios.
No tenía ganas de separarme de él pero lo hice haciendo un esfuerzo titánico. Me acerqué tirando de él hasta la ducha para volver a abrir el grifo de la ducha, y luego le hice un gesto con la cabeza por si quería adentrarse conmigo. Me quedé mirándolo unos instantes y admiré su hermoso cuerpo ligeramente perlado por el sudor, tal y como estaba yo. Su miembro seguía perfecto y casi dispuesto a un segundo asalto, algo que yo aceptaría de buen agrado de no ser porque teníamos compañeros desaparecidos y había que marchar a buscarlos.
Tras el caliente encuentro sexual en el que una vez más uno de tus amantes te había satisfecho sobradamente, abriste el grifo dejando caer el agua de nuevo. Josh sonrió cuando le invitaste. Ya estaba a tu lado, besando tu cuello y tus labios de forma cariñosa.
- Haré un esfuerzo por no seguir, pero ver tu cuerpo bajo la ducha, con el agua deslizándose por tu dulce piel no ayuda en nada, tenlo en cuenta.
Josh se mantenía cerca y de hecho cogiendo una esponja en la que había derramado jabón empezó a restregarla.
- Huele un poco a quemado.
Comentó percatándose de que algo anómalo podría estar sucediendo. Josh dejó caer la esponja, dándose la vuelta para poder abrir la puerta del poco amplio baño. Al hacerlo llevó un olor algo más intenso. Eso hizo que se asomara pero no llegó a salir.
- Algo pasa. Alguien ha escrito "ELLA" en la pared. Con fuego. Como si hubiera usado un soplete.
El joven miró por la habitación.
- No hay nadie aquí.
Al ir a mirar, efectivamente en la pared estaba aquella palabra. Habría usado un metro de pared para escribirla y no había rastro de nada más.
- ¿Qué está pasando?
El olor definitivamente venía de ahí. Tu compañero se acercó unos pasos hacia la puerta que daba al exterior y aspiró aire, negando a continuación como si no se oliera nada por allá.
-Oye- respondí en referencia a que se contenía como podía- para mí tampoco es sencillo verte desnudo. De tener tiempo libre podríamos seguir noche y día- le dije, guiñándole un ojo para besarlo luego. Lo rodeé con mis brazos y disfruté de la calma…
Que no duró demasiado. Cuando Josh salió de la ducha lo seguí con la mirada preguntándome qué podía estar sucediendo. ¿Escribir algo con fuego? Arrugué el rostro. Eso no suena nada bien, Josh.
Salí de la ducha y me coloqué una toalla alrededor del cuerpo para cubrirme. –No hemos oído entrar a nadie, ¿cómo ha podido ser? En realidad habíamos estado lo suficientemente ocupados como para no enterarnos, pero igualmente seguía siendo extraño. No me gustaba en absoluto que alguien se colara y escribiera algo sin más.
Tras comprobar la pared, busqué algo de ropa para vestirme con rapidez y salir a preguntar. No tiene pinta de que sea una broma macabra de nadie. Pero… si no lo ha hecho alguno de ellos… ¿significa que hay alguien más aquí? Negué con la cabeza y salí en busca de alguien más. Quizá hubieran visto algo.
Josh lo único que pudo hacer fue encogerse de hombros y echar un vistazo a las quemaduras en la pared.
- No sé cómo ha podido suceder. No creo que nadie del barco tuviera que quemar esto para dejarnos un mensaje.
Salir al exterior sólo rebelaba que la gente del barco parecía inmersa en su dinámica habitual que venía a ser... pescar. La gente nueva que habías conocido estaba sentada en sillas con las cañas lanzadas y conversando. Sandra y Phil también se encontraban en el sitio pero Ned no.
- Cuando queráis nos vamos.
Comentaba Sandra fijándose en vuestro atuendo.
- Yo también voy, sí. Sigo siendo buena con la katana, ¿verdad?
Estaba enfurruñada por el tema de la pérdida de los poderes. El único que no estaba de pesca era Phil. A su lado tenía unas cajas llenas de todo tipo de objetos pequeños y él se dedica a coger uno de ellos, concentrarse, emitir algún tipo de energía que parecía recorrer su cuerpo y luego dejando dos, en lugar de uno. Había duplicado el pequeño objeto.
- Ned ya tiene gafas de nuevo.
Remarcó recordando que aquello estaba pendiente.
Salí de la estancia con el pelo humedecido por la ducha y con el rostro algo serio por lo que acababa de pasar. ¿Había podido colarse algo o alguien para enviar ese mensaje? No lo tenía claro, pero era mejor que hiciera las preguntas oportunas a los demás por si alguien los hubiera visto. Cuando los vi a todos pescando supuse que nadie debía haber visto nada porque todos parecían tan tranquilos como siempre, todos menos yo.
-Ya estamos listos, creo.
Al menos me había vestido para no salir por ahí medio en bolas y generar comentarios innecesarios. Cuando Sandra preguntó sobre lo de la Katana sonreí ligeramente.
-Estoy segura de que seguirás siendo una buena luchadora, Sandra.
Asentí cuando mencionaron que Ned tenía sus nuevas gafas. Estaba mirando el interesante trabajo que hacía Phil con sus poderes. Al menos esto nos da para no quedarnos sin balas o sin equipo básico.
Hay algo que tengo que preguntaros. Alguien ha escrito en la pared de mi habitación “ELLA” con fuego. No estaba antes de que entrara, o al menos no lo vi. Además, la habitación olía a quemado. ¿Alguno de vosotros ha visto algo raro?- pregunté, cruzándome de brazos. No me hacía gracia dejar parte del grupo desprotegido si nos marchábamos a buscar a otros antes de resolver el misterio.
El grupo estaba reunido a falta de Ned. Phill y Sandra se dedicaban a esperar pacientemente. La pelirroja de hecho trataba de pescar igual que las otras cuatro personas que acababas de conocer. Bob sin embargo se dedicaba a miraros pero prestaba especial atencion al hombre que se dedicaba a duplicar los objetos.
- Voy a necesitar más balas. Me estáis dejando sólo y lo único que puedo hacer para entrenar es disparar.
Phil le dirigió la mirada y le pidió con un gesto que le dejara su arma. Bob tomó el revolver que tenía en el cinto y se lo prestó para que pudiera duplicar la munición. Mientras lo hacía estuvo pensativo.
- Estábamos todos aquí menos Ned. Es posible que haya dejado ese mensaje para molestar a Josh. O alguno de nosotros aprovechó la visita al aseo para hacerlo.
Phil dirigió la mirada a Bob de nuevo el cual se sintió aludido.
- Yo no hecho nada como eso, si yo hubiera creado fuego habría quemado toda la habitación o al menos toda la pared. Yo no he sido Amy.
Te comentaba un poco inquieto porque se la parecía acusar de algo y al parecer tenía algún tipo de poder relacionado con fuego.
Justo en ese momento el hombretón, Ned, aparecía por la puerta llevando al hombro la escopeta recortada.
- La chica se ha dormido, será mejor que le echéis un vistazo cada hora aproximadamente. Jenn, tú te puedes ocupar de ella. Nosotros vayamos a buscar al otro equipo. Yendo de azotea en azotea podremos cubrir una gran distancia hasta que se haga de noche.
Escuché las respuestas de mis compañeros y debido a que me faltaba la memoria no sabía si alguno de ellos pudiera tener algo en mi contra por lo que quisieran hacerme pagar. Me sorprendió que uno de mis compañeros tuviera habilidades relacionadas con el control del fuego, eso podía llegar a ser muy útil.
-Está bien, pues deberíais tener cuidado entonces…
No me dio tiempo a decir nada más cuando Ned apareció, visiblemente tranquilo. Volvía a llevar sus gafas y la escopeta, preparado para salir a la nueva expedición. ¿Has sido tú, cerdito? No podía acusarlo o se enfadaría, que era algo que no buscaba en este momento.
Ned, ha aparecido una pintada en la pared hecha con fuego. ¿Has visto algo raro? No me tranquiliza que nos marchemos sin saber si hay algún peligro en el barco. Han pintado la palabra “Ella”.
Escuché su plan de ir de azotea en azotea y medité. Probablemente lo que habría pasado era una broma pesada que nadie iba a reconocer delante de tanta gente. No tenía que darle tantas vueltas a algo que en principio podía no ser nada.
-Echemos un vistazo rápido al barco y si no nos marcharemos, el mismo grupo de antes a no ser que alguien quiera quedarse o venir. Estaremos fuera hasta que empiece a anochecer, y luego regresaremos. Confiemos en tener noticias de ellos antes de que eso pase.
El hombre apoyó la escopeta recortada en su hombro mientras te observaba desde arriba, no en vano era el más alto de todos los reunidos.
- Cómo que una pintada echa con fuego.
De inmediato desvió la mirada hacia Bob, el joven de raza negra.
- Dejad de acusarme, yo no he hecho eso.
Pero Ned seguía observándolo.
- Estás obsesionado con ella. Estás obsesionado con todas las ellas, de hecho ¿porqué no ibas a ser tú?
Aquello era una especie de acusación mezclada con ironía. Se estaba cachondeando del chico y el resto se percataba de eso.
- No he sido yo, ya os lo he dicho. Para escribir "ella" yo necesitaría hacerlo en el suelo, no en la pared.
Los hombres del grupo se miraron entre sí pues no tenían motivos para desconfiar de Bob al que trataban como lo que parecía: un simple adolescente.
Bob entonces se levantó dando unos pasos hacia atrás, extendiendo los brazos hacia delante en dirección al barco, lo que causó de inmediato que Phil se le lanzara para agarrar uno de ellos.
- ¡Tranquilo, no hagas eso!
Phil negó con la cabeza.
- Ya vale, vamos a ver esa pintada y busquemos por el barco.
No habiendo muchas más opciones parecían dispuestos a caminar hasta la habitación. Bob estaba dirigiendo una mirada de reproche a Ned, pero ya habíais visto que Ned se esforzaba por pelearse con todos los varones. Ya cuando los cinco habías comenzado a caminar se dedicó a mirar pero esta vez a Sandra.
- Podrías hacerle hombre un día de éstos.
Lo que le valió otra mirada aunque Sandra pareció tomárselo con calma.
- Él no sólo quiere sexo, también venir con nosotros a las misiones. Si sigues así él se vendrá y tú te quedarás.
Le sonrió tratando de menosprecionarle un poco. Ned entonces esbozó una sonrisa sarcástica y te miró, gesto que parecía hacer cuando tenía algo hiriente que decir pero se cortaba de decir.
Un poco después todos podíais ver las quemaduras en la habitación y las parecieron ver demasiado pequeñas. Tu amante siguió tomando la palabra.
- Bob crea una especie de bolas de fuego que puede hacer rodar por el suelo. A menos que sus poderes hayan mutado no ha sido él. Esto lo han debido hacer con un soplete. Pero yo estaba con la chica oriental tratando de calmarla para que descansara. Y el resto estaba pescando así que...
Un examen posterior de las herramientas y del barco no podía conducir a ninguna parte. Hasta que al final todo parecía demasiado extraño y Phil acabó por tomar la palabra.
- Alguno de nosotros se tiene que quedar. Yo mismo lo puedo hacer. Estaré atento y si pasa algo cubriré al resto.
Por lo que podías ver en las expresiones de los demás, ninguno de los otros parecía estar por la labor de ofrecerse voluntario. Tus dos amores querían ir contigo y Sandra se había puesto levemente tensa al salir el tema. Todos callaron con la intención de asentir.