Partida Rol por web

Llego la 4rta prueba una de las mas espectaculares pues se trataba de un pulso de magos al viejo estilo en que colocaban a 20 pasos y tenian que canalizar su hechizos en energia pura en forma de rayo que entrechocaba con el del contrincante y habia que ver quien empujaba mas como un pulso de 2 guerreros en una taberna pero con fuerza magica. La prueba tenia un aliciente mas y es que un viejo brujo bendijo el terreno con agua sagrada de el rio de su poblado y unos botes con humo convirtiendo el terreno de la contienda en una zona de magia salvaje que quiere decir esto que los contendientes tenian que controlar los vientos cambiantes de la magia porque cualquier cosa podia pasar en una zona magica tan variable ya que los espiritus de su familis volaban por la zona y ayudaban o perjudicaban segun manejaba los vientos cada contendiente

Tras unos momentos de estudiarse su rival empieza a entonar un conjuro. Maldición, me ha tomado la delantera, por los gestos reconoce el conjuro así que él mismo empieza a entonar el suyo. Ante si ve aparecerse un orco de un tamaño descomunal, el ser carga contra Lucien y apenas unos metros antes de tenerlo encima el mago logra acabar su propio conjuro. Un enjambre de hormigas rojas trepa por las botas interrumpiendo la carga y haciendo huir al orco.

Sin embargo su rival no está ocioso. En apenas un momento convoca una brisa que por los efectos de la magia salvaje de la zona pronto se convierte en un pequeño huracan. Las hormigas salen despedidas dejando al enorme orco en el suelo lamentándose de sus heridas. Viendo cobrar fuerza los vientos huracanados Lucien decide usar la magia de su rival contra él. Un pequeño hechizo de telequinesia es amplificado empujando al otro mago dentro de los vientos, los cuales rápidamente lo hacen volar, su cabeza golpea la pared haciendole perder el conocimiento.

La sonrisa dura poco en su cara, pues el orco le golpea con su enorme garrote abriendole una brecha en la sien. Aguantandose en pie casi por pura fuerza de voluntad Lucien entona a la defensiva un conjuro de invisibilidad mientras se aleja del ser, confiando en tener tiempo... Mierda, el orco empieza a olisquear el aire. Sabe que su tiempo a salvo de esa bestia llega a su fin. Decidido a superar la prueba decide arriesgarse, sus manos crean fuego y al señalar con ellas al orco no surge un rayo abrasador, sino dos que impactan en sucesión al maltrecho ser que desaparece de su vista.

A su espalda el huracan ruge y Lucien ya está meditando como solucionar ese tema cuando la magia cesa, al parecer los maestros dan por terminado el combate. Se lleva la mano a la sien y la baja llena de sangre. Algo mareado, pero satisfecho, abandona el recinto.