| Sala de Conferencias |
Era increíble, pero habían pasado cinco años y ya estábamos abiertos. Había pocos alumnos de momento, pero suficientes. En aquellos cinco años me dediqué a perfeccionar mis habilidades, tocar la guitarra y leer mucho sobre docencia, al fin y al cabo no tenía ni idea de dar clases y en cinco años ya estaba más que preparado. No solo leí mucho, también me ayudaron mis compañeros, claro.
La relación con Lewis y Lucía seguía siendo muy buena, pero en especial con Lucía. Desde que la guerra terminó ya la veía con otros ojos, pero aún no me había atrevido a nada. Tampoco estaba del todo seguro y no me parecía bien poder llegar a hacerle daño, con todo lo que había pasado.
-Demasiado ñoño para mi gusto, pero no ha estado mal.-bromeé tras el comentario de Atenea a Tyler y luego le estreché la mano, haciéndole ver que era una broma y que realmente me gustó. Me sentía muy entusiasmado y se veía reflejado en mi rostro.
Eché la mirada a un lado y miré a Lucía, le sonreí ampliamente. Era feliz en aquel lugar.
| JUGADA MASTER |
Todos habían cambiado mucho durante esos años. El cambio físico era más evidente en la gente joven pues Máthair seguía estando prácticamente igual. Por ella no parecía pasar el tiempo.
Lewis era más adulto y Lucía más mujer. Sin duda el cambio había sido positivo para todos.
- Esperemos que lo vivido no vuelva a repetirse... Confío en que ahora hay una mejor unión entre todas las facciones- dijo Tyler con una sonrisa de orgullo.
Cuando por fin todos los alumnos salieron del auditorio, el personal docente también lo fue haciendo lentamente. Lucía se quedó rezagada con disimulo. Su intención era quedarse sola en aquel escenario y cuando vio que los demás se alejaban lo suficiente, se sentó en el borde con las piernas colgando.
Necesitaba un momento de reflexión.
A esta partida le quedan dos post como mucho... ;)
| Sala de Conferencias |
Empezamos a marcharnos de allí, pero noté una presencia tras de mí, rezagada y al volverme vi que era Lucía, sentándose en el escenario. Me acerqué a paso lento.
-¿Estás bien?.-le pregunté, mirándola de arriba a abajo, como si estuviese herida.-Se añora la época en la que fuimos nosotros los estudiantes, ¿verdad?.-comenté, quedándome frente a ella, con los brazos cruzados y sonriendo.
Lucía, al igual que la mayoría, habíamos cambiado. Era imposible no fijarse en lo mucho que ella había madurado, en todos los aspectos. Probablemente mucho más que yo.
Uhhh, que pena jope :(
| JUGADA MASTER |
Lucía se sobresaltó ligeramente cuando escuchó la voz de Fran. Quizá esperaba haber disimulado lo suficientemente bien como para haber pasado desapercibida y quedarse sola en el auditorio, pero no fue así. La presencia de Fran frente a ella era la prueba más evidente de que lo había hecho mal.
- Sí, se añora... En realidad lo disfrutamos poco tiempo y nos obligaron a aprender demasiado rápido- empezó a decir la joven con una sonrisa amarga, fijando la mirada en algún punto del suelo-. Es cierto que ahora empieza una nueva etapa y por fin podemos descansar. No pensé que llegaríamos a este punto, la verdad, todo pintaba muy negro.
Lucía parecía melancólica pero contenta al mismo tiempo. Su sonrisa era amarga pero cargada de satisfacción, de orgullo. Sin duda tenía sentimientos contradictorios pero allí estaban, habían vencido a todo aquel que se opuso a ellos y Fran fue el gran vencedor.
Lucía levantó la mirada hasta la de Fran y en sus ojos pudo verse la admiración que sentía por él. Fue sin duda el que peor lo había pasado con su poder, aunque todos habían tenido sus épocas malas, él había sufrido mucho. Era un ejemplo de superación y todo aquello se veía reflejado en los ojos de Lucía. Su mirada expresaba más que sus palabras, pues permaneció muda durante varios segundos sin dejar de mirarle.
- ¿Estás contento con lo que hemos logrado? -preguntó de golpe.
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Cuando Lucía se quedó mirándome, callada, no podía saber en qué estaba pensando, aunque me habría encantado saberlo. Su pregunta me pilló desprevenido, eso sí.
-Si, bueno...-entonces me sentí algo incómodo.-Hemos llegado a donde hemos llegado luchando y realmente el futuro se ve prometedor, pero no paro de pensar en todas esas muertes y desgracias...-entonces me senté a su lado, en el escenario, entrelazando las manos.-Lo estúpido que fui con Cailín...-suspiré, y cerré los ojos unos segundos, intentando quitar aquellos pensamientos de mi cabeza. Luego la miré.-Pero aquí estamos de nuevo y lo más importante, en buen estado, juntos.-entonces, sin darme cuenta, apoyé una mano en su rodilla.
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Sonreí levemente con su respuesta, quizá intentando hacerle ver que estaba de acuerdo con él o quizá porque simplemente se había quedado conmigo. Me estremecí cuando puso su mano en mi rodilla pero no me sonrojé. Con el tiempo había aprendido a controlarlo y asumir mi lugar.
Sin embargo, ahí estaba, sintiendo unas mariposas revoloteando en mi estómago. El contacto de Fran siempre me ponía nerviosa, aunque cada vez menos.
- Esto... ¿Vamos?- pregunté sin apartar la mirada de su mano. Sólo lo hice cuando me puse en pie y me encaminé por el pasillo que había entre las butacas para salir por la puerta.
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Fue por la mirada de Lucía a mi mano cuando me percaté que la apoyé en su rodilla. La aparté de forma algo nerviosa antes de que se levantara y empezase a andar. La acompañé.
-Un momento.-entonces la paré, agarrándola del brazo suavemente, parándonos en mitad del pasillo de butacas. La giré para que me mirase.-Sé que he sido un cretino en muchas ocasiones y lo siento por eso.-empecé a decir, sin saber muy bien porqué lo hacía, pero sentía que quería hacerlo y que sobretodo se lo debía.-He sabido de tus sentimientos por mí y me he comportado como un capullo, sin pensar que mi comportamiento te podía hacer daño.-me refería a Cailín y que Lucía estuviese presente, viéndonos siempre.-Sé que no ha sido fácil y yo no ayudaba a que lo fuese. De verdad, lo siento.-entonces hice una pequeña pausa. Aún no había apartado mi mano de su brazo.-Con el tiempo vas descubriendo que personas merecen la pena de verdad, las que nunca te dejan, las que te apoyan y confían en ti. Tu, a pesar de muchas cosas, siempre has estado ahí para mí. Siento no poder decir lo mismo por mi parte.-entonces agaché un poco la cabeza, avergonzado.-Pero eso va a cambiar.-entonces volví a levantar la mirada y sonreí, mientras acariciaba suavemente su brazo.
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Mi piel se estremeció al contacto de su piel y esas cosas no se pueden disimular tan fácilmente. Era obvio que por mi cuerpo recorría un enorme escalofrío y sonreí a sus palabras, las que también habían provocado esa sensación de hormigueo en mi estómago.
Mucho había sufrido viéndole con Cailín, mucho había sufrido con su rechazo casi continuo, y me preguntaba qué habría sido de nosotros si Cailín hubiera sido otra persona, si hubiera actuado de manera diferente. Pero lo sabía perfectamente, sabía que ella siempre había sido la primera, a la que más quería Fran, y eso no se podía cambiar... Sin embargo, no era tiempo de reproches.
- No te preocupes por eso, Fran. Es hora de que el pasado sólo nos sirva para no tropezar en la misma piedra dos veces, no para lamentarse por lo que se hizo o dejó de hacer. Cada uno escribe las páginas de su vida como desea y aunque a veces nos gustaría volver atrás y reescribirlas...- me detuve unos segundos, sin zafarme de su mano, de sus caricias. Tantos años habían pasado y todo seguía prácticamente igual-. En fin, que no te atormentes. Sigo aquí y seguiré estándolo pase lo que pase.
Mis ojos se clavaron en los suyos, pero aguanté la mirada sólo un par de segundos. La aparté para mirar su mano y, sin darme cuenta, sonreí levemente. ¿Qué tenía Fran que provocaba en mí tal estado de ensimismamiento? Sin embargo, tal y como le había dicho, cada uno debía aprender su propia lección y la mía era no volver a mostrar mis verdaderos sentimientos. Aunque algunos gestos me delataban no iba a pronunciar palabra alguna sobre ellos. No quería seguir siendo la tonta, enamorada y rechazada chica de la facción agua...
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Y menuda razón tenía. Lucía había madurado bastante, más que yo además. En ciertas cosas seguía siendo aquel chico estúpido, aunque era algo que quería ir cambiando, poco a poco...
-Siempre lo has estado.-dije sin darme cuenta, pero lo que menos pude prever fue que me acerqué tanto a su rostro como para besar sus labios con suavidad y ternura, tanta ternura que nunca había besado a nadie así. Tampoco fue un beso demasiado largo, pero lo suficiente como para poder notar que era correspondido y que Lucía aún sentía algo por mí, de todos modos me aparté bastante avergonzado y pensando que estaba haciendo lo peor que podía hacer.-Lo siento, lo siento.-empecé a decir, nervioso, separándome un poco de ella.-No quiero que pienses que... que...-me jodía solo el simple hecho de que hasta yo lo pensase, ya que era fácil siendo como siempre he sido.-Que juego contigo, que al no estar Cailín estoy tirando de otra cosa, porque no es así... Yo... Lo siento, de veras que lo siento.-cierra la puta boca y bésala de nuevo, estúpido. Maldita sea mi estampa...
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No podía negar que me pilló por sorpresa aquel beso. No me lo esperaba para nada y aunque había notado cierto acercamiento por su parte, pensaba que se debía a la estrecha amistad que teníamos y a que Cailín ya no estaba para envenenarle la mente. No me retiré ante aquel beso, es más, sentí cierta flojera en las rodillas cuando un cosquilleo extremadamente intenso recorrió todo mi cuerpo. Había soñado tanto tiempo con aquel momento que esperaba despertar en cualquier momento, como si estuviera teniendo otro más. Sin embargo, ahí estaba Fran, pidiéndome disculpas mientras yo abría los ojos pues los había cerrado para disfrutar de aquel beso efímero pero tierno.
- Fran...- empecé a decir, notando que me temblaba ligeramente la voz y sintiendo el calor subiendo por mis mejillas-. No voy a negártelo, sí parece que sea tu plan B... Y aunque Cailín ya no esté me duele pensar que ésto no lo habrías hecho de estar ella aún aquí, con nosotros. El amor es ciego, lo sé, pero si ella siguiera viva no estaríamos teniendo esta conversación... Por lo tanto, ¿debo alegrarme de que haya muerto? Porque esa ha sido la única manera de que tú...- y de repente guardé silencio, dando un largo suspiro para armarme de valor y continuar-. Durante mucho tiempo deseé que ella desapareciera para ver si así te dabas cuenta de que estaba aquí, que siempre te apoyaba desde incluso mucho antes de lo que imaginas... Y que te amaba tanto como para dejarte ir, sabiendo que aunque Cailín no te convenía ella era capaz de hacerte más feliz que yo... Había perdido toda esperanza y aunque sentí pena por Cailín aquel día, desde entonces he sido más feliz porque aunque no te tuviera del modo en que quería sí te tenía disponible más tiempo. Sí, es egoísta, pero el amor es ciego, ¿no crees?
Dibujé entonces una leve sonrisa. Puede que si Cailín aún estuviera con nosotros todo sería diferente pero no lo estaba, ¿no? Ella se había ido y, ¡qué diablos!, me alegraba. Gracias a ello Fran me había besado y decidí que no debía importarme lo que podría o no haber sido. Tocaba vivir el momento y así lo reflejé no sólo con mi sonrisa, también con mis ojos.
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Escuché a Lucía en completo silencio, con la mirada clavada en una de las butacas, pensando en todo lo que decía. Mi cabeza era un lío en aquel momento y aunque me apetecía muchísimo volver a besarla, no lo hice. Después de unos segundos de silencio, la volví a mirar.
-Aquí el único egoísta soy yo, Lucía.-dije entonces, aún con la cabeza echa un lío.-Sé que lo que siento por ti no es falso, pero me jode no darme cuenta antes y hacerte pasar por todo lo que has pasado e incluso seguir haciéndote daño.-negué con la cabeza.-Tal vez me he equivocado, he vuelto a mirar por mí, he hecho lo que me apetecía hacer y no he pensando en las consecuencias. Lo siento, de veras. Eres increíble y mereces a un tipo que lo sepa y lo respete desde el primer momento.-quería estar con ella, quería besar sus labios y abrazarla durante horas, pero era egoísta por mi parte, sin duda. Ella estaba allí siempre para mí, esperándome, y yo como un estúpido no supe ver que me estaba perdiendo. Ahora tocaba apechugar y dejar que pasase el tiempo.-Dentro de un tiempo tal vez seas capaz de perdonar mi estupidez y yo también.-fijé mis ojos en los suyos después de decir aquello.
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Solté un suspiro y después una pequeña carcajada. Sí estaba ciego, sí.
- Fran, ¿no te das cuenta? Yo ya te he perdonado- dije y sin añadir nada más me lancé hacia él, rodeando su cuello con mis brazos y besando sus labios lentamente, con un deseo contenido. Le besé durante varios segundos que se me hicieron cortos, pero quería ver su reacción así que me separé de él unos centímetros-. Llevo tanto tiempo esperando este momento que sería incapaz de esperar un segundo más... Lo que podría o no haber sido eso ya no me importa. Nosotros estamos aquí, somos dueños de nuestro destino y el mío siempre ha sido estar a tu lado.
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Entonces volví a desconectar y dejarme llevar. Para bien o para mal aquello lo hacía demasiadas veces.
-No sabes cuanto te odio ahora mismo...-le dije, sonriendo, para darle un nuevo beso, sin despegarme de ella.-Hemos perdido mucho tiempo sin estar juntos. Estoy seguro que sabremos compensarlo.-le dije, aún sonriendo como un estúpido.-Sé que soy muy pesado, pero lo siento, ¿vale?. Ya está, ya no lo diré más. Lo juro.-entonces reí, mientras la agarraba por la cintura con fuerza, como si quisiera evitar que se alejase de mí en cualquier momento.-Pero que suerte tengo y que poco me doy cuenta...-dije entonces, cayendo en la cuenta de que no todo el mundo abría tenido esa oportunidad después de tanto tiempo.-Gracias, por ser como eres.
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Puse mi dedo índice sobre sus labios cuando me dio las gracias. No debía dármelas y quería hacérselo entender, quería que disfrutara el momento y se olvidara del pasado.
- Olvídate de todo y abrázame- dije casi en un susurro, fundiéndome con él en un abrazo que no quería que terminase jamás. Esa era la prueba de que por fin sería para mí, que los años de espera no habían sido en vano y que por muy mal que lo hubiera pasado, ahora iba a ser feliz. No dejé de abrazarle, ni siquiera cuando volví a tomar la palabra-. Y que estos abrazos se repitan durante mucho tiempo... Porque, como ya te he dicho, voy a permanecer a tu lado siempre, pase lo que pase.
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Con aquel abrazo sentía que me llenaba de energía, que estaba completo, de una forma que no sabría describir perfectamente.
-¿Para siempre no es mucho tiempo?.-pero siempre tenía que bromear y soltar alguna chorrada, claro, aunque no importó, reí y le dí un beso de nuevo, para que viese que bromeaba.-¿Que crees que dirán los demás?.-le pregunté entonces, divirtiéndome solo con pensar en sus caras. Hablaba con Lucía pero aún sin soltarla. Ese abrazo había tardado mucho en llegar como para dejarlo ahora.
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Justo cuando Fran terminaba de formular la pregunta, unos aplausos se escucharon desde el escenario. De detrás de las cortinas que se amontonaban a ambos lados del escenario, habían salido todos aplaudiendo como locos, incluido el propio Lewis.
- ¡Pues que ya era hora, joder!- exclamó Tyler, que fue el primero en bajar del escenario para acercarse a la pareja y darle unos suaves golpes en la espalda a Fran.
Lucía se separó de Fran para mirar con asombro la escena de la que ambos eran testigos. Al parecer se habían ocultado detrás de las cortinas.
- Teníamos la esperanza de que ahora, que todo ha terminado y empieza oficialmente una nueva etapa, os animaríais a declarar en abierto lo que todos ya sabíamos- dijo Máthair con una amplia sonrisa, terminando de aplaudir. Los demás la imitaron.
- Y sí, era obvio que sucedería algún día- dijo Lewis con los ojos vidriosos. Él había sido el confidente de Lucía durante mucho tiempo igual que ella había sido la suya.
- Enhorabuena pareja- dijo Tyler, soltando una pequeña carcajada al ver la cara de perplejidad de Lucía.
- No os lo toméis a mal. Vi que Fran se quedaba rezagado y quise saber por qué. En cuanto te vi a ti, Lucía, supe lo que pasaba. No queríamos perdernos algo así. Ya tenemos otro motivo más para estar todos felices- dijo Lewis encogiéndose de hombros, pero Lucía le dedicó una sonrisa a su amigo.
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Pegué un respingo al escuchar los aplausos y luego me quedé con cara de tonto mirándolos a todos. También empecé a reír.
-Vaya, vaya... Si tenemos un grupo de voyeurs en el instituto.-empecé a bromear.-¿No hay normas sobre espiar a la gente? ¿Qué ejemplo daremos a los niños?.-seguía riendo y luego le pasé un brazo por encima a Lewis, que parecía emocionado por lo acontecido.-No seas tonto, sabes que siempre seré tuyo.-entonces le apreté un poco con el brazo en el cuello, apretándole contra mí.
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Aquella era la viva imagen de la armonía que reinaría en la nueva academia. El sentimiento de amor y respeto por los demás se había instalado en el corazón de todos y cada uno, incluyendo los alumnos, que se reunían aun siendo de otras facciones. La paz reinaba, la amistad se valoraba más que ninguna otra cosa y poco a poco fueron saliendo parejas cuyos miembros eran de diferentes facciones. Con ello se dieron cuenta que el duro trabajo estaba dando sus frutos y que estaban transmitiendo los valores correctos.
Tyler se dio cuenta que ese había sido su error, dejar que otros sentimientos se apoderasen de las líderes. Con el tiempo empezó una relación amorosa con Ayelene, su verdadero amor, aquel por el que Frine había enloquecido. Atenea y Michel hicieron pública su relación, que al parecer estaba durando ya varios meses pero prefirieron mantenerlo oculto hasta ver la ocasión propicia para sacarlo a la luz.
Lewis y Mia iniciaron un tonteo. El primero le confesaba más de una vez a Fran que Mia caería tarde o temprano, que no se resistiría a sus encantos y tenía toda la razón, aunque Mia se hacía bastante de rogar.
Amor, amor y más amor por todas partes. Cuando llovía en la academia parecía que llovían corazones en lugar de agua, pero al fin y al cabo era lo que querían. Sin embargo, Athair era el único que permanecía más ausente y serio que el resto. No es que se encerrara y no asomara la cabeza para nada, porque se reunía con los demás igualmente, pero no se mostraba tan feliz como el resto. La muerte de Cailín siguió doliéndole durante mucho tiempo y jamás llegó a ser el mismo... Para ser más concretos, la muerte de su hija daría comienzo a un cambio que no fueron capaces de ver...
FIN