La Villa de Agua Fuertes, vecina de antiguas glorias que yacen ahora en ruinas, esta rodeada de misteriosos y peligrosos lugares. Esta villa apenas y ha logrado mantenerse en pie después de la desastrosa Plaga de los Conjuros.
Gracia a que esta bien defendida se ha convertido en uno de los pocos sitios de descanso para las caravanas y barcazas que llegan hay para su resguardo y relaciones comerciales con sus habitantes.
Cerca de Aguas Fuertes existen lugares de los que mucho no lograrían salir con vida. Al norte se encuentra el Bosque Terrible, al sur está el Gran Páramo conocido por sus monstruos que acechan entre la bruma, custodiado del resto de Reinos del pasado.
Tras la muerte de Kinso Sen, sus grades amigos no descansaron hasta encontrar las razones de su asesinato. Sabían que Kinso tenia la vieja costumbre de hacer trabajos de investigación por su cuenta sin pedirles ayuda, por considerarlo demasiado simple para molestarlos con tonterías y se dejaba llevar por la idea de poder él solo con todo.
Al parecer Kinso había descubierto información importante que comprometía a una banda criminal con una serie de desapariciones y secuestros y además con lo que seria una gran red de esclavistas que tenia su centro de operaciones en la Villa de Aguas Fuertes.
Sin pensarlo 2 veces se prepararon para lo que seria una de sus misiones mas peligrosas, pero esto iba mas allá de todo temor o angustia que les produjera la incertidumbre ante lo que pudieran encontrar en aquel lugar, ya habían jurado hacer pagar al responsable de su muerte ante la tumba de quien fue un día un compañero de grandes y emocionantes aventuras y al que mas de uno le debía estar vivo para contarlo.
Poniendo en marcha sus caballos, emprendieron su viaje hacia Aguas Fuertes...
Después de una larga travesía, por fin podían ver a lo lejos aquel lugar que les revelaría el gran misterio por el que Kinso dio su vida. Estaban listos para todo, esta batalla la lucharían hasta el final por el honor y la gloria, por aquello que les fue arrebatado y que nunca les iban a regresar, por sus mentes solo pasaba la idea de darles muerte a esos bandidos, esa seria la única forma en la que podían hacerlos pagar por su crimen, pero tenían claro que debían hacerlo con cautela si querían terminar con todos y cada uno de ellos sin perder sus vidas en el intento.