Partida Rol por web

Miguel, solo nos queda un sitio que mirar, vamos antes de que aparezcan más cosas.

Salgo de la habitación con dirección a la sala [12].

Todavía estaba tirado en el suelo, descargando mi cargador vacío sobre aquella cosa, ¿Como podía un ser humano, o aquello que había sido éso, levantarse tras estar calcinado interiormente por la tensión de aquella silla ejecutora?, el miedo se vio en mis ojos - ¡JODEEEER!!! - grite con furia.

Al mismo tiempo que grito, Warren se lanzó sobre la puerta de la habitación, en dirección a la sala central, la única que hasta entonces no habíamos revisado, me incorporé rápidamente - ¡PUDRETE CABRÓN! - grite de nuevo al cadaver o lo que fuese aquello que yacía a mis pies y entonces comencé a correr tras mi compañero.

- ¿Michael, has encontrado algo de utilidad en el libro? - le pregunto jadeante justo tras sus pisadas.

No solo había marcado un absurdo pasaje del apocalipsis o algo así. Un sentido del humor un tanto retorcido.

Lo recito, para que miguel no tenga que perder tiempo en leerlo.

“Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.”

 

                                                                                                                      Mateo 18:34 (pag 278)

Aquellas palabras sonaron en los pasillos que recorríamos y a pesar de que ya había pasado, 2 veces de hecho, un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar en la humanidad.

Te entiendo estamos en una peli de terror o un mal sueño y encima, salen estas mierdas.

Miro el mapa del lugar que nos dieron.

Esto es una mierda, Solo nos dan medio mapa de este lugar infernal.

Vamos, solo nos queda una sala del mapa por revisar. Me pregunto que habrá detrás de la otra puerta del [12], para que sea confidencial.

Tras abandonar la sala de ejecución, os dirigisteis a gran velocidad hasta una de las salas más grandes de toda la prisión (12). Sin lugar a dudas se trataba del lugar donde se encontraban todas las celdas de los condenados. Cuando entrasteis en el complejo os disteis cuenta que también daba al patio exterior (PE) cruzando la doble puerta que permanecía cerrada al fondo, seguramente la zona de "recreo" de los reclusos.

Calculando por la extensión del lugar y como estaban distribuidas las celdas, allí podría haber más de 40 habitáculos, sin embargo, estabais demasiado lejos para saber si había algo interesante en su interior y tendríais que dedicar unos minutos en registrarlas.

Miguel, acerquémonos a las celdas a mirar. Tal vez haya algo útil o algún superviviente. Aunque viendo los supervivientes hasta ahora no sé yo si disparar primero y preguntar después, bueno disparar, jajaja. Con todas esas balas que tenemos.

Me voy acercando a las celdas con cuchillo en mano y rezando porque no haya nada raro o hambriento.

Asiento a Warren, y comenzamos a escudriñar todos aquellos habitáculo uno a uno con mucha precaución.

Aquello parecía muy silencioso, desde lejos podíais ver que todas las celdas estaban cerradas pero aún era imposible saber si había alguien con vida allí dentro, la primera impresión fue negativa ya que de haber un superviviente habría ruido, pero aquello cambió.

Se escuchó un pitido, era eléctrico como si se tratara de un cierre de seguridad. No sabíais que estaba ocurriendo y porqué había sonado aquello pero la duda se despejó en tan solo tres segundos.

Aquel sonido desactivó el sistema de cierre de las celdas y éstas se abrieron por completo, un gutural sonido os recordó que estabais en un gran apuro. Pudisteis ver como de una de las celdas salieron dos reclusos que de manera lenta, exponían sus descompuestos rostros con intención de alcanzaros, ¡eran aquellas asquerosas criaturas de nuevo!

Parecía que estaban encerrados dentro de la celda y algo o alguien ha sido capaz de desactivar el sistema de contención ¿cómo y porqué? eso era lo que os estabais preguntando ahora, pero la siguiente preocupación era que aquellos hostiles estaban intentando abalanzarse contra ustedes ¡había que defenderse!

El sonido de la apertura de las puertas y el que lo continuó me hizo pensar en que no me quedaban balas, estaba bastante jodido - Michael, a ver si los sorteo - le digo a mi compañero a la misma vez que avanzo hasta los dos presos que a la misma vez avanzaban hacia nosotros - Son lentos, seguro que puedo - pensé justo antes de trastabillar con algo en el suelo, algo que me hizo caer prácticamente en aquellos brazos que intentaban cogerme, se lo pues fácil.

Al ver a Miguel corriendo de ellos, decido seguirle.

En pocos segundos llegasteis a la gran puerta trasera, se trataba de una puerta doble que daba a otro lugar de la estancia que no venía en el plano principal que os marcó vuestro jefe. No sabíais cuales eran los motivos reales, si por desconocimiento o porque no entraban dentro del a zona que vosotros teníais que investigar.

En el momento que abristeis la puerta comprendisteis que el lugar al que daba era mucho más amplio de lo que esperabais. Se trataba del patio de recreo de los presos, era inmenso y estaba dotado de muchas gradas y canchas para jugar al baloncesto. Sin embargo hubo varios detalles que os llamaron la atención:

Los cielos oscuros estaban abarrotados de cuervos que merodeaban el lugar, todos ellos a gran altura pero no sabías porqué estaban ahí.

Había también no demasiado lejos de vuestra posición un pequeño edificio, por el aspecto podía ser perfectamente una capilla

Lo último en lo que os fijasteis era al final del todo, donde una gran torre de vigilancia se alzaba, con los focos apagados por completo y aparentemente sin nadie custodiándola.

Conseguí finalmente sortear a los individuos que de las celdas, incluso habiendo caído de rodillas prácticamente frente a ellos, conseguí levantarme rápidamente y avanzar, seguido de Michael.

Cuando por fin conseguimos llegar hasta la puerta y atravesarla, ésta nos desvelo una zona desconocida, empezando por un gran patio, supusimos que el de recreo de los presos.

Aquellas oscuras aves no me gustaban nada, revoloteando sobre nosotros, como si estuvieran a la espera de que flaquearan nuestras fuerzas para lanzarse en picado sobre nosotros.

- ¡¡Michael, la torre!! - avisé a mi compañero - Si llegamos hasta ella podremos encender las luces del recinto e investigar mejor - estábamos exhaustos tras aquella carrera par las celdas, pero no podíamos detenernos, así que comencé a recorrer el patio en dirección al elevado edifico.

Aunque salimos un poco mal parados de esas celdas, al salir el patio se veía sombrío y bastante perturbador.

De pronto oigo a Miguel de ir a la torre y la verdad me parecía una mejor idea que quedarme ante este montón de pájaros de mal agüero.

Desacuerdo, pero no grites mucho no quiero cabrear mucho a los cuervos, no vistes la peli del ataque de los pájaros. Preferiría conservar mis ojos en su sitio.

Los cuervos que sobrevolaban el lugar parecían ignorar vuestra presencia, era como si no les importase el rumbo que ibais a tomar, de hecho os disteis cuenta que la mayoría estaba cerca de las canchas de baloncesto.

En el momento que llegasteis a la torre pudisteis comprobar que el edificio parecía estar vacío, aunque había una gran escalera de madera tipo caracol que llevaba hasta la zona superior.

Comenzasteis a subir por la escalera de caracol con calma, siempre atentos a cualquier tipo de amenaza que pudiera surgir. Por suerte estabais acompañados yendo en equipo, pero la situación no era favorable y tendríais que sacar a la luz todo vuestro potencial.

Las escaleras finalizaron y llegasteis a la parte superior de la torre, allí tan solo hubo una cosa que os llamó a la atención, una mesa de madera donde descansaba una vieja máquina de escribir color negro carbón; parecía que tenía aún papel dentro con texto escrito en su contenido... el lugar os daba sensación de seguridad.

No tardasteis en examinar el papel que estaba colocado en la máquina, y menuda sorpresa, su autor parecía ser alguien conocido.

La tensión aflojó cuando llegamos a lo alto de la torre, el estado de alerta que nos producía aquel lugar se desvaneció y pudimos respirar, pero entonces leímos aquella nota dejada por el compañero del equipo Alpha.

- ¿Barry ha pasado por aquí?, pero..., ¿Cuando?, Se suponía que estaba en la mansión Spencer con el resto del equipo - comento mientras me atuso la barba intrigado - ¿Seguirá por aquí? - y miré a Warren sorprendido.

Realizo una ojeada a la estancia, aquí podríamos volver de nuevo en caso de necesitar un momento para respirar y tal vez encontrara alguna cosa útil, ya que no teníamos balas ninguno de los dos y visto lo encontrado y los avisos de Burton, el camino no iba a ser fácil.

-¡Tenemos que encontrar los laboratorios y descubrir que o quién está causando ésto! - comento a mi compañero - ¿Que habrá querido decir con que la clave estaba en la biblia?, tan solo era un escrito bíblico más, ¿En que podrá ayudarnos eso? - nuevamente miré a Warren - Deberíamos ir a la capilla y comprobar lo que Burton dice, ¿Que opinas?-.

La paz y la seguridad se respiraban en ese lugar, y la verdad lo necesitaba estaba al borde de un infarto.

En la estancia solo había una maquina de escribir con una nota de Barry, pero que demonios hacia aquí. Al tiempo que la leí; oía a Miguel divagar en sus teorías y preguntas, para las que no se si tendría una respuesta.

Calma Miguel, vayamos paso por paso, al menos sabemos que la entrada está en la capilla. Pero que hace un laboratorio en una cárcel.

Tras un rato pensando.

Ya se lo vi en una peli, seguro que están experimentando con los reclusos y han creado una nueva especie de ser, que se suponía que superaría a la humanidad, pero en su lugar quiere destruirla.

Mmmmm… pero eso no explica los zombies, y si son unos alíen que tienen y que han usado a los presos para hacer un cruce entre especies, o tal vez, es un robot que a debido que la única manera de salvar la tierra es eliminando a la humanidad y usa a los muertos para crear ejércitos de seres mitad maquina mitad cadáver, ya saber cómo en esa peli de virus.

Bueno dejemos estas teorías conspiratorias para Hollywood, mejor. A ver si hay algo útil por aquí y creo que deberíamos ir a la capilla y entrar a ese laboratorio.

Tras el exhaustivo registro por vuestra parte se comprobó que ya allí no quedaba nada, al parecer si había algo se lo llevó vuestro compañero Barry. No quedaba más remedio que seguir explorando.

Avanzasteis con cuidado hasta la puerta del edificio que efectivamente debió de ser una capilla, su arquitectura era bastante singular y junto a la puerta cerrada había una placa que decía textualmente

"Ante los ojos de Dios, todos somos iguales"

Abristeis la puerta del edificio con cuidado, dejando que vuestros ojos contemplasen una enorme y vistosa capilla repleta de preciosas vidrieras y un gigantesco crucifijo en el fondo de la sala. Bajo él había un altar que soportaba el peso de una Biblia que permanecía cerrada.

Sin embargo comprobasteis que no estabais solos, había dos personas sentadas en las banquetas mirando directamente hasta el altar, estaban en completo silencio y no parecieron inmutarse ante vuestra llegada.