Partida Rol por web

Cuando Hana regreso a su coche observo que estaba siendo remolcado por la grúa. Por primera vez en la noche algo salia como era de esperar, sin historias sacadas de una realidad retorcida. Ashanti Sharik se despidió de ella con la promesa de encontrarse al día siguiente para conocer a su mentor.

Los recuerdos de aquella noche le impidieron conciliar el sueño, al menos de manera reparadora. Durante toda la noche camino por un estrecho sendero conocido como duermevela. Las pocas veces que conseguía dormir no llegaba a la hora y siempre sus sueños eran conquistados por las bestias que trataron de atacarla.

Pronto los primeros rayos de luz asomaron tímidamente por el horizonte, detonando el pistoletazo de salida. Incapaz de dormir se levantó y preparo todo lo necesario para ser puntual. Era sábado y su “alumna” le esperaba en un parque cercano para acercarla hasta la casa del cazador.

Una hora después, cansada y nerviosa se encontraba sentada en el parque, esperando a que aquel ser celestial hiciese acto de presencia. Pocas personas caminaban por el lugar, algo que inquietaba en gran medida a la joven profesora. De imprevisto sus ojos se percataron de una “persona” manchada por una corrupción densa y oscura como el alquitrán. La vida no paraba de recordarle que lo que vivió la noche anterior no era algo excepcional, era algo que iba a repetirse el resto de su vida.

—Tienes que observarles sin lo que lo sepan—. Pronuncio una voz familiar a sus espaldas. Al voltearse reconoció los finos rasgos de Sharik—. Imagino que al principio es complicado, pero pronto te acostumbraras. Has sido bendecida, aunque ahora te parezca una maldición.

Sin esperar respuesta alguna, su alumna comenzó a caminar, al parecer no quería perder tiempo. Aunque las piernas de su alumna eran bastante mas largas que las suyas, pronto la alcanzo y camino a su lado hablando de temas banales. Sin lugar a dudas su alumna trataba de calmar su mente conversando de temas normales y corrientes, algo que la joven profesora agradeció en gran medida.

Tiempo después llegaron a un bloque de pisos situado en unos barrios al borde de la indigencia. La puerta del portal tenia el cerrojo roto, permitiendo que profesora y alumna pasaran sin ningún0 impedimento y comenzaran ascender por las descuidadas escaleras.

Piso tercero puerta A fue su siguiente parada. Dado que el timbre no funcionaba Ashanti golpeo un par de veces la puerta de madera, siendo respondidos estos por el silencio. Instantes después unas pisadas se acercaron a la puerta y tras una ligera pausa, la persona de detrás comenzó a quitar los distintos cerrojos.

Un hombre de rostro endurecido les recibió vestido de manera impecable, era la perfecta oposición al estado del lugar. Sin decir ninguna palabra se apartó, dejando paso a ambas mujeres. Ashanti fue la primera en pasar, seguida de cerca por Hana.

Caminar por el piso no era difícil, ya que la austeridad se palpaba en cada esquina del departamento. En aquel lugar solo existía lo estrictamente necesario para vivir; sin embargo al llegar al salón la vista era muy distinta. Multitud de archivos se apilaban a los lados de la habitación y en una gran mesa, mientras que en la pared del fondo se observaba un gran corcho con innumerables fotografiás, recortes de periódico e informes, todo ello con anotaciones echas a mano y enlazados muchos de ellos con un hilo de color escarlata.

—Puedes irte ya, gracias por traerla—. Pronuncio despidiendo al ser celestial mientras tomaba una cerveza de la mesa y le daba un gran trago—. ¿Como Despertaste? ¿y a que te dedicas? Tenemos que ver si podemos sacar algo valioso de tu vida pasada, porque eso es en lo que quedo, algo pasado y destruido. Cuanto antes lo aceptes mejor para ti. 

Ashanti Sharik lejos de ofenderse, se despidió en silencio y abandono el apartamento mientras la dura y fría voz del cazador cortaba el aire con sus preguntas. Mientras tanto Hana se quedo de pie, algo confundida, sin saber muy bien como empezar. Esperaba que su profesora se quedara con ella, ya que era su único punto de apoyo en un mundo que comenzaba a desmoronarse a su alrededor con cada paso que daba.

Cuando Tony escuchó aquellas pisadas acercándose no dudo ni un instante en levantar aquella persona torturada y salir lo mas rápido que pudiera de allí. Para fortuna suya, cuando hizo fuerza para levantar al desconocido, este en un estado de semiconciencia le ayudo a levantarle.

Al principio caminaron por los numerables túneles que serpenteaban por el subsuelo; sin embargo cuando el joven pícaro oyó aquel grito gutural sus pasos se volvieron mas rápidos hasta el punto de llegar a correr en mas de una ocasión. Había veces que tenia que detenerse y volver hacia atrás para tomar el camino correcto, pero por fortuna suya regreso al lugar por donde entro a aquel laberinto de piedra y cemento.

Sus manos tantearon a través de las tinieblas hasta finalmente localizar una oquedad de pequeño tamaño en la piedra. Los nervios comenzaron a azotarlo cuando después de pulsar varias veces aquel botón, la puerta no respondía. Las pisadas y las voces cada vez eran mas cercanas.

Finalmente la puerta se abrió con una ligera fricción al rozar contra el suelo. Sin esperar un solo momento Jack corrió todo lo rápido que pudo, pero ¿a donde podría ir con una persona ensangrentada sin levantar sospechas? Caminara por donde caminara los transeúntes miraban a la pareja con una mezcla de sorpresa y error.

—Necesito que me lleves a la calle Libertad numero ocho, tercero A, allí podrán ayudarme—. Susurro el desconocido con una voz rota—. Nada de hospitales o estoy muerto.

Impulsado unicamente por encontrar las respuestas a sus preguntas, Tony corrió con el hombre por las entrañas de la ciudad de Gary. Con cada paso que daba sentía como su carga iba haciendo cada vez menos por ayudarle. Las piernas le ardían con cada paso; sin embargo el recuerdo de aquella abominación le instaba a poner un pie por delante de otro.

Tiempo después, el cual le resulto interminable, habían llegado a a un bloque de pisos situado en unos barrios al borde de la indigencia. La puerta del portal tenia el cerrojo roto, permitiendo que ambos pasaran sin ningún impedimento y comenzaran ascender por las descuidadas escaleras.

Piso tercero puerta A fue su siguiente parada. Dado que el timbre no funcionaba tuvó que golpear un par de veces la puerta de madera, siendo respondidos estos por el silencio. Instantes después unas pisadas se acercaron a la puerta y tras una ligera pausa, la persona de detrás comenzó a quitar los distintos cerrojos.

Un hombre de rostro endurecido les recibió vestido de manera impecable, era la perfecta oposición al estado del lugar. Al ver aquella escena, para sorpresa de Tony, su expresión no cambio. Con una mirada fría y dura, miró primero al joven pícaro, para posteriormente observar a su carga. Sin decir palabra alguna, se aparto a un lado dejando claro que debían pasar.

Caminar por el piso no era difícil, ya que la austeridad se palpaba en cada esquina del departamento. En aquel lugar solo existía lo estrictamente necesario para vivir; sin embargo al llegar al salón la vista era muy distinta. Multitud de archivos se apilaban a los lados de la habitación y en una gran mesa, mientras que en la pared del fondo se observaba un gran corcho con innumerables fotografiás, recortes de periódico e informes, todo ello con anotaciones echas a mano y enlazados muchos de ellos con un hilo de color escarlata.

—Dejalo ahí—. Ordenó señalando el único sofá de la habitación. Tony dejo al torturado hombre con gran cuidado sobre el sofá, el cual a pesar de ello emitió un gemido en modo de protesta—. Joder Klaus ¿Donde coño te has metido?

El joven Despierto observo en silencio como aquel hombre de rasgos duros, buscaba un botiquín para posteriormente, desvestir, limpiar y suturar las heridas con cierta torpeza. A pesar de su penosa habilidad, era una persona perfeccionista, quedando finalmente un resultado aceptable.

Después de terminar de curar a su compañero, con las manos aun manchadas por su sangre miro de manera directa al intrépido pandillero. No dijo nada, solo le observo durante unos instantes, tratando de leer mas allá.

Aún más confundida -si es que era posible-, Hana comenzó a pensar en su vida pasada. Los recuerdos y las personas fluían, ¿jamás podría volver a verlos? Antes de que las lágrimas comenzaran a formarse en sus ojos decidió responder, era más sencillo no pensarlo, al menos de momento.

—Soy... era profesora de iconografía.- hizo una breve pausa mientras veía como su futuro entrenador o lo que fuera se daba la vuelta y se acercaba a la cerveza de nuevo. Esos instantes en los que Sullivan no tenía sus ojos clavados en ella le sirvieron para observar con más detenimiento el piso, y, sobretodo, los recortes. Sin darse cuenta, casi imnotizada, se fue acercando a ellos, algunos habían sido noticias muy sonadas: secuestros, atracos mal acabados, supuestos ritos satánicos, ataques de animales a sus propios dueños...

Sullivan se percató de todo esto y se acercó sigilosamente a Hana, situándose detrás de ella. No obstante, la profesora esta vez no pareció inmutarse, absorta en todas esas imágenes y lo que debía significar que estuvieran en esta casa.

—Todo esto...

Hana observo con horror aquel variopinto mural. Muchas de aquellas imágenes mostraban rostros de niños sonrientes desaparecidos, otras incluso mostraban pequeños cuerpos desmembrados.

—Llevo mucho tiempo siguiendo la pista de una serie de desapariciones—. Respondió su mentor instantes después—. A nivel publico estos niños y niñas han sido asesinado y violados por depravados, aniquilados por animales salvajes o simplemente han desaparecido debido a supuestos malos tratos por parte de uno de sus progenitores. La lista de ejemplos es bastante grande.

»Al principio pensé que todo estaba relacionado por simples corazonadas; sin embargo un día los Heraldos me mostraron la realidad y entonces no dude en mi empeño—. Prosiguió con una voz al borde de la rabia y la frustración—. Con el tiempo descubrí que fiscales y abogados estaban comprados, al igual que el personal sanitario. Te puedes imaginar como conseguían hacer desaparecer a los niños sin ser detectados.

Después de aquellas palabras la joven profesora guardo silencio y examino de manera mas concienzuda aquel mural. De imprevisto sus ojos se percataron de algo que no habría creído posible. Su mentor, una persona de rasgos duros y disciplinado, tenia los ojos ligeramente humedecidos. Debido a ello dos preguntas surcaron de manera fugaz por la mente de la cazadora: ¿Tanto le afectaba todo aquello? ¿Estaría implicado a nivel personal?

—Yo...-Hana volvió a pensar si dar el pésame era realmente lo más indicado; su profesor no parecía de los que hablan de asuntos personales nada más conocer a alguien.

Sullivan leyó las intenciones de Hana, se dio la vuelta y carráspeó. Esperaba que no se fijara en ello, que no preguntara, al menos de momento, y que se acercara al mural ciertamente le pilló de improvisto, no pudiendo controlar sus emociones en un momento de débilidad, una palabra que ya no conocía -o eso trataba. Sin embargo, gracias a esto llegó a una conclusión: la chica tenía buena capacidad observatoria pero, en su contra, jugaba una cierta impetuosidad.

—Bueno... -dijo mientras doblaba la cerveza, ya vacía- no te hemos traído aqui el primer día para hablar de conspiraciones. Eso, digamos, es el... módulo avanzado -pronunció mientras movía las manos con aires de superioridad y un tono mordaz que la profesora no se esperaba- Con que profesora eh... –analizó concienciudamente a Hana de arriba a abajo y si bien no estaba ante una atleta, parecía que al menos la chica (sobrenombre que deció ponerle desde este momento) parecía que se cuidaba un poco.

—Si, eh... -contestó mientras veía como la examinaba de arriba a abajo y su rostro serio se torcía con una mueca- Di algunas clases de defensa propia hace un tiempo -afirmó con cierto orgullo.

—Entonces parece que podemos saltarnos un poco las primeras indicaciones.

Conforme pronunciaba la frase se había acercado hacia su nueva alumna, que desconcertada, se había enderezado, parece que esperando instrucciones.

Un segundo después, Hana se encontraba en el suelo, con Sullivan sobre ella y presionándole el cuello con el brazo.

— ¿Qué...? -pronunció como pudo y mirándolo confundida.

—Estas no son clases para damiselas, señorita Kim. Se juega la vida, y para ello, necesitará saber más que esquivar.

El endurecido cazador estaba recostado literalmente sobre Hana, impidiendo que pudiera realizar cualquier movimiento. A pesar de la ropa, la joven profesora, sentía el calor que despedía el musculoso cuerpo de su mentor. Durante unos instantes, ambos se miraron y pudo observar como su dura mirada se tornaba sorprendida y confusa.

Sin esperar un solo momento el cazador se levantó interrumpiendo aquel extraño momento. La señorita Kim tuvo que levantarse sola después de aquello, ya que su acompañante se había acercado a la mesa y tomaba otra lata de cerveza.

—Nosotros los cazadores somos la ultima mierda en este mundo sombrío. Somos débiles y frágiles. Sangramos, comemos, dormimos y cagamos, algo que nos deja vulnerables ante esas putas aberraciones—. Dijo con voz grave continuando con su lección—. Da igual que tengan aspecto humano o lo fueran en el pasado, son eso, monstruos, no te dejes engañar. Nos manipulan, usan y se divierten, y cuando todo eso termina, nos matan.

»Muchos de ellos son estúpidos, simples abominaciones que se mueven por instintos básicos o antiguos recuerdos de su vida pasada. Claros ejemplos son los tambaleantes, cuerpos muertos, animados por algo que desconocemos—. Continuo mientras sacaba un revolver de tambor y sacaba las balas con desenvoltura—. Pero los peores son los inteligentes, los que mueven el mundo a través de hilos invisibles. Chupasangres, hombres lobo y brujos de gran poder. Prácticamente todos los cuentos de viejas que has escuchado guardan parte de verdad, aunque otras son patrañas que nos pueden poner en peligro.

Cuando saco cada una de las balas, una por una, tomo la pistola por el cañón y se la ofreció a la joven profesora. Esta tomo con cierta timidez el arma, para comprobar que pesaba mas de lo que nunca habría imaginado. Ahora comprendía porque un golpe con la culata dejaba a mas de uno inconsciente.

—Por el momento llevaras el arma sin balas, quiero que te acostumbres a su peso. Al principio es incomodo, pero te acostumbraras y sabrás caminar y esconderla sin hacerla visible—. Pronuncio después de dar un largo trago a la cerveza—. Te enseñare a disparar un arma como Dios manda, aunque las balas no siempre les matan, sin lugar a dudas les escuece.

»Me llamo Morgan Sullivan y soy agente de policía—. Declaró de imprevisto rompiendo la linea de la conversación—. Y tú, chica, ¿como te llamas?

—Hana... Kim Hana.-hizo una breve pausa mientras contemplaba el arma que yacía ahora sobre sus manos, jamás  habría imaginado tener algo de esto entre sus manos- ¿No-No siempre les mata? -hizo otra pausa, meditando sobre todo esto- No lo entiendo, si somos los únicos humanos que podemos verles y proteger a los que no, ¿por qué no nos ayuda nadie... ya sabes, los de arriba? Sharik habló de una batalla entre seres superiores -pronunció ya sin saber si se refería a seres como Sharik o los gobernantes que siempre pensaban que tenían todo en su poder, y por lo que parecía, no era así.

Tony al dejar al hombre torturado y ver de manera rápida el piso donde se encontraba, se vio sorprendido por el hombre que había abierto la puerta mirándole fijamente como si le estuviera adivinando lo que en su mente había por muy escondido que estuviese.

¿ Que esta pasando? ¿Quién es esa cosa que parecía una persona muerta y de repente se ha convertido en una especie de demonio? ¿Qué es este lugar? ¿Quiénes sois? ¿Qué vais a hacer conmigo? ¿ Quien es Klaus?.
Gritaba y preguntaba Tony desesperado por conocer la respuesta aunque en el fondo sabía que no quería saber nada de lo que le respondieran.

El hombre se limitó a observarle y tras una larga pausa hizo una mueca para contestar a todas sus preguntas.

—Ellos nos dieron la capacidad de ver el mundo tal y como es, al menos un reflejo de lo que se supone que es—. Pronuncio el adusto detective con voz grave—. Sin embargo no te dejes engañar, aunque nos hayan dado ciertas capacidades para hacer frente a esta mierda, no olvides que están en otra liga y por ello podemos ser simples peones para ellos en la guerra de la que hablas.

»Pero bueno, por el momento lo que nos interesa es tu formación y tratar de limpiar este mundo de la ponzoña que la esta consumiendo—. Continuo mientras se agachaba y tomaba otra pistola que se encontraba bajo la mesa—. Hay que estar siempre preparado, ese es el secreto. Vamos, es hora de aprender, chica.

Pocos minutos después Hana y Morgan subían al coche patrulla, el cual con fluidos movimientos por parte del agente, les introdujo de lleno en las entrañas de la ciudad.

Dado que su mentor era un acompañante pésimo, la joven profesora, dejo vagar su mirada por el interior del coche en mas de una ocasión. Fue entonces cuando se percato de un collar de macarrones que colgaba del retrovisor y un horrible cenicero de arcilla hecho a mano lleno de ceniza y colillas a medio gastar. Sullivan parecía un hombre solitario, pero nadie estaba preparado para perder un hijo, ni siquiera él por muy duro que se mostrara.

—Chica, ¡despierta!—. La voz del agente empujo a Hana fuera de sus pensamientos. Al mirar a su alrededor vio que el coche se había detenido justo en frente de una sala de tiro—. Vamos, tenemos mucho que hacer.

Durante la siguiente hora aprendió no solo los principio básica de un arma, sino que aprendió que lo que ocurre en las películas, se queda en las películas. Aunque su mentor le había avisado, la primera vez que disparo, casi se golpeo en la cara con el revolver debido al retroceso.

En las cuatro horas que estuvo practicando solo disparo una doce de veces exactamente donde quería. Las armas de corto alcance aunque era mas fáciles de transportar y desenfundar, tenían una pega, con poco se desviaba el disparo. En ese tiempo, ademas de conseguir que los oídos le pitaran y las manos le dolieran por sujetar el arma, descubrió la virtuosidad de su maestro con la pistola. Su arma apenas se movía con cada detonación y tan solo uno de cada diez tiros fallaba el blanco.

—Se que has flipado conmigo, pero tranquila todo llega—. Pronuncio una vez fuera mientras se subía al coche—. Sin embargo, una cosa es disparar sin presión y otra disparar con un vampiro tratando de desparramar tus tripas por el suelo. Da igual lo bien que dispares, lo realmente importante es el temple.

»Esta claro que por el momento no puedes encargarte ni siquiera de ti misma e imagino que no querrás estar sola. Si quieres puedes quedarte a dormir en mi casa—. Cuando Morgan pronuncio aquellas palabras sintió un tono de lastima; sin embargo, debajo de aquello le pareció reconocer la soledad.

El sueño había invadido el cuerpo de Hana poco después de tumbarse en la cama. Poco después algo interrumpió su sueño, al principio trato de volver a dormir; sin embargo segundos después escucho una voz desconocida. Impulsada por la curiosidad camino en silencio por los austeros pasillos del piso de su mentor hasta llegar a su destino.

Cuando llego observo al adusto detective poner un vendaje sobre un hombre que yacía sobre el sofá; sin embargo las voces no procedían de él, sino de un joven que caminaba nervioso en círculos incapaz de estarse quieto.

—¿Que esta pasando? ¿Quien es esa cosa que parecía una persona muerta y de repente se ha convertido en una especia de demonio? ¿Que es este lugar? ¿Quienes sois? ¿Que vais hacer conmigo? ¿Quien es Klaus?—. Pronuncio  el desconocido alzando mas de lo debido la voz. 

Morgan se levanto y observo con dureza al joven. Instantes después su mirada fue sustituida al momento por la sorpresa, para posteriormente dibujarse una sonrisa en sus labios.

—Joder, ¿otro que ha Despertado?—Pronuncio Sullivan con cierto tono jocoso para después señalar al moribundo que yacía en el sofá—. Él es Klaus. Esta es mi casa y lo siento, pero tu ojete no nos interesa mucho.

Tras soltar aquella broma una risa ligera y contenida surgía del estomago del cazador. A juzgar por el cambio en el semblante del desconocido, aquella broma no fue bien recibida.

—Tranquilo muchacho, era solo una broma. Si quieres mas información primero tendrás que explicarme que es eso que viste, desde el principio—. Continuo con voz grave—. Aunque antes, espera.

»Puedes entrar chica—. Pronuncio de imprevisto provocando que la joven profesora diera un pequeño salto de sorpresa. Sin saber que hacer, con cierta timidez entro a la habitación y observo al joven—. Ahora si, puedes comenzar.

La dureza de su mirada fue sustituida al instante por la sorpresa, para posteriormente dibujarse una sonrisa en sus labios.

—Joder, ¿otro que ha Despertado?—Pronuncio con cierto tono jocoso para después señalar al moribundo—. Él es Klaus. Esta es mi casa y lo siento, pero tu ojete no me interesa mucho.

Tras soltar aquella broma una risa ligera y contenida surgía del estomago de aquel desconocido. Aquello no sentó nada bien a Tony, después de lo que había vivido no estaba para bromas y menos para que un gilipollas se riera de él.

—Tranquilo muchacho, era solo una broma. Si quieres mas información primero tendrás que explicarme que es eso que viste, desde el principio—. Continuo el desconocido con voz grave—. Aunque antes, espera.

»Puedes entrar chica—. Pocos segundos después una joven de rasgos asiáticos hizo acto de presencia—. Ahora si, puedes comenzar.

De acuerdo. Respondió Tony con un tono de derrota. Pero después me tenéis que contar que cojones esta pasando aquí sin mentiras y me refiero tanto a ti, como a ti. Añadió señalando tanto al hombre como a la chica que acababa de aparecer.

Empezare por el principio. El suceso en si tuvo lugar en el cine que de repente se incendio.Yo estaba allí como una criatura con alas se metió en un cuerpo de un hombre destrozado por el incendio, y en cuanto se metió esa criatura se levanto y empezó a caminar sin que nadie se hubiera percatado de nada solo yo.. Empezó narrando.

Seguí a esa criatura a una iglesia abandonada y se metió por unos pasadizos laberínticos y allí encontré a tu amigo torturado con la criatura, un hombre y una mujer. Cuando se fueron de la sala libere a tu amigo y me lo lleve a la superficie porque quería respuestas y el me dijo que viniéramos a esta dirección y aquí estoy esperando mis respuestas. . Siguió narrando Tony.

Así que os toca decirme toda la verdad Termino diciendo Tony con la mirada puesta en ellos.

Hana se quedó observando al muchacho mientras hablaba. Su rostro se desfiguraba en ciertos momentos mostrando el gran horror que debió haber pasado mientras contemplaba aquel... ser oscuro. Ese debíó haber sido mi rostro cuando Sharik me ayudó, pensó.

Miró entonces a Sullivan, esperando que contestara al chico, y a ella misma, pues, aunque el joven creyera que ella tambien tenía respuestas, en verdad, estaba casi tan perdida como él.

El adusto detective escucho con atención cada una de las palabras del joven pícaro. En ningún momento su rostro se perturbo, mostrando siempre la misma seriedad.

—Esto siempre es jodido de explicar al principio—. Pronuncio con cierta frustración—. Para empezar no estas loco. Tus ojos se han abierto a una realidad desconocida para la mayoría de personas, salvo para nosotros, los Despiertos.

»Parece ser que viste la posesión de aquel cadáver por un demonio o espectro totémico, lo cual unido a lo que me cuentas de Klaus me inquieta en gran medida—. Medito durante unos instantes, tras lo cual añadió—. Si aquel ser caminó directo a la iglesia como me cuentas, implica que no es la primera vez que pisa el mundo humano.

Morgan guardo silencio y observo a su compañero, el cual respiraba con dificultad. Frunció ligeramente el ceño mientras se acercaba y apoyaba la oreja en el pecho del torturado.

—Tenemos que irnos ahora mismo, esta mas grave de lo que imaginaba—. Pronuncio con voz preocupada mientras tomaba su pistola y se ponía la chaqueta, tras lo cual miro a Tony y le pregunto—: ¿Te ha seguido alguien?

Tony miró a Morgan y contestó:

Que yo sepa no, pero estaba demasiado ocupado llevando a tu amigo en brazos que no es precisamente un peso pluma.

Tony se empezó a poner nervioso con esa pregunta y por la gravedad de Klaus por lo que preguntó de nuevo a Morgan.

El me dijo que no fuéramos a un hospital, ya que si íbamos estábamos muertos. ¿Tienes alguna idea de donde ir?

Preguntó Tony señalando al hombre tumbado en el sofá

—Violeta podrá salvarle—. Respondió con voz grave mientras tomaba con ligereza el peso de muerto que era el cuerpo de Klaus. Tras lo cual añadió en voz mas baja—: Si llegamos a tiempo...

»Tu conduces—. Pronuncio mientras tendía las llaves del coche a Hanna. En aquella ocasión no hubo ningún apelativo burlón, algo que mostraba de manera indirecta que algo no iba bien.

La sirena del coche patrulla silbaba sin parar, quebrando la quietud que gobernaba aquella noche. Con cada instante que pasaba, la respiración de Klaus era mas forzosa, precedida cada inspiración por una respiración silbante. Morgan abrazaba a su compañero en la parte trasera, mientras la señorita Kim conducía con Tony como copiloto. Aunque el adusto policía no lloraba, ambos cazadores podían sentir como la tensión iba en aumento. Incapaz de hacer nada mas, la joven profesora, piso a fondo el acelerador tratando de llegar cuanto antes.

No importo lo rápido que las señales de trafico quedaban atrás, sus plegarias silenciosas o la torpe maniobra de reanimación que realizo el detective. Su camarada murió en sus brazos justo cuando llegaron a su destino.