Con múltiples y acrobáticas reverencias, Calabozo se retira de la presencia de su Ama. Echará en falta a Pepo, claro que sí... pero seguro que pronto les llegará otra dulce calabacita dispuesta a cumplir los más ínfimos deseos de su ama.
O, al menos, dispuesta a intentarlo.
Hasta otra, compañeros. Ha sido un placer...