Partida Rol por web

No me servia para nada gritar nadie me escuchaba...Pero me di cuenta que había un camino que si no te fijas bien no te das cuenta que existía... Con sigilo me acerco...Y empiezo a escuchar como unos pequeños pasos. Ojala que sea una persona. No me atrevía a decir nada... Solo esperaba a que pasearas por delante mía... y verlo.

¿Dónde demonios estoy? Una cosa tenía clara Gabriel, y es que no se encontraba en su apartamento, último lugar que recordaba. De repente, la sensación de encontrarse en plena naturaleza y en un lugar desconocido le oprimió el cerebro y el impulso de la migraña le hizo pararse un momento y frotarse las sienes con las manos.

Un instante después de recomponerse otro tipo de dudas acudieron a la mente del periodista. ¿Cómo he llegado aquí? ¿Cómo salgo? aunque había una pregunta que su mente esquivaba, como si algún truco de su subconsciente no quisiera saber la respuesta. ¿Qué era eso que vi tras los árboles?

Había muchas preguntas que responder y otras varias que plantear, pero había algo más importante, y es que Gabriel no sabía donde estaba y la luz diurna no duraría demasiado.

Si esto es un bosque, debe haber alguna autoridad forestal que se encargue de su cuidado. Mejor busco a alguien antes de que se haga de noche. Con esta sentencia, Gabriel comienza a andar.

El hecho de no saber donde te encontrabas te inquietaba mas que la figura que viste a lo lejos, "quizá fue un mono, de seguro hay algunos por aquí". 

Notas como la espesura del bosque no te permite atravesarlo, sino que debes tomar los caminos que ves, parece que hacia el oeste hay mas luz, hacia allí te diriges entonces. 

Caminas por unos minutos, quizás 10, es difícil calcular el tiempo en ese lugar, la luz apenas se abre paso entre las hojas, y el clima parece estar en un stand by constante. No sientes frío ni calor, si no fuese por el dilema de tu aparición allí, piensas que sería un buen sitio para escribir tus notas. De repente te acuerdas de tu libreta de bolsillo, te tocas el saco para comprobar que aún la traes contigo. Una pequeña sonrisa se te dibuja en el rostro, tu libreta continua en su lugar, al igual que el bolígrafo que sueles atesorar en las anillas del anotador. 

Sigues a paso lento, observando el camino, cuando no muy lejos de donde estas escuchas un grito.

"Despierta!", resuena entre los árboles. Sin duda es una voz masculina, sin duda proviene directamente de adonde te diriges.

"Está muy cerca, debo tener cuidado". Haces unos cuantos pasos, y llegas al lugar de donde provino la voz. Observas desde una distancia prudente a un hombre de cabello negro y alta estatura, caminando con una joven y rubia mujer; lucen desconcertados y no parecen haberte visto.