Partida Rol por web

-¿Qué? -Pregunté confusa mientras daba un paso hacia atrás, golpeada por sus palabras.
Negué con la cabeza mientras los ojos se me inundaba de lágrimas. Que hubiera insinuado que yo estuviera detrás de un falso intento de asesinato, me había hecho daño.
-Yo nunca... Yo nunca haría que vuestras vidas peligra sean. Es todo culpa de El Productor, él está detrás de todo. ¿No lo veis?
Me sentía impotente. Al borde una crisis nerviosa. Intentaba tranquilizarme pero que Peter me. Hubiese atacado de esa manera, era la gota que colmaba el vaso.

Fruncí el ceño ante el ataque de Coach.
-Claro que lo soy. Soy la directora del programa, ya lo sabíais, os lo dije. Pero jamás dejaría programado un desafío de estas características. Estoy al 100% segura de que había plan B. Por si no conseguíamos salir por nuestros medios.
Me volví hacia Peter y asentí

Los seis concursantes se pusieron en marcha, alejándose del páramo chamuscado. Cada uno tenía sus propios pensamientos pero lo que les llevaba a dar un paso tras a otro; era el hambre, el cansancio, la sed y la desesperación.

Caminaron en silencio durante más de dos horas. Hasta que notaron que el olor a incendio había disminuído o quizás, simplemente se habían acostumbrado demasiado. El lugar donde decidieron acampanar era un pequeño solar sin árboles, y no muy lejos se encontraba un arroyo. Aprovecharon para bañarse por turnos, mientras otros buscaban comida, construían refugio, o hervían agua. Todos en silencio, haciendo sus labores como autómatas.

Se sentaron alrededor una hoguera, comieron tres liebres para seis personas, y por último, se echaron en el suelo, bajo un tejado de lianas y ramas secas, improvisados. El sueño los invadió, eran sueños tormentuosos y la tos de algunos sólo hacia que se removiesen los otros.

DÍA 6
8 am

No se miraban, no conversaban, se movían como miembros del mismo cuerpo. Cada uno ocupándose de su tarea como lo habían hecho por la noche (agua, comida, aseo, preparación para salir). No habían decidido nada, sólo caminaban, en fila. Sin más.

A un par de kilómetros de su posición encontraron una tienda de campaña de unos 30 metros cuadrados, rectangular, verde bosque. La puerta está cerrada con cremallera, haciéndola parecer hermética. Al abrir la cremallera, no podrían ver el interior, todo está muy oscuro. Pero con la iluminación del exterior, vieron en el suelo, un mando a distancia de un sólo botón (verde, en el centro), tiene un post-it que reza: "ENCIÉNDEME".

El primer valiente en entrar, estudió el mando con la luz que se filtraba por la puerta. Subiéndose de hombros, le da al botón verde.

Sin más, se enciende el interior de la tienda de campaña. Con bombillas puestas a cada metro, rodeando el interior rectangular de la tienda, la luz artificial los ciega por un momento. En la pared extrema se ve una mesa alargada y una televisión en el centro. Se enciende, un minuto después de haber accionado el botón. Janet sale en la pantalla tan radiante y jovial como siempre:

-¡Bienvenidos! -Exclama demasiado entusiasta. No espera las respuestas de los concursantes y simplemente sigue hablando.-Habéis llegado al final de la etapa en equipo. A partir de aquí, comienza vuestro largo y solitario desafío individual. -Señala a ambos lado del aparato donde sale.- Cada uno tiene un mapa para llegar al siguiente punto del desafío. A partir de aquí, no se os dará ninguna comodidad. Sí, os dejaremos comida pero debéis buscarla bien. -Les guiña un ojo.-A partir de aquí, seguís solos. ¡Suerte, concursantes! La meta ya está cerca.

La televisión se apaga de repente. Se escucha un chasquido en la parte de atrás de la tienda, las luces parpadean. Parece que el generador está a punto de agotarse o quizás sea una avería por estar a la intemperie. Los concursantes recogen rápidamente sus mapas, junto los mapas tienen un pequeño macuto (en su interior, hay tres antibióticos, tres antipirético, tres barritas energéticas y una cantimplora de metal de 500ml) y salen de la tienda antes de quedarse a oscuras.

Después de hablar en privado con Peter, habíamos vuelto al grupo con nuestros dedos entrelazados de forma tímida o casi temerosa, un centímetro más y mis dedos podrían deslizarse de los suyos para dejar de estar juntos. ¿Sería un reflejo de nuestra relación?

Me había fijado en Militar y Coach, preocupándome por su salud física y Doc parecía no encontrarse bien, aunque lo suyo era a nivel psicológico. Sonreí lastimera a Zoo. E iniciamos el camino para alejarnos de allí. Todos lo necesitábamos... escapar de nuestros pensamientos de forma física y mental.

Nuestro caminar era monótono. Cuando por unanimidad decidimos no dar un paso más. Comencé a hacer el refugio junto con quien le apeteciese. Antes de que la noche fuera más oscura, me fui a dar un baño refrescante que pareció revivirme.

La cena fue silenciosa mientras en mi cabeza se agolpaban los pensamientos de porqué, cómo, quién, qué,... ¿cómo se habían atrevido los del programa hacernos todo esto? Nuestra moral había caído por los suelos. Nuestros límites físicos habían sido extralimitados.

-Buenas noches.-Murmuré antes de arrastrarme hasta el refugio. Allí caí rendida. Mis cabellos estaban húmedos, mi ropa olía a humo,... pero el sueño me venció.

Me había despertado empapada en sudor. Había soñado con mi pequeña, Clementime... Como había sido concebida en una de las numerosas violaciones perpetuadas por El Productor.

Otra vez, me dolía la cabeza, seguramente por las drogas y el alcohol. Debía cambiar de vida. Sabía que debía cambiar de vida. El sexo salvaje y los maltratos... al principio habían sido divertidos, pero se había vuelto más brutal y ahora no conseguía salir de ese círculo vicioso. Era su perra y él mi amo. Lo odiaba en silencio, y me asqueaba de mí misma. Hasta que aquel embarazo siguió su ritmo y no como todos los demás.

Tenía una razón para que mis ideas de suicidio se frenansen en seco.

Abrí los ojos y me quedé mirando a Zoo. Parecía dormitar, sonreí. Ella parecía un pajarillo que sólo buscaba un nido donde posar sus plumas. Sentí un estremicimiento en el pecho. Posé mi mirada en Doc, sabía cuales eran sus preocupaciones, sabía lo mucho que adoraba su padre. Coach y sus planes, la sonrisa se borró de mi cara, sentía que nunca volvería a ver a esa mujer, excepto en la cara de Zoo. Y Militar... sólo buscaba la paz en el mundo en cambio, había acabado con una infección de bronquitis. Y ¿Peter?

Me levanté y me arrastré al exterior. Desayuné algunas sobras frías de la noche y me empecé a preparar para echarme a andar. No teníamos suficientes cantimploras pero rellenábamos las que teníamos para compartir.

Esperé a por los demás, y nos pusimos a caminar sin rumbo fijo, hasta llegar a aquella tienda de campaña desolada.

Me había sentido extrañada al encontrarme la tienda de campaña. Me esperaba una pancarta colorida con las palabras "Salida" para echar a correr y acabar con toda esta pantominia. Quizás una triatlon. Sí, estaría bien. Bici, correr y nadar. Y ¿una gymkana?
Por un momento quise gritar un montón de sandeces e insultos. Pero cuando Janet se puso a hablar en la pequeña pantalla de televisión, me absorvió.

Las luces se pusieron a parpadear. Recogí mi mapa y mi macuto y salí a la luz del día. Desenrrollé mi mapa y alcé la mirada para mirar a los otros cinco.
-Nos separamos.-Musité un poco temerosa. Sabía que si no me había derrumbado, era por la compañía, su compañía. Tosí, tosí más fuerte, hasta doblarme por la mitad. El humo... el maldito humo. Busqué en el macuto y me tragué la primera pastilla que me vino a la mano.

Me rasqué la cabeza pensativa. Saqué mi mapa y lo extendí en el suelo. Tomé con una sonrisa el de Peter de su mano y lo extendí a su lado.
-Nuestros caminos se separan aquí.-Le señalé un punto a un kilómetro de distancia, al Norte. Supuse que los demás mapas también tendrían camino diferentes.
Volví a plegar los dos mapas y le entregué el suyo.

Me volví hacia Militar.
-Si, eso espero, Alucard. No me agrada la idea de dormir sola perdida en medio de la nada.

Me acerqué a Zoo y le acaricié la mejilla tranquilizadora.
-No te preocupes, seguro que trataran de llevarte de su mano, sólo déjate guiar. -Le sonreí.-Quizás no deberíamos de haber bajado de la colina donde encontramos a los no-excursionista. O quizás, sólo querían que nos moviéramos de aquel lugar que tan cómodo se veía. -Me levanté de hombros, sin saber que más decir. La abracé con fuerza contra mí. Me gustaba esta chica, no me importaría tenerla como hermana, salvando la adolescencia.

Me volví a acercar a Peter y me puse a hablar con él.

-La desobediencia conlleva consecuencias. -Les advertí. - Es cierto que nuestros caminos empiezan juntos pero se van separando según avance, primero cinco kilómetros, después diez, así hasta acabar cada uno en una dirección distinta.-Medité mis palabras. - Yo voy a seguir el juego, sois libres de hacer lo que queráis.

Negué con la cabeza.
-Seguiré mi camino, Scout.-Le guiñé un ojo. Recogí mi mapa y mi pequeño macuto.-Os veo en la meta, o los que se rinden en el plató.-Los miraba a todos.-Ya es una cuestión de orgullo, señores y dama. ¿No hay huevos?-Pregunté jactándome.

Sonreía mientras me acercaba a Peter con toda su verborrea. Lo agarré de la pechera de la camisa y lo besé sin miramientos, durante largo rato, de una forma salvaje.
-Adiós-Dije al separar mis labios de los suyos. Di un paso atrás para abarcarlos a todos con la vista.-Adiós-Dije convincente a los otros cuatro.

Recoloqué el asa del macuto en el hombro. Y sujetando el mapa con firmeza, me interné, con un dolor en el pecho, en el bosque.

Llevaban cuarenta cinco minutos debatiendo si ir o no, si ir juntos o por separado,... Mientras Lina seguía atravesando el bosque intentando llegar al punto que ponía su mapa antes de que se hiciera de noche.

Son las 10.45 am.
Y vuestro objetivo personal e individual, del mapa está a 40 kilómetros por terreno vertiginoso que os vendrá llevando 9 horas antes de que la noche sea completamente oscura, siempre y cuando sigáis cada uno vuestro mapa.

Lina había salido de primera. Coach aprovechando la indecisión de los demás, se puso en marcha con su mapa en mano. Y antes de que los hermanos se decidieran por coger el mapa de Doc, Militar ya se había ido en silencio, y sin despedirse.

En la profundidad de la noche se escuchó un "UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU" por un momento se pudo confundir con el aullido de un lobo pero la voz parecía humana.

Finalmente, nuestros concursantes habían encontrado su lugar en el mundo. Sí, no se habían llevado el premio en metálico y tampoco la fama. Pero Scout había reencontrado a su hermana, Zoo, y lo mismo para ella. Y el buen Doc, había formado una familia, con Zoo, y con su hermano, que para él se había vuelto un hermano de otra madre.

Nadie más del concurso volvió a aparecer, ni concursantes ni equipo de producción. Seguramente acabarían siendo pasto de las alimañas contagiadas por el virus o tendrían más mala suerte, muriendo en la oleada de enfermedad, entre terribles dolores. Una enfermedad que siempre había estado ahí, resistiendo, sobreviviendo. Un virus que había sido capaz de mutar hasta el extremo que de acabar con casi el 75% de la población animal,entre ellos la humanidad.

Pero no estaban solos. Conocían otros poblados como el suyo. Tan alejados como a tres días en caballo. Pero las bestias contagiadas siempre estaban al acecho, de día y de noche. Moverse fuera de su terreno era peligroso. Ahora los supervivientes parecían ser parte de una granja para esos animales. Tomaban al que querían, lo devoraban sin compasión. A veces jugaban con sus cuerpos maltrechos y en ocasiones, con sus cadáveres. Por pura diversión. Las tornas habían cambiado, ya no era el hombre que quien cazaba por ocio sino por supervivencia. Y ahora los animales volvían a estar encima de la cadena alimenticia.

Preparados para sólo JUGAR.

*******************************SOBREVIVE (SI PUEDES) ************************************

FIN