Tras estar gritando a Alex y no obtener respuesta, no podía dar crédito a lo que eso significaba. Pero al toca a mi chico le note que no tenía latido.
Eso hizo que me pusiera histérica, y a la confundida. No podía imaginar que mi chico no estuviera vivo a mi lado. Estaba llorando como una posesa a su lado. Cuando un disparó escuché, me agarre a la mano de mi chica a pesar de no poder notar nunca más su calor.
De una cogí fuerzas y me levanté del suelo con la cara empapada de lagrimas y todo nerviosa a la vez histérica.
So...so...socorro!!! no me dispare.
El hombre se te quedó mirando y luego miró al chico que yacía a tu lado, sus ojos pasaron por encima de todos los cuerpos caídos que había cerca vuestra. Algunos mas enteros que otros.
No grites! Levanta las manos Te apuntó con el arma a un a unos 5 metros de distancia. Ahora te diste cuenta de que parecía estar sudando muchísimo y algo cansado. Quizás hubiese pasado por lo mismo que vosotros.
No tengo ahora mismo conexión como para buscarle una imagen pero en cuanto pueda lo hago ^^
Si a esta parte le podemos meter caña mejor : D
Levanté las manos como me pidió. Estaba temblando, nerviosa, histérica y no paraba de llorar. Le respondí en bajito.
No me hagas nada, por favor.
El hombre se te quedó mirando un poco dudoso
Vale...levantate y quédate a la izquierda, a 5 metros de donde estás y no te muevas, ¿me has entendido? Si no tu cabeza acabará como la de ese profesor Señaló con el cañon del arma al monstruo que os había atacado antes.
Me quedé a la izquierda y a 5 metros como me pidió.
De...de...de verdad puedes confiar en mi, no ves que mi chico y un amigo han muerto. Mientras le miraba sin parar a todo lo que hacia.
El hombre fue uno a uno mirando a los heridos, parecía que había un par muy mal. Maldición...Musitó por lo bajo para el tras verlos a todos.
Hay dos muertos Se pasó la mano por la frente consternado. Tengo un vehículo en la entrada, voy a por el, no te muevas, vendré a recogerlos....Salió a la carrera hacía el aparcamiento donde estaba en un principio el monstruo dejando de verle por unos largos minutos.
Al poco una furgoneta blanca simple de 8 pasajeros apareció por la esquina, abriendose la puerta lateral al poco.
Ayudame a meterlos! rapido! Ahora los viste a todos, Alex parecía tener la nariz y la mandibula rota por lo desencajada que la tenía, aparte de heridas leves y algunas quemaduras. Melissa tenía una brecha en la frente por la que sangraba bastante aunque no era del todo preocupante, Miller tenía arañazos por el rostro y una quemadura bastante fea en la espalda en la cual seguramente habría trozos de metralla...
Pero no se llevó ni a Armand ni a Michal.
Entra y cierra. Dijo tras medio acomodarlos en la parte trasera, donde tu tendrías que quedarte. Un acelerón al montar tu que se llevó por delante la valla de la entrada principal.
La voz de una mujer te llegó alto y claro
"Unos segundos...unos segundos...pero no si era en el presente, pasado...o futuro."
Todo fue claro y conciso antes del último aliento, recuerdas hace un par de semanas, cuando te acostaste por primera vez con Monique. Lo viste como si fuese un sueño, pero algo había cambiado, algo iba mal.
Si, algo iba mal, tu si usaste protección, ahora no la estabas usando. Justo en el momento cumbre tu propio reflejo te miró con media sonrisa, media sonrisa de alguien con ojos negros que siseaba
"solo unos segundos.."
Ahora, en tu muerte, viste el olvido y la pena cayó sobre tus hombros ahogandote en un sufrimiento de lamentos.
Todos fuisteis despertados por un duro golpe, luego un ligero traqueteo que os hizo daros cuenta de que estabais en un vehículo acomodados, algunos sentados otros mas tumbados.
Quien sea que conduciese parecía que se le iba la vida en ello pues se comía todos los baches de la carretera; la mayoría no podíais hablar aun y el pitido insistente en vuestros oídos solo os trajo el recuerdo de la lluvia y danza de ceniza tras la explosión del vehículo...recordasteis como el tiempo se ralentizaba y como cada músculo de vuestro cuerpo se preparaba para la caída y el dolor; como entre las sombras el rezo ante la muerte para que os salvase de ir hacía ella nacía en vuestras entrañas.
Un dolor que aun permanecía sobre vuestra piel, un dolor que hizo que Alex se diese cuenta de su nariz rota, de su mandíbula desencajada y el sabor amargo de la sangre entre sus labios. Un dolor que echando la mirada hacía atrás se incrementó al ver las verjas de la entrada del colegio abiertas de par en par mientras os alejabais, un dolor atenazante de los ultimos recuerdos con su hermano, de su risa, de su actitud tímida y algo reservada, el recuerdo de su voz...que ahora yacía tendida en cualquier lugar de ese infierno, un dolor que compartiría con Melissa la cual había dejado a su hermana atrás sin saber si estaba viva o muerta, pero que por el golpe contra el asfalto apenas podía mover las piernas y se sentía hinchada, con un fuerte dolor de cabeza del cual no tardó en darse cuenta que era una brecha aun sangrante.
Miller notaba un comezón intenso en la espalda y olía a quemado, apenas le quedaba algo de pelo por un lado de la cabeza y tenía un ojo morado. Monique...la única que parecía estar despierta antes tenía magulladuras en el rostro y el pelo oscurecido por la ceniza y la sangre del que dejó atrás...sus ojos llorosos solo dejaron paso a un silencio roto por el amago de un quejido lastimero al sentir aun el tacto de la mano fría de su amado, abandonado también sobre el frío patíbulo donde no hace ni unas horas jugaban aun los niños.
Una voz que provenía del asiento del conductor tardó en calar en vuestra mente, que aun estaba en blanco mientras observabais como esa niebla que parecía volverse de un gris a un blanco perla se comía los restos de vuestra vida y vuestra humanidad, de vuestros seres queridos, de vuestros amigos, de vuestra alma.
-Vamos al pueblo mas cercano...vamos a Mittle- Susurró el hombre con una pasividad arraigada por la experiencia. Allí ya no teníais nada que hacer, era un cementerio.
Solo estáis Miller, Monique, Melissa y Alex.
Podéis postear una última vez
Me monté en el vehículo del hombre, tras ayudar con algunos cuerpos excepto el de Armand y mi chico Michal. Seguía sin dar crédito a lo que había pasado en tan solo un momento. Mi cara seguía empapada de lagrimas, nota una presión en mi pecho que no me deja respirar bien.
No parecía ser la única que estaba viva, Melissa, Miller y Alex estaban aquí en el vehículo. Los dos primeros tenían cada uno sus rasguños y demás... Les miré, pero no podía mostrar alegría ni nada por estilo ya que había sido lo peor que había vivido en mi vida.
Escuché como el hombre nos decía que íbamos al pueblo de al lado y tan solo dije a mis compañeros.
Pa...pa...parece que todo ha acabado y muy mal...
¡Si! .- exclamó Alex lleno de alegría cuando ganó las semifinales regionales de atletismo. Había atravesado la linea de meta y sintió como le inundaba una sensación de placer y felicidad. Delante de él estaba Roberto que había saltado de las gradas para ir a abrazarle. - ¡Has ganado tio! ¡HAS GANADO! .- gritaba Roberto incluso más eufórico que Alex. - ¡Has gana-! .- sus gritos se perdieron entre las risas de Alex cuando se abrazaron.
Cuando pasaron unos segundos Alex miró a su alrededor y continuó riendo, pero poco a poco su sonrisa se iba borrando de su rostro.
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Cuando miró al cielo el sol era negro y el aire estaba emponzoñado con una niebla que oscurecía el ambiente, no podía entender que estaba pasando. Miró a Roberto de nuevo - ¿Que está pasando? Parece un ecl... .- el aire se le escapó de los pulmones al girarse hacia Roberto al darse cuenta que estaba herido, tenía la cara ensangrentada y la mirada perdida en el torso de Alex.
Alex gritó con rabia, respiraba más profundamente y se movía de un lado a otro desesperado sin saber que hacer, el mundo se desmoronaba a su alrededor. Poco a poco una luz en el horizonte fue acercandose al estadio de atletismo, cuando llego a las gradas estas fueron engullidas por la luz y pronto le atraparían a él y a su hermano.
Roberto le tiró de la chupa de cuero - ¡Corre ALEX! ¿Que había pasado con su uniforme de atleta que llevaba Alex hace un momento? Sentía una ligera taquicardía y su brazo derecho comenzó a dolerle fuertemente.
Le cogió de la mano y Alex se sorprendió cuando se vio corriendo por la pista con las llaves de su coche en la mano. Miró a Roberto muy asustado.
- Corre .- dijo Roberto.
La luz les engullió.
El sonido del motor despertó a Alex, entendió poco a poco que aquello había sido un sueño. Lloró como un niño pequeño al ver que su hermano ya no estaba con él en el vehículo, pero por si acaso miró en todas las direcciones.
¿Como había llegado a eso? .- se preguntaba una y otra vez. Por el cristal vio la escuela y se confirmaron sus temores, aquel edificio por el que un dia paseaba y estudiaba hoy estaba envuelto en una bruma sanguinaria que se había tragado a Roberto.
No tuvo fuerzas para molestarse en averiguar quien era el que les estaba ayudando y transportando, estaba en estado de shock y ahora mismo no hacia otra cosa más que permanecer con la boca abierta babeando sangre con la mirada perdida en el horizonte.El monstruo, las sombras en las ventanas del instituto, el artefacto de armand y el coche bomba, el eclipse, la niebla, los muertos y ahora aquello.
Todo carecía de sentido aquel día.
Quizá en Mittle encontrase la respuesta... a todo.
Sentí mucho calor, demasiado. Todo había acabado. Quizás estuviera en el infierno, aunque prefería sus llamas a las que había sentido durante mis últimos días de vida.
Pero solo había calor, no sentía mi cuerpo, como si me hubiera convertido en fuego. Lo extraño era que no me dolía, no tenía ganas de llorar, ni de gritar, simplemente estaba tranquilo, como si hubiera dejado de existir.
¿De verdad estaba muerto? En el fondo lo había llegado a desear, pues parecía la única manera de escapar de aquella pesadilla que ahora parecía lejana en mi mente, si es que seguía teniéndola.
Luego la luz me rodeó, aunque no la viera, era como una sensación que me embargaba. Un golpe seco me trajo de vuelta a la realidad, sentí que me movía pero que no era yo el causante de ello. Poco a poco empecé a sentir mi cuerpo de nuevo y entonces llegó el dolor.
No grité, pero porque no me encontraba la voz. Mis pensamientos empezaron a removerse con furia, recuerdos manchados de sangre y dolor, solo quería que cesaran, quería respirar y despojarme de todo aquello.
-No - susurré sin fuerzas - no, no. La luz...
¿Por qué no terminaba todo aquello? No tenía fuerzas, no quería enfrentarme a nada más, estaba tan cansado... Solo deseaba descansar en paz. ¿No me lo merecía? No había pasado por todo aquello para que la pesadilla continuara.
Escuché una voz, tan triste me recordó a una niña pequeña, no me resultaba para nada familiar, aunque tampoco reconocía mi propio cuerpo.
Abrí los ojos. Más luz. Pero lo que vi no era algo que me esperaba.
Me encontraba en un coche, con caras que me sonaban un poco, pero que también hacían que mi mente se encontrara inquieta. Esas caras formaban parte de aquella pesadilla, rostros tristes y deshechos, con heridas físicas y psíquicas.
Gritos suyos resonaron en mis oídos. Gritos de gente a la que no conocía, cuerpos revueltos y ojos sin vida...
Pero algo hizo que la luz se volviera cálida. Una palabra. Algo que hizo que me dieran ganas de sonreír, aunque ya no recordaba como hacerlo.
-Mittle
Esa palabra me embriagó de esperanza.
¿...?
¿Estaba vivo? ¿Había conseguido escapar del mismísimo infierno?
Aunque el dolor se hacía cada vez más intenso, también mis ideas se volvieron más claras.
-Mittle... - susurré mientras una lágrima caía por mi rostro dolorido, aquella palabra significaba hogar, significaba un final y un principio - Gracias, gracias de verdad
No sabía muy bien a quien le dirigía aquellas palabras, pero no me importaba, no sabía ni siquiera si alquien me escuchaba pero que mas daba... Todo había acabado. Junté las palmas de mis manos, con dolor, no estaba rezando, no suplicaba, simplemente lo hizo como un gesto de agradecimiento a la vida misma, por que después de todo aquello, ahora la luz me parecía preciosa y el respirar, aunque me costara esfuerzo, sentía mejor que nunca.
Ahora todo iba a ir bien. Y no tenía duda de ello.
Sonreí de verdad mientras me dejaba llevar por el sueño que embargaba mi cuerpo.
Ahora podía vivir, tenía una segunda oportunidad, y aquello me llenaba de plena felicidad.
En mis sueños me perdoné por haber sido tan débil y me arrepentí de todos mis errores. Me perdoné. Ahora me daba cuenta de lo precioso que era seguir vivo...
Cita:
El sonido del timbre me despertó sobresaltada, había tenido una terrible pesadilla, y por suerte era solo eso, una pesadilla... Porque los monstruos no existían. ¿Verdad?
El profesor de gimnasia, James, ni se había dado cuenta, entretenido como estaba en que los demás corrieran por la pista. Ya habían terminado las clases de una vez y por fín podría verse con su hermana. Siempre me había sentido muy unida a ella y, a pesar de estar dos años por debajo mía, intentábamos estar el mayor tiempo posible juntas. La ví en el comedor, tan radiante, tan sonriente, charlaba con un chico mayor que ella, de aspecto un tanto duro... creo que era el novio de una de las animadoras. Las chicas siempre nos fijábamos en esos detalles. En la mesa había un adulto, tomando un cafe, con una chupa gastada de cuero, charlando con un chico que se que era su hermano... lo había oido mencionar en alguna ocasión. ¿Roberto podría ser su nombre? La animadora, como siempre, estaba rodeada de chicos, uno de ellos parecía el clásico empollón, otro tenía el pelo rizado y el último, bueno, el último tenía ese pelo rubio platino tan claro que casi parecía canoso.
Tras suspirar me acerqué a mi hermana, parecía tan feliz... Recuerdo que me dijo que estaba preocupada por un matón de su clase, posiblemente fuera un repetidor, pero bueno, el muchacho dijo que la ayudaría con él. Tras un rato juntas, noté como si nos observaba alguien, posiblemente fuera ese matón, pero no lo veíamos. Mi hermana se empezaba a preocupar, decía que no la dejara sola y se lo prometí. "Tranquila... siempre estaremos juntas, no te voy a dejar sola hermanita" -esas fueron mis palabras...
Luego escuché un grito, vi a la animadora correr y saltar por una ventana... luego el hermano del chico adulto gritó y, cuando nos giramos... ya no estaba. Aquello era escalofriante... Todo se transformaba alrededor, una locura... la gente caía sin sentido al suelo, se despedazaban... luego la sangre... tanta y tanta sangre... Cogí la mano de mi hermana, la cual gritaba asustada, mientras la tranquilizaba "No te voy a dejar sola hermanita" -le repetía como un mantra, y salimos corriendo, algunos me siguieron, otros no...
Un coche, sí, un coche... tenía que abrirlo... papá me enseñó una vez como hacerlo... tenía que recordarlo. Me metí en el coche, todavía con la mano de mi hermana cogida y cerré la puerta. Le dije que me soltara para arrancar el motor y... no me soltó, me empezó a doler la mano, me clavaba sus uñas. Me giré, con un grito de dolor, y lo que vi no era mi hermana... era el profesor de gimnasia, pero su rostro transformado en la máscara de un monstruo, su cuerpo deformado, y sin soltarme, comenzó la carnicería.
...
El sonido del timbre me despertó sobresaltada, había tenido una terrible pesadilla, y por suerte era solo eso, una pesadilla... Porque los monstruos no existían. ¿Verdad?
...
En el coche, solo se escuchó el sollozo y los gritos ahogados de Melissa, como si una pesadilla peor que la realidad la sumergiera en la locura y solo una frase salía una y otra vez, entre lágrimas, de sus labios "Tranquila... siempre estaremos juntas, no te voy a dejar sola hermanita"
Los monstruos no existen, ¿verdad?
Enlace música: https://www.youtube.com/watch?v=Y5_jtx9TV9c