Partida Rol por web

-¿2 días?, pensé que había dormido unas horas, la verdad necesitaba estirarme un poco, ademas necesitaba comer algo, y tenia pensado ir a buscarlo.

-¿Te importaría compatir esas delicias conmigo?.

-Deja que te ayude.

Estiro la mano para que Richard, me pase la mochila.

Richard sonrió

- Me has robado la idea - dijo pasándote la mochila. Si mirabas en su interior podías comprobar que tenía cántaros de agua y uno de ellos tenía una especie de ungüento.

- Ven, comamos fuera, al aire libre. Estoy seguro que será un ambiente más beneficioso para ti que estar en la cueva, desde luego no sé como funciona tu organismo pero te recuperas muy rápido - comentó mientras se sentaba en una roca en las afueras. Corría una brisa bastante agradable que incluso hizo que se te olvidara por unos momentos la confusión que había en tu mente por no saber discernir entre sueño y realidad.

- Por cierto, creo que no llegué a decírtelo pero... gracias - dijo mientras te pasaba uno de los champiñones y te pedía uno de los cántaros de agua.

- Creí que no conocería a nadie más que me inspirase confianza, pero al ver que te pareces tanto a mi es... es difícil de explicar, hasta me da algo de vergüenza, pero es como si fueras el hermano que siempre quise y nunca tuve - se quedó mirando al cielo, el cual estaba despejado por completo.

Intentar encontrar a aquel tipo de nuevo era como buscar una rata womp en un meteorito, había demasiada gente allí y demasiado movimiento. Mirabas y mirabas y no había ni si quiera nadie que fuese parecido...

Había desaparecido de la noche a la mañana. ¿Como era posible que alguien pudiera hacer algo así? Quizás no había respuesta pero si hechos; la gente podía. Las cosas increíbles existían en la galaxia y los jedi así como los que usan la fuerza es un ejemplo de ello.

Sin más remedio tuvo que encaminar sus pasos hacia una cantina cercana con la intención de buscar información. Realmente lo odiaba, lo odiaba por una única cosa; aquella musiquita tan repetitiva que siempre ponían en todas las cantinas de la galaxia. ¡Maldición, solo hay una banda de música y un tema!

Durante tu chequeo a la zona observaste un edificio con mucha iluminación y que era frecuentado por bastantes transeúntes, no dudaste en creer que ese lugar sería una cantina, desde luego tenía toda la apariencia...

-Muchas gracias, la verdad son unas palabras muy agradables.

-Tu dirás donde es un buen sitio para sentarnos y comer.

-También me gustaría decirte que me gustaría volver a mi planeta a visitar a mi Maestro, ¿Sabes de alguna nave en la que pueda regresar?.

El rostro de Richard se mostró preocupado. Ya estabais sentados en un lugar cómodo para comer, incluso teníais ya todos los alimentos preparados.

- No me cansaré de decirlo... me recuerdas tanto a mi... - dijo mientras daba un sorbo al agua

- Te aferras a lo que deseas tanto que llegará el momento en el que el dolor no te dejará ni respirar, eres incapaz de aceptar que se han ido, te han dejado atrás y por eso vives con la esperanza de encontrar la manera de reencontrarte, mi pregunta es ¿por qué? ¿son acaso tu familia? han pasado ya muchos días desde que te dejaron aquí y ni si quiera tu maestro ha buscado la manera de contactar contigo, ojalá pudiera conseguirte una nave y dejar que comprobases la realidad con tus propios ojos, pero ya te dije que la única que tenía se la cedí a aquellos que llamas "amigos" - siguió bebiendo.

- Cuanto más tardes en darte cuenta de la realidad más dolor habrá en ti, yo puedo enseñarte como es el mundo que te rodea para que así estés preparado y seas fuerte... -

Sin duda era una cantina. Tanta luz en su portada no podía ser otra cosa. 

Con pies decididos entró en el local esquivando a la gran muchedumbre que entraba y salía del mismo lugar. No dudaba en revisar sus pertenencias cada dos por tres por si acaso le habían robado. Una vez dentro retiró su capucha de su cabeza para ver mejor donde se encontraba.

Tras comprobar que todo seguía en su sitio comenzaste a observar como era el interior de la cantina. Para tu gusto era un lugar demasiado extraño, no había un amplio salón con mesas, licor y holobillares, tan solo había una especie de recepción regentada por un Quarren tuerto y varias Twi'leks bastante jóvenes que al verte comenzaron a sonréir y a saludarte con la mano. A los laterales de la entrada había dos escaleras, por una de ellas subían las personas mientras que por las otras bajaban otras con un semblante de felicidad que te pareció sospechoso...

Esto... parece un... no, no puede ser... o si? Kael dudaba en que tipo de sitio se había metido. Se preguntaba que les sucedía a quellas féminas Twi'leks cuando le saludaron sin previo aviso. Ni siquiera las conocía. Inmóvil en aquella posición miró a su alrededor analizando el lugar. Saliendo de dudas.

Me pregunto que dice la orden sobre disfrutar de estos lugares... susurró en sus pensamientos mientras se acercaba al mostrador donde aquel tuerto Quarren atendía a los clientes y las Twi'lek trataba de seducir a Kael. Armado con valor al ser la primera vez que entra en un lugar así, coge aire, suspira y encamina sus pasos. Perdone. ¿El precio de sus chicas?

Enarcando una ceja, Norssk respondió al atrevido barman.

-Pues a mí me gusta este sitio, y no estoy causando problemas. Éste local llama mucho la atención desde fuera, y por dentro está muy bien. Vas a tener que esforzarte más si quieres que me marche. Ah, y sólo por eso, voy a hacer que mi bebida dure bastante. Mi dinero vale lo mismo que el del resto al fin y al cabo.

El Quarren te miró de arriba a bajo y sonrió

- Nuevo ¿eh? por ser la primera vez tan solo 80 créditos la noche, pero la segunda te costará 160 y estoy seguro que volverás - carcajeó

- ¿Te parece bien? -

El hombre torció el gesto

- Será la última vez que te lo diga escoria, márchate de este lugar o vas a recibir la paliza de tu vida - el tono de aquel hombre indicaba que iba totalmente en serio