Partida Rol por web

Cada vez que escucho cómo se les rompe el cráneo ante una de mis flechas, se me revuelve el puto estómago. Joder. De ahora en adelante espero poder usar mi arco LARGO para disparar en LARGAS distancias y así no tener que escuchar esto.

Eso sí. Mi teoría se confirma: no hay bicho viviente que pueda sobrevivir si le atraviesas la cabeza. Y estas cosas caen casi desplomadas, como si alguien les hubiera cortado las cuerdas que les mueven. En cambio, parecen no inmutarse ni siquiera si tienen una flecha ardiendo en el pecho. ¿Será que tienen algún tipo de armadura?

¡Aaaagh, como sea! Pensar no es lo mío.

- Espero que cuando bajemos pueda recuperar alguna flecha...

Vuelvo a colocar una flecha y tenso el arco, apuntando a los ojos blanquecinos de unos de esos "infectados" (4). Si acierto cuenta doble.

Al comienzo las cosas habían sido caóticas, Max se había sentido abrumado y no había actuado en equipo, pero poco a poco las cosas se fueron ordenando y empezaron a actuar como una unidad.  Max se asomó una vez más de manera segura apuntó a uno de los infectados y cuando estuvo seguro que impactaría en el centro de la cabeza, justo entre los ojos soltó la flecha deseando que fuera suficiente para acabar con él.

Rosaura hincó una rodilla al suelo, justo al borde mirando hacia los infectados.

Pensaba y por un momento sus dedos jugueteaban en intervalos sonando sobre la tela del pantalón.

-Sino las tuyas, hay otras desperdigadas o te doy las mías. Pero sin flechas no te vas a quedar.

Le contesta a Mario en referencia a las flechas. Por ahora todos parecían confirmar lo mismo y Rosa se pronunció recalcando lo que todos pensaban:

-Una lesión al tejido cerebral parece ser la forma eficaz de destruirlos. Habrá que ver si un traumatismo contundente cerrado obraría parecido, si el momento surgiera habrá que ser muy cautos antes de ponerlo en práctica, y sólo si la situación no es comprometedora.

Cuanto no diera por tener un espécimen en el laboratorio y haberlo estudiado de antemano.

Se lamentó, pensando en la oportunidad de haber enlazado algún infectado; pero la agenda científica nunca se pronunció al respecto, al menos no frente a ella. Ahora aquí estaban ignorantes de muchas cosas, exiliados en busca de una esperanza aprendiendo sobre la marcha.

-Además, aunque arden necesitan bastante combustible como para lograr una reacción en cadena si nos topamos con una horda. Ve pensando en combustible natural Adrián para esos molotov. Algún resina de un árbol o algo por el estilo.

La muchacha miró adelante, oteando la zona por algún cambio considerable. Había algo que le chirriaba pero mejor esperar, las cosas se revelarían a su tiempo; y ya que pensaba en paciencia decidió compartir ese planteamiento todavía desde su posición en cuclillas.

-Aunque queramos volar a cumplir la misión tendremos que ir lento.

Me abstengo de disparar por ahora. Veremos si Max y Mario acaban con ellos en las próximas rondas.

Gasolina le digo a Red mientras mis músculos se tensan para asegurar a nuestra compañera. Si conseguimos gasolina y alguien se la hecha por encima a esas cosas, Lucas o yo podemos prenderle fuego con el lanzallamas. Seguramente eso aumentaría el poder de nuestro ataque. Necesitamos descubrir si hay algún vehículo de esos que se usaban antes por las cercanías.

Me fijo como Max se asoma al borde sin tener nada que le asegure. Max, átate una cuerda a la cintura y yo te sujeto. Todavía tengo otro brazo libre.

Estaba bastante claro que esa situación les había pillado a todos por sorpresa, pero gracias a su entrenamiento, o a la suerte, se había repuesto a tiempo para organizar un mejor ataque.

Si que era verdad que atacar a la cabeza parecía la mejor opción, y por el momento contaban con la ventaja de la altura para acabar con ellos.

Discreparía sobre usar gasolina para crear molotov casero. La tasa de evaporación del gasoil refinado es bastante alta, y casi imposible de encontrar, sin contar con los efectos colaterales de un incendio. Si usaran algunas resinas naturales, o con un equipo de química podrían conseguir algo más a largo plazo, pero por el momento... solo tenían flechas.

Ángel preparó una flecha, se tomo su tiempo para preparar el disparo; no podía permitirse más errores. Sabía donde tenía que apuntar y solo le quedaba rezar al Alto Guardián cuando exhaló y la flecha salió disparada.

-Quita, quita. Dejame de lanzallamas ¿No te acuerdas lo que pasó hace un mes? Esa mierda fallo y me explotó en las manos, suerte que llevaba la armadura y estuve rápido... Yo con mi hacha y mi escudo me la apaño, estoy deseando ver qué hace este cacharro. termino defiendo refieriendo a su nuevo escudo.

-Yo también puede sujetar s alguien más.

No quería ser menos que su hermano Sebastián, si el podía con dos Lucas no iba a ser menos.

Sigo con mis cálculos por lo que prontamente me doy cuenta que el número de infectados estaban bajando pero también los que estaban abajo nos estarían esperando aún así por lo que tomando una bocanada de aire le digo a Rosaura:

-Jefa, puedo crear las bombas molotov sin tener que usar prácticamente los elementos que traje conmigo, pero necesito hacerme con alguno de los cuerpos de los infectados.

Por lo que había leído y visto en videos los infectados no tragan su comida pero sus músculos y órganos internos si bien no funcionan como deberían de hacerlo, aún así logran mover su cuerpos muertos si bien luego de unas 48 hs el efecto de rigor mortis pasa, lo que queda son los olores que manda el cuerpo en descomposición.

Si no tuviéramos las mascaras podría decir que estaríamos en una carrera contra el tiempo de resistencia por el olor persistente a podrido y el olfato humano tiene un límite de cuando mal olor puede aguantar antes de desmayarse. Lo que se convertiría en un problema.

Comencé a calcular la mejor trayectoria para llegar a los cuerpos de los infectados sin que los otros pudieran llegar rápidamente hacia mí aunque contaba con la lentitud de ellos.

Así que agregue:

-Jefa necesito que me cubran la espalda, mientras hago los preparativos para la bomba molotov casera con el cuerpo o cuerpos de los infectados y lanzarlos contra los de abajo.

Esperaba que me diera el ok a mi idea.

Obviando de nuevo la petición de Adrián de montar un molotov, los ranger se lo toman con la calma para ir abatiendo uno a uno a cada uno de los infectados restantes. Un anciano, mayormente hombres, alguna mujer, y puede que un adolescente. Aquellos que habéis observado a estos seres desde la distancia segura, tenéis una sensación extraña en las tripas, pues la sensación de que algo así pueda ocurrir en Cencido, a vuestros hermanos, o incluso vosotros mismos, os perturba como poco... bastante, así como los gimoteos y los ruidos de aquellos que otrora fueran humanos, y que tenéis ahora más que claro que os acompañarán el resto de vuestras vidas. Así como el crujir del hueso; y lo que no es el hueso, al ser perforado por las flechas.

Si bien el ensayo en Cencido estuvo bastante bien elaborado y creíble, lo cierto es que escuchar aquellos sonidos guturales reales, y en directo, es otro cantar bastante más aterrador de lo que podíais llegar a imaginar.

Tras reagruparos de nuevo, descubrís a lo lejos otro infectado más que parece dirigirse en vuestra dirección... pero por suerte para los presentes parece detenerse en el lindero del bosque... a saber por qué.

En silencio al fin, sin ruidos ni amenazas inmediatas, os tomáis un momento para digerir lo ocurrido antes de renovar la marcha y proceder a descender el terraplén.

Desde su privilegiada posición como vigía en lo alto miraba al bosque tratando de adivinar qué rayos detenía el avance de aquel infectado.

Lo único que acudía a su mente es que fuera alguien disfrazado. De ser cierta su sospecha esto podría ser un método eficaz pasando inadvertidos cerca de infectados.

Pero entonces quién era. Un ex Ranger, superviviente de otra colonia. Enemigos

Trago, algo nerviosa, mientras aquel tamborileo de sus dedos imitando un suave toque de un pianista realmente ocultaba el tic nervioso del estrés. 

La ayudaba a pensar, a concentrar las ideas, pero también era un indicativo de su miedo.

Siempre trataría de parecer ruda, fría y una cabrona frente a los ojos de sus hermanos; más ahora que tenía el mando y la responsabilidad de sus vidas en sus manos.

Pero joder,joder, joder….

Hubiera deseado que otro liderará y ella fresca como una lechuga poder llevarle la contraria, o sugerir ideas sin tener la presión de elegir cuál funcionaria.

Y luego la visión de a lo que se enfrentaban, el asco y la repugnancia mezcladas con la perspectiva de que eso pudiera ocurrirles.

Rosa trataba de aplicar el método científico, la investigación de campo, el conocimiento y los resultados todo para enfocar sus sentidos hacia algo útil para no sucumbir al terror que vivían.

-Por ellos y por el futuro.

Se dijo.

Ellos, sus hermanos.

El futuro, las próximas generaciones de adolescentes inocentes.

Curioso que el grupo repitiera su propio juramento sin siquiera entender a lo que ella se refería.

Sonrió y dispuso la próxima acción.

Mientras los arqueros daban cuenta de los infectados Rosa se mantuvo en el borde del terraplén, justo en la orilla, con la rodilla al suelo mirando adelante. 

Cuando la situación se calmó la muchacha se irguió extendiendo el brazo señalando en una dirección exacta al lindero del bosque.

-Mario echa un vistazo con tu mirilla telescópica al bosque. Dime qué ves? Pero no le dispares.

Preparo sus anclajes para bajar la primera, si el rapel fallaba o llamaba la atención durante la escalada de más infectados mejor ella que no sus chicos.

-Grupo uno.

Se pronunció hacia Lucas y Maximiliano.

-Bajando raudos, seguirme una vez pise tierra y de la señal.

 Grupo dos bajarán después. Maximiliano atento ante cambios y Lucas en posición defensiva como habíamos acordado 

Miro abajo y tragó en seco.

Parecía más alto de lo que era en realidad. 

Dudo un instante pero uso el rapel para descender quedando justo donde los dos suicidas.

Miro los cuerpos asegurando que estaban muertos como era debido, otra ojeada a los infectados algunos metros a su izquierda.

Que no se movieran y finalmente otra ojeada alrededor fijando la vista allá a los sembradíos y al bosque que ninguno de los que merodeaban se percatara de su descenso.

Si todo seguía tranquilo entonces se dedicaría a sincronizar TATOL con el dispositivo DUI.

Miro arriba y asintio a que el resto del equipo uno bajara.

Curiosa posición para una líder, mantenerse apartada de la acción mientras los demás hacemos el trabajo.

Al menos habían acabado con aquellas cosas, y el primer contacto había sido, para el gusto de Ángel, desalentador. Si el mundo exterior estaba infestado de esos seres, tenían muy pocas posibilidades de triunfar donde otras expediciones habían fracasado.

Lo que explicaba los dos suicidas.

O quizás se habían infectado y habían decidido acabar con sus vidas antes de convertirse.

Si al menos consiguieran recabar los datos necesarios para mejorar los entrenamientos de los Rangers... hacérselos llegar hasta el Alto Guardián... quizás los proyectos estarían mejor enfocados; no tan destinados a dar palos de ciego.

Pero faltaba demasiada información. Y el tiempo corría en contra del último reducto de la humanidad.

Habían sobrevivido al primer contacto porque la suerte los había acompañado. Pero quizás en su siguiente encuentro no tendrían tanta suerte.

Deberían usar los datos que habían recabado para evitar esa sorpresa la próxima vez.

-Red- dijo finalmente, tras lo que le pareció una eternidad perdido en sus propios pensamientos- Que te parece si hacemos fondo común de lo que sabemos hasta ahora sobre esas cosas. La altura no siempre será una ventaja, y cuanta más información tengamos, más fácilmente podremos pelear. Si os soy sincero, estoy bastante perdido con estas cosas.

Una vez terminamos con todos los infectados, me quito el arnés y recojo la cuerda con la que Lucas había estado manteniéndome a salvo, quitándome por fin esa odiosa sensación de ser un maldito chucho siendo paseado por un tío cachas.

- Gracias, hermano. -le digo, chocando puño con él. Sé que ha tenido que ser duro estar sin matar a nada.

Oh, parece que no hemos acabado con todos. Aparece uno más. ¡Y está a distancia! Joder, esto es como que una churri te enseñe las tetas y te diga "son para ti". Así que agarro otra flecha (empiezo a sentirme ansioso por lo rápido que se acaban... debo pensar algo) y tenso el arco, pero antes de soltar escucho la orden de Red.

- ...Roger. -respondo, siguiendo la orden a pesar de sentirme contrariado.

Destenso el arco y reviso por la mirilla al infectado. ¿Por qué se ha parado? Observo a sus inmediaciones en busca de algo que me llame la atención.

Max se soltó la cuerda que lo había sostenido para que no cayera mientras disparaba desde la altura.  Agradeció a su compañero y luego se aprestó a seguir las órdenes de Red.  Colocado el equipo de rapel se deslizó y bajó hasta la posición indicada, prestando atención por si algún peligro se hacía presente

Lucas volvió a colocarse el equipo de descenso. Esta vez sí había llegado el momento de bajar y siguiendo la orden de Red llegó abajo y se colocó en pocision de dar cobertura al resto de sus hermanos.

Escudo y hacha en mano estaba listo para reacionar si algo se acercaba.

Yo debería bajar primero puesto que no soy útil a distancia digo de principio pero aún así sigo las órdenes y me quedo arriba, preparado con mi arco corto por si algo se les acerca poder abatirlo.

Aún así esta posición no me gusta, yo soy como Lucas y quisiera estar ahí abajo junto a mi hermano haciendo picadillo de esas cosas. Pero órdenes son órdenes.

Bajando Red e inmediatamente después Lucas y Maximiliano, sin incidente alguno, rápidamente se despliegan alrededor de los cadáveres de los difuntos ranger, explorador y guardia prestos a detectar neutralizar amenazas. Red estudia los cadáveres, mientras allí arriba el resto del grupo recoge cuerdas y protege la zona, mientras Mario observa por su mira.

Todo parece estar en calma... por ahora. Los infectados caídos siguen caídos, y a todos os llega el olor de la carne quemada.

Por el estado de los infectados y de los cadáveres de los ranger, varias nociones que tenías sobre el concepto de "la vida" se ven seriamente comprometidas, por lo que te empiezas a sentir bastante incómoda y confusa.

En un simple vistazo deduces que el paso inexorable de los años ha sido real. No parece haber nada de ficción en lo referente a lo que se os contaba en Cencido. Las ropas de los infectados están desgastadas, seriamente desgastadas al punto de que de alguna no quedan más que jirones. Las ropas de los ranger también parecen haber sufrido del paso del tiempo y de la climatología. Se antojan "pasadas" y descoloridas, presumiblemente por la luz del sol, incluso algunos componentes metálicos muestran serios signos de corrosión.

Sea como sea, las ropas ahora mismo son lo de menos. Los cuerpos de los infectados están mordidos arañados, algunos parcialmente mutilados o se les han caído directamente las tripas. Bajo las leyes de la realidad, no hay forma alguna en la que estas personas pudieran seguir con vida, pero en cambio estas lo están. ¿Lo están? Lo jodido es que se mueven, ven, oyen, depredan... cosas de seres vivos pero... ¿cómo diantres se mantienen con vida?

Observas la sangre, derramada por los impactos de las flechas mientras te llega el aroma a carne cocinada (del infectado que arde a causa de tu flecha). Coagulada, más seca que coagulada, y sus carnes parecen en algunos casos incluso correosas, próximas a las de un estado de momificación "antinaturalmente" natural.

Una mujer, un anciano, un hombre... con sus flechas clavadas pero aun así distinguibles a todas luces. La lógica dicta que los infectados deberían haber llegado ya a un estado próximo en el que se hubieran transformado en poco más que huesos y polvo, pero en cambio, aquí están. Como poco se deberían de haber descompuesto, como todo ciclo natural dicta, así como los ranger.

Los que otrora eran servidores de Cencido lucen exactamente igual que el resto de los infectados.

La mujer, boca arriba, parece haberle clavado un cuchillo en el cráneo a su compañero. Presenta mordiscos en la pierna, mano y cuello. Tras acabar con él, parece haber usado el Dispositivo Piedad con éxito. Sus sesos en algún momento se desparramaron contra la montaña, incluso puedes percibir el impacto de los proyectiles en la roca.

Por su parte, el ranger no tiene la máscara puesta, y distingues el bulto de lo que podría ser un vendaje bajo la manga siniestra de su guerrera. No porta equipo más allá de sus ropas, parcialmente cubiertas de sangre; como las de la mujer. Y deduces por el cinturón que lleva, que en algún momento debió llevar un revólver.

Observando por la mirilla, te cuesta un poco encontrar al infectado a lo lejos. Este artilugio que te han dado es un engorro. Al mínimo movimiento que haces la mira termina por apuntar a Parla; que no sabrás dónde está Parla, pero en teoría es muy lejos.

Sea como sea, ves un hombre adulto, otro infectado, con su piel reseca y con un brazo parcialmente devorado. Sus ropas están raídas, al punto de que apenas le quedan restos de la camisa que llevaba puesta. Está sucio, y un punto cubierto de tierra. No parece haber reparado en vuestra presencia. Observas sus ojos idos, que miran sin mirar, su cabeza vaga lentamente de un lado a otro, a veces da un ¿paso? aquí o un ¿paso? allá. Jurarías que a veces simplemente pierde un poco el equilibrio. Pero más allá de lo que ves, no tienes ni repajolera idea de por qué está ahí o el motivo por el cual ha dejado de moverse.

...

¿Y si le disparas? A ver si reacciona. ¿Y si no le das? ¿Se enterará de la flecha? Son preguntas que te haces de forma involuntaria. "Por la ciencia", llegas a pensar mientras tensas sutilmente el arco, pero Red ha dicho que nada de disparar.