De 50 y pocos años, el Mayor Maxwell tiene las facciones endurecidas por lo vivido y lo sabido... La mirada azul es fría, implacable, y el cuerpo se adivina poderoso bajo el uniforme que le cubre.
De voz profunda y pausada, da toda la sensación de ser de ese tipo de personas que se autocontrolan... de ser de ese tipo de hombres de furia fácil, y puño rápido...
De apenas 30 años, con la piel azabache y los dientes más blancos que jamás hayas visto, Desmond sonríe sin parar. De 180 de estatura y complexión delgada, siempre le cubre un sombrero que le hace inconfundible incluso en la distancia... y su voz, cantarina, es rápida y casi atropellada al hablar...
De no más de 40, Samuel es un indio navajo de poca estatura... Apenas con 160 de alto, diriase que sus espaldas miden lo mismo... Recio y fuerte, el pelo, encanecido prematuramente, le llega más allá de los hombros... y sobre su rostro se dibujan lineas extrañas que dirias se ha pintado con restos de comida...
Sus ojos son negros y vivaces... y su cara denota una edad y un cansancio que no le corresponden...
Alto y frágil... Philipe esta completamente calvo y las finas lineas azules de las venas le recorren la pálida piel.
Tose y tiembla incontroladamente, y a pesar de eso, su actitud siempre es calmada y suave... Aunque quizá no tenga fuerzas para más...
Los ojos azules de Lydia aún son claros, aún brillan... cómo lo hace su sonrisa infantil. No debe tener más de 7 u 8 años... y el pelo negro y desordenado... sucio de días de juegos en el barro, aún destaca más su piel blanca y sus enormes ojos azules.
De mirada fría y arisca, de voz potente y ronca... el aspecto del General Von Koheiguen no deja indiferente... Y a pesar de eso, a pesar de lo imponente de su figura... el General acostumbra a caminar algo encorbado, acostumbra a no mirar a los ojos... acostumbra a parecer... perpetuamente furioso...