Partida Rol por web

Un mes ha pasado desde que los aventureros rescataran al bibliotecario Lucius de las malévolas manos del sacerdote de la orden del signo amarillo, venerador del innombrable, Milos, el hombre serpiente.

Las cosas han estado relativamente tranquilas todo este tiempo, cada uno de los cuatro amigos se han estado ocupando de sus propios asuntos, Likos ha frecuentado mucho las calles de noche haciendo vaya a saber qué actividades. Lioquiles se ha pasado mucho tiempo entrenando sus habilidades de guerrero, mayormente en soledad, y Ulfgar y Smendric se han dedicado más que nada al estudio y la investigación de diversos tipos de libros y demás escritos.

Estos dos últimos personajes han tenidos hace unas semanas un encuentro con el hermano Egil pidiéndolo ayuda en la lectura del misterios libro negro que encontraran en las cuevas subterráneas donde Milos y la hermandad del signo amarillo adoraban al Innombrable en su templo secreto, pero no han vuelto a oír de él.

Hasta esta noche.

Un mes después del rescate de Lucius, de pura casualidad los cuatro compañeros se encontraban una tarde sentados a una mesa en la posada del estudiante, lugar donde todos han estado viviendo todo este tiempo.

Mientras se encuentran compartiendo unas cervezas ven aparecer en la puerta del lugar al hermano Egil, los busca nerviosamente con su mirada y cuando los encuentra los saluda; ven que lleva una mano inmovilizada con una varilla, luego entra a la posada.

Se acerca a ustedes avanzando por las tablas de madera del suelo, se mueve con rapidez y mantiene sus ojos lanzándose
de una figura a otra en la taberna. En eso, a un viejo marinero se le resbala un plato a través de sus viejas manos, el plato cae al suelo estrepitosamente haciendo un fuerte sonido que resuena en todo el lugar, entonces el clérigo gira y pronuncia en voz alta las primeras sílabas de un hechizo de protección, al darse cuenta que sólo fue un plato contra el suelo, algo avergonzado por su error, pero sin parecer aliviado en lo absoluto, detiene el conjuro que estuvo a punto de lanzar y sigue avanzando hacia ustedes.

Llega hasta su mesa y tomando una silla, se sienta contra la pared y dice notoriamente nervioso:

Qué bueno es verlos de nuevo amigos, ¿cómo están?, espero que todos están bien.

Mientras todos le cuentan en una charla amena y amistosa lo que han estado haciendo durante el último mes, Egil los escucha y debes en cuando asiente con la cabeza, pero ven que se encuentra distraído y no deja de mirar a su alrededor.

Entonces Egil inspira profundamente y exhala, luego se inclina acercándoseles como quien quiere decir algo sin que los demás lo escuchen y les dice:

Perdónenme por estar tan distraído, es que tengo muchas cosas en mi mente, creo que alguien está tratando de deshacer el buen trabajo que han hecho por Freeport.

Egil da una nerviosa mirada al salón general de la posada antes de continuar.

Han estado sucediendo...cosas, no estoy seguro de poder ser más específico que eso. Durante el pasado mes, he estado sintiendo un cambio en la atmósfera de la ciudad. He vivido aquí toda mi vida, pero ahora la ciudad se me hace extraña.

La calle parece estar lleno de ojos sin rostro. He notado movimientos en los límites de mi visión. Veo formas en el ventana cuando estoy solo en una habitación. Oigo pisadas detrás de mí en la calle, pero cuando giro no veo nada. Pensaba que quizás sean sólo mis nervios; casi me convenzo de eso, pero luego sucedió lo del intruso.

Estaba con Lucius cuando lo vi. Lucius ha estado... bueno, ha sido difícil para él readaptarse. Estoy seguro que ustedes entienden. En primer lugar la posesión, a continuación el secuestro... hemos tratado de que esté lo más cómodo posible, pero algunas cosas están más allá incluso de la oración.

Ha estado colapsando en su escritorio por días, se vuelve febril y simplemente se desmaya como si estuviera muerto. Alguno de nosotros siempre lo lleva a casa después de realizar algún conjuro, anoche fue mi turno.

Lo acosté en su cama y me senté a su lado para recuperar el aliento. Sólo cerré los ojos por un momento, pero aparentemente mi cansancio era mayor del que creía y me quedé dormido. Cuando desperté ya era media noche. Empecé a moverme, pero algo me dijo que no lo hiciera, me quedé sentado con los ojos entre abiertos esperando que se acostumbren a la oscuridad.

Sentí su presencia antes de verlo, una mancha de oscuridad deslizándose a través de la habitación como la sombra de una nube. Yo estaba demasiado aterrorizado para respirar. El poco aire que pude forzarme hacia los pulmones llevaba un curioso olor, a algo limpio pero... denso. Algo así como el agua sobre las rocas. Como el olor de una cueva cubierta de musgo, algo parecido a una serpiente.

Vi a esta figura moviéndose por la habitación, hurgando en los cajones, examinando libros; no podía imaginar que podría querer robar ya que nuestra orden toma un voto de pobreza.

Entonces encontró lo que estaba buscando, un largo rollo de pergamino. Escondió el pergamino en los pliegues de su capa y se fue tan silenciosamente como había llegado.

No me atrevo a contarle a Lucius lo sucedido, temo que saberlo pueda destruir lo que queda de su cordura. También temo por mí mismo y por la ciudad.

No creo que el Consejo de la ciudad haya realmente limpiado las cavernas donde encontraron a Lucius, donde estaba ese blasfemo templo y esos asqueroso seres serpiente que me contaron. Es muy probable que no le hayan dado la importancia que el hecho merece, ¿Cómo es posible que hayan ignorado algo como eso?

Sospecho que algo siniestro está detrás de este "olvido", no creo que haya sido un mero descuido.

Milos vivió entre nosotros demasiado tiempo con su forma falsa. Convenció a toda mi orden que era un dedicado trabajador, por no mencionar que también los convenció de que era humano. ¿Quién sabe cuántas otras formas haya tomado, cuántas otras personas haya engañado? ¿Y quién sabe cuántos otros de su clase están por aquí ahora?

No somos una orden militar, no tenemos los recursos para investigar esto nosotros mismos. Pero no podré descansar hasta que este asunto esté resuelto. Mis amigos, me gustaría contratar sus servicios una vez más, para averiguar la situación real en el templo serpiente y para descubrir qué tipo de incursiones Milos hizo en la ciudad. Por supuesto les pagaré por sus servicios, puedo ofrecerles 110 piezas de oro a cada uno más los gastos que surjan de sus investigaciones.

Durante todo el relato Egil se mantuvo realmente nervioso y hasta se podría decir que temeroso, luego de una breve pausa finalmente agrega:

¿Qué me dicen? por favor les ruego que acepten, realmente tengo miedo de que algo muy malo esté creciendo en las entrañas de mi querida ciudad, los necesito.

"Buenas buenas Egil...Que ¿Quiere una pinta? El tapón invita"

El clérigo, presuroso, se les arrima a la mesa. Parecía sentirse un tanto perseguido. Observaba para todos lados con con un pánico casi tangible.

"¿Qué le ocurre? Tiene cara como de haberse cagado ¿Se encuentra bien?"

Egil cuenta al grupo los sucesos que han estado viviendo él y su amigo Lucius. Ciertamente era algo interesante, pero de seguro que esto no era lo que le importaba a Likos.

Sin embargo, el religioso logró atraer la atención del pícaro al escuchar lo de "pagar por sus servicios" y, en especial, "las ciento diez monedas de oro"

"¿Volver a la cueva de la Serpiente? ¿Y qué espera que encontremos allí?"

Sorbe unos tragos de cerveza y vuelve a apoyar el tarro en la mesa.

"Pero por otra parte..."

Comenta con rostro perspicaz.

"...Usted dice que el Consejo de la ciudad ignoró este asunto...¿Pero qué hay sobre donde usted trabaja? ¿Había alguien trabajando junto con Milos que pueda estar relacionado en todo esto? ¿Algún otro santurrón del que se pueda desconfiar?" 

Han pasado unos meses desde la aventura vivida con la orden del signo amarillo, y desde entonces Lioquiles ha estado repasando diariamente su arte de combate con la espada y se ha estado esforzando por superar la perdida de los caídos en dicha misión. 

Un día, bebiendo con sus compañeros y amigos en la posada del estudiante ven entrar al hermano Egil cubierto con un tono de sospecha en su cuerpo y miedo en sus ojos. Al cabo de unos instantes este se sienta y comparte con el grupo su actual preocupación con la situación que se estaba viviendo en esos días en Freeport. Este les pide que formen parte de una nueva misión, a los cual Lioquiles responde luego del picante comentario del pícaro.

Hermano Egil, de lo único que comparto 100 % contigo es que este es un lugar muy complejo. Y lleno de contradicciones tambien. Es cierto lo que dices, luego de un evento como el que hemos vivido y con la magnitud del mismo, las autoridades han estado muy pasivas, lo que nos lleva a pensar que gran parte de ellas estan tan sucias como la casa tapiada donde hemos estado. Aunque eso es relativo, teniendo en cuenta el voto de pobreza del templo de donde formas parte, y de repente te das el lujo de ofrecernos 110 monedas de oro por cabeza mas gastos. Eso si que es extraño. Comenta Lioquiles lanzando una mirada un tanto acusadora a Egil por la oferta de trabajo, esperando que el hermano libere cualquier posible información que pudiera estar ocultando. Aunque añade... pero quien soy yo para juzgar no?, además 110 monedas de oro mas gastos es genial.

Luego el guerrero da un buen y largo sorbo a su cerveza casi vaciando el tarro de una vez. y se relaja en su silla esperando una respuesta de Egil.

volvemos Smendric y yo a la taberna, a esperar noticias de Egil sobre el libro. tras semanas de monótona rutina de ir a rezar al templo,(y de paso buscar cosas raras), de ir a comer a la taberna con los demas y de entrenar y visitar el pueblo, en una de las comidas, aparece Egil.

Muy buenas, maese Egil, que te cuentas, esta como muy nervioso, más de lo normal..., te veo muy nervioso...

Nos cuenta todo, y tras una pausa y varias preguntas de los compañeros, sabia que esto no acabaria tan facil.

esta claro que no podria terminar esto así, se notaba que era una secta, pero no la secta principal, y que los que mandaban se habran enfadado por todo esto, e incluso posiblemente hayamos hecho que se preocupen y aceleren sus planes, aunque eso puede ser bueno, puesto que las prisas son malas consejeras y pueden cometer errores que podamos aprovechar...

sabes algo del lider de tu templo? esta claro que estuvo Milos mucho tiempo a su lado, y no me estrañaria que estuviera involucrado, sobre todo al no querer vernos...

por cierto, sabes algo de nuestro "encargo"?

Egil esperaba que el grupo tuviera algunas preguntas para él antes de aceptar su encargo, por lo que si bien seguía algo nervioso y no dejaba de mirar hacia los costados, se dispuso a responderles.

Mi querido Likos, no espero nada con certeza, sólo me resulta muy sospechoso que las autoridades no le hayan dado importancia al todo el asunto de Milos y tengo mis sospechas de que el ser que irrumpió en la casa de Lucius fuera otro hombre serpiente como Milos, el olor a humedad y a musgo que despedía, era como si estuviera oliendo una cueva, no sé, siento que las cosas allí abajo no han quedado resueltas y que Milos no era en lo absoluto el único  hombre serpiente en esta ciudad, eso y el hecho de que alguien, en mi opinión uno de ellos haya robado algo de la casa de Lucius me hacen temer lo peor, de nuevo, temo que algo muy grande y maligno se esté cocinando detrás del telón de este ciudad y ese lugar, no me extrañaría que descubran que esas cuevas hayan sido vueltas a ocupar. Creo que eso es algo que vale la pena investigar.

Sinceramente no puedo responder a eso Likos, nadie en el templo parece haberle dado demasiada importancia al asunto, es como si nada hubiera pasado, por lo que no me atrevo a hurgar en el asunto, temo que mi vida corra peligro. Con gran pesar en mi corazón debo confesar que ya no sé en quien confiar en el templo, el lugar que una vez fue para mí como mi hogar ahora me da escalofríos, si alguien más estaba con Milos en todo esto ese alguien se oculta muy bien ya que nada parece haber cambiado, pero irónicamente siento que en el templo ya nada es como era, no sé cómo explicarlo amigos, no lo sé.

Egil para de hablar y mirando hacia la mesa se toma la cabeza con ambas manos visiblemente angustiado por todo el asunto, de repente algún cliente sale de la posada dando un portazo y el clérigo casi cae de su silla por el sobresalto, sus ojos abiertos de par en par buscan ansioso el origen del sonido, sus músculos se tensan pero al ver que no ha sido nada y que sus cuatro acompañantes están tranquilos, se relaja y se deja caer en su silla nuevamente.

Lo siento amigos, estoy algo nervioso.

Luego ante el comentario de Lioquiles, Egil le responde:

¿Lujo? Jajaja! No Lioquiles, no es un lujo, de hecho este dinero que les voy a pagar es  todo lo que tengo y que he podido juntar en años, pero no me importa debo saber que pasa en esta ciudad o no podré volver a dormir paz, no permitiré que mi ciudad sea arrastrada a la oscuridad, reconozco que Freeport es una ciudad fundada por piratas y no es precisamente un paraíso, pero es donde he vivido toda mi vida y aunque parezca tonto la amo y no pueda verla caer en manos del mal, así que no es un lujo mi amigo, es más bien mi sacrificio por el bien de mi Freeport.

Luego por unos momentos nadie habla, todos reflexionan las palabras dichas en la mesa, hasta que Ulfgar recuerda el encargo que le habían hecho a Egil sobre aquel libro negro y hace la pregunta.

¿Sobre Thuron?, no sé nada sobre él, es más, no lo he visto en un tiempo, hace mucho que por lo que se dice dedica todo su tiempo a los últimos preparativos para la inauguración del faro de Drac,  pero no creo que esté involucrado siempre ha sido un buen hombre, aunque teniendo en cuenta la larga permanencia de Milos a su lado ya no sé qué opinar de él, quien sabe quizás solo haya sido muy confiado y sea otro engañado más por el malvado Milos, o quizás sea parte de todo esto, sinceramente no lo sé, no tengo la autoridad necesaria dentro del templo como para verlo cuando quiera, debo pedir audiencia como todos y hace mucho que no le han otorgado audiencia a nadie, siempre dicen lo mismo, que Thuron está  muy ocupado con los preparativos de la inauguración.

¿Encargo? Si te refieres a ese maldito libro que me han traído hace unas semanas no quiero ni recordarlo, como dije, no confío casi en nadie dentro del templo, los pocos que aún son confiables al ir a verlos y mostrarles el libro no han querido ni siquiera tocarlo, por lo que tuve que intentarlo yo sólo.

Primero lo analicé por fuera y le lancé algunos conjuros para detectar magia en él e intentar detectar sus protecciones. El libro es evidentemente maligno; me decidí y me dispuse a leerlo, pero no llegué a leer ni una página, ya que fu víctima de algún tipo de maldición que lo protege que no había descubierto, inmediatamente sentí un gran dolor en mi interior como si mi alma fuera desgarrada y luego mi mente fue devastada por un extraño cansancio, que me dejó varios días en cama, finalmente logré recuperarme, pero no me atreví a abrirlo de nuevo, les recomiendo que lo destruyan o lo entierren en algún lugar profundo, ese libro me da miedo. Pude leer algo, pero como dije no mucho, hablaba sobre un temible y cruel dios, llamado “el innombrable”, pero nada más pude averiguar. Lo tengo escondido en mis aposentos, cuando ustedes quieran es todo suyo, es más les pediría que cuando terminen con esto que les pido, se lo lleven lo antes posible.

De repente Egil parece más asustado que antes:

Creo que ya hemos estado aquí demasiado tiempo, si aceptan mi encargo puedo ayudarles con lo poco que he logrado averiguado en este tiempo preguntando por los negocios de la ciudad y otros lugares, aparentemente Milos alquiló una habitación en una posada en la parte más vieja de la ciudad bajo una identidad falsa, no he podido descubrir el nombre de la posada pero si el alter ego de Milos, se hacía pasar por un comerciante de la lucha llamado Devlin.

En mi opinión su habitación en esa posada es un buen lugar para empezar a investigar hasta donde envenenó Milos la ciudad, algo debe haber dejado atrás que sirva para descubrir más sobre todo esto;  y después me dejaría más tranquilo que den un vistazo por esas malditas cuevas nuevamente y ese templo blasfemo, tiene que haber quedado alguna pista o algo.

Con todo respeto amigos les pido que decidan  rápido si me ayudarán, no quiero permanecer más tiempo aquí, siento que nos observan.

Por favor, ¿me ayudarán?

"Bueno...teniendo en cuenta que donde haya dinero, mi voluntad es más maleable que la arcilla...Eso, y que mis compañeros derrochan solidaridad sin importar de quien se trate, supongo que si. Aceptamos"

Confiesa Likos intentando no seguir hablando y concentrarse en su cerveza.

"Al fin y al cabo. Esta ciudad me agrada bastante y tenía pensando quedarme unas temporadas. El "trabajo" abunda y ya conozco varios lugares donde poder gastar lo ganado. Además...supongo que lo que encontremos será nuestro, como en la última ocasión ¿no es así?"

Se rasca la cabeza de manera un tanto vulgar y pregunta a Egil sin tacto, de manera directa e inesperada.

"¿Qué pasará si llegásemos a morir en este recado o si alguien se enterara de quien nos contrató? Piense en eso todas las noches, así no soy el único con esa sensación de que su cuello tiene los días contados"

Se levanta de su silla y pasa por detrás de un nervioso y temeroso Egil.

"¡¡¡QUÉ ERA BROMA SANTURRÓN!!!"

Grita el bribón, dando una palmada nada sutil en la espalda del religioso.

"Voy a la barra, compañía. Esa bolsa de monedas se ve simpática. El señor que la lleva también, pero...si tengo que elegir..." 

Aceptamos el trabajo una vez más, cada uno por motivos diferentes. En mi caso, necesito saber más sobre ese libro y sobre lo que Egil nos cuenta acerca de un extraño ser al que llaman el Innombrable. Mi curiosidad y ansia de conocimiento puede llevarme a la ruina, pero no puedo quedarme de brazos cruzados.

- Bien, vayamos a investigar a ese tal Devlin - comento tras unos segundos de reflexión - Creo que es la mejor pista que tenemos para comenzar - Miro a Ulfgar y después a Liokiles - Aunque creo que antes deberíamos abastecernos. Unas cuantas pociones no nos vendrían mal por si acaso

Vuelve a la mesa luego de que aquel hombre gordo ocultara la bolsa dentro de sus pantalones.

"¡Mierda! No meteré la mano ahí. Además si lo hago tendré que salir por patas...y no tengo ganas. De esta forma no se puede trabajar"

Con cara de descontento se sienta en su antiguo lugar.

"Bien amigos..."

Comenta esparciendo con cada palabra las migajas del pan que estaba comiendo, sobre el rostro de sus compañeros. El semblante de Likos había cambiado. Ya todos deberían saber que su humor es un tanto peculiar. 

Al hablar con sus amigos, una sonrisa pícara se dibujó en su rostro y sus mejillas se inflaron en los típicos mofletes que se le formaban cuando se encontraba contento.

"...¿Ya decidieron que hacer? Yo opto por ir a averiguar lo que sea del Devlin ese. Podemos ir a la Gaviota Negra, que me la conozco bastante bien. O también puede que encontremos respuestas en la inauguración del faro. Aunque levantar sospechas en un lugar tan concurrido quizás no sea la mejor idea, entérense que yo esa inauguración no me la pierdo. Habrá mucho trabajo para alguien bien predispuesto como yo"

Sigue sin convencerme tus finanzas Egil, es mucho dinero. Pero bueno...hablando de eso, no sería conveniente dividirnos lo que encontramos en la cueva. Por otra parte cuenten conmigo vamos a los de Devlin.