Partida Rol por web

Por un instante los ojos de Rittermann se encienden, aunque no tarda en retirar la mirada de Download. - Yo no he dicho sin aspiraciones... - susurra tras bajar la cabeza, dolido en su orgullo.

- No tengo dinero que ofrecer, - dice al cabo de unos segundos, ya en su tono normal, - así que si tu conciencia no tiene ningún problema en secuestrar a alguien, no voy a ser yo quien te convenza de que me dejes en libertad...

Una risotada iluminó la cara de Download cuando el cerebrín se sintió ofendido.

Estaban llegando al punto de entrega y Download activó sus sentidos. Con un gesto indicó al conductor que parase el vehículo.

—Un segundo... quiero hacer algo antes —dijo antes de bajarse del coche y observar en la lejanía. Tecleó algo en su terminal y cerró los ojos tratando de conectarse a algún nodo cercano y obtener visual de alguna cámara pública.

—Finn, llama a Roger —dijo mientras permanecía atento al movimiento en la zona—. Y los demás, será mejor que vayamos andando.

Con un gesto de la mano indicó al conductor que dejara el vehículo en la periferia, con objeto de poder usarlo para una potencial huida.

—Ripper... esta vez déjame hablar a mi, ¿estamos? —dijo mirando las armas de su descerebrado compañero.

Jay había estado escuchando durante el viaje, y cuando Steve le preguntó no-se-qué, levantó la cabeza musitando un "¿mmhhh?". Al repetirlo, simplemente asintió algo desganado. No era un juramento, pero el bajón de adrenalina y las heridas le habían dejado un poco chafado.

-Vale, vale... Si hay ke partir algún weso m'avisas.

Las cámaras alrededor del punto de entrega están desactivadas. Seguramente Roger esté haciendo bien su trabajo, pero si eso significa asegurar un intercambio limpio o preparar una jugada en contra vuestra no es del todo seguro.

Steve se revuelve, incómodo. Las cosas siempre se complican en el momento del pago. Incluso si el contratista se presenta él mismo y es un tipo de fiar, la reunión puede haber llamado la atención de un tercero. No parece que nadie os haya seguido, pero en estas cosas nunca se sabe.

Key, igual de paranoica que Download, hizo un gesto para indicar que estaría en las proximidades ofreciendo fuego de cobertura si las cosas se complicaban. Con su rifle en la espalda, se acercó a un edificio cercano y, con agilidad, empezó a trepar por unos pequeños huecos en la pared hasta alcanzar una escalera de incendios.

El punto de entrega es un pequeño patio, de aproximadamente 4x7m, con acceso a dos callejones paralelos y una decrépita construcción que parece una caseta de herramientas. Una furgoneta con las lunas tintadas bloquea la salida a uno de los callejones y, apoyado en ella hay un tipo al que no conocéis de nada.

Gira la cabeza al veros y se acerca a vosotros caminando con seguridad.

- Falta la chica... Key - dice tras dudar un momento. - Y, por supuesto, la mercancía. ¿Por qué nos habéis llamado si no tenéis todo preparado?

- Estoy en posición - dice Key por vuestros comunicadores. - Os estoy escuchando... ¿Quién es ese gilipollas?

Desde la escalera de incendios, coloca su rifle y observa la zona con la mira. - Hay cuatro tipos en esa furgo - os advierte. No veo a nadie más por aquí.

Finn dió un paso adelante. 

- Ella se asegura de que los demás estemos bien. ¿Quién eres y para quién trabajas? - dijo poniendo a prueba a su interlocutor. Al fin y al cabo, si estaban intentando engañarles no tenían por qué saber quién les había contratado y si lo sabian, seguramente ya le tuvieran, por lo que si conseguían los créditos a Finn poco le importaba lo que pasara con Thomas después o quién se lo quedara. 

El hombre frunce un momento el ceño y luego se lleva la mano a la oreja donde suponéis tiene un comunicador. Permanece en silencio un momento antes de volverse hacia vosotros con expresión más relajada.

- Bueno, supongo que no se sobrevive mucho en vuestro trabajo sin tomar precauciones... - dice finalmente. - Nosotros también tenemos tiradores en las proximidades - comenta, consiguiendo que la frase no parezca una amenaza. - Podéis llamar a vuestra furgoneta. Trabajo para Roger... - dice pulsando un par de teclas en una pequeña terminal de forma que os enseña el mensaje que le habíais mandado a vuestro contratista. - Supongo que el señor Rittermann está en perfecto estado de salud, ¿no es así?

Llamáis a los hombres de Finn para que acerquen la furgoneta y, conduciendo lentamente, se adentran en el patio. Johnson se acerca al vehículo y echa un vistazo, comprobando que Rittermann está en condiciones. Vuelve junto a vosotros y hace un gesto con el brazo.

La puerta del copiloto de la fugoneta que ya estaba allí se abre y sale un hombre con un maletín. Tensos, veis cómo se acerca a Johnson, que lo coje y lo abre, girándolo para que veais el contenido.

- Aquí está lo acordado - dice, manteniéndolo en la mano. - ¿Preferís cambiar el vehículo o mover la mercancía?

Su furgo es mejor que la vuestra, pero a estas alturas no os fiais ni de vuestra sombra. Los hombres de Finn sacan a Thomas Rittermann del vehículo mientras otros dos tipos, armados, salen de la otra furgoneta. Cuando el hombre que ha llevado el maletín coge del brazo al científico, Johnson os tiende la mercancía.

- Podeis contarlo, si queréis - comenta, haciéndole un gesto a sus hombres para que no se lleven a Thomas hasta que deis el visto bueno. Cuando confirmáis que todo está en orden, asiente y sus hombres se alejan con Rittermann. - Un placer hacer negocios con ustedes, caballeros. - Dice con una sonrisa. - Volveremos a trabajar juntos... - añade mientras se da la vuelta. - ...o no, ¿quién sabe?

Los dos hombres armados permanecen junto al vehículo hasa que el científico y el señor Johnson están dentro. Montan en la furgoneta que sale rápidamente marcha atrás hacia el callejón, dejando un patio vacío y un grupo de runners un poco más acaudalados y con mejor reputación que hace unos días.

FIN DE LA MISIÓN