La carreta traqueteaba suavemente por el sendero, un pequeño camino que se desviaba de la ruta principal hacia la nada, los bosques del Norte, no muy lejos de la bella Argluna. Tus pensamientos van para atras, solo hace dos dias...
El hombre rechoncho y de aspecto nervioso habia sido bastante claro en que estaba muy interesado en verte, algo que no era ninguna sorpresa en realidad, salvo lo que queria... En tu carrera habias tratado muchas veces con gente como el, pero aun no conocias que su pedido se apartaba de lo comun...
"Si... este.. necesito... su colaboracion... para una mision muy especial." o mas o menos asi, empezo...
Luego te habia hablado de ese artefacto, el Vibrador Elemental... valla nombre. Sin embargo, era una reliquia de tiempos antiguos, tal vez una broma de un dios pervertido, un juguete de alguna diosa, o quien sabe. El caso es que era lo suficientemente poderoso para ser una amenaza... mas al mismo tiempo, no lo bastante como para tratarla con los serios Guardias de Plata, o Guardias Sortilegos. Era la clase de mision privada que le conviene a un aventurero como tu... Y la recompensa no seria nada desdeñable. El templo donde se hallaba ya estaba lleno de riquezas, seguramente, y si le sumabas una carta de recomendacion de la mismisima Dama Alustriel, ninguna puerta en toda la Marca Argentea, el Norte, incluso en Faerun tal vez, se te cerraria nunca mas... Las posibilidades de contar con el apoyo de una patrona tan distinguida y poderosa como la Dama, abria un mundo de posibilidades... Naturalmente, no irias en soledad, un equipo de varios como tu, se encargarian del dilema. Asi habrian empezado todas esas leyendas?
Asi que aqui estas, frente a 5 desconocidos, y un tigre por si fuera poco... El conductor de la carreta era uno con su vehiculo, no decia nada, solo silbaba en voz baja y conducia, llevandote al punto desde donde deberias seguir a pie, las tierras del Templo...
:) para que se vallan presentando y conociendo, aunque no tengan las fichas terminadas...
El sol filtrado por las copas de hojazules y sombraltos acabó por despertar a Soran. ¿Cuánto tiempo llevaba tumbado sobre un saco de nabos en el carromato era difícil de decir?. Al parecer todavía quedaba bastante para llegar a destino y en las reducidas dimensiónes del habitáculo no había mucho por hacer excepto quizá conocer a sus extraños compañeros de viaje. Mejor seguir durmiendo otro rato que estrechar lazos de camaradería con gente que mañana probablemente estará muerta. -Pensó.- Siempre había preferido trabajar sólo, eso es lo que le había hecho salir de Puerto Cálim. Por otra parte es mejor mantener a estos brutos animados y predispuestos a jugarse la vida.
-"Buenos días, -dice desperezandose- Risa fresca y agua clara para todos. Aunque si me lo permitís yo prefiero desayunar algo más consistente." De los pliegues de su capa saca una botella con un líquido ambarino y da un largo sorbo. "Ahhhh... Esta es la mejor hidromiel de todo Faerún... Hecha con miel de las abejas de los bosques de Noyvern ¿sabéis?. ¿Queréis acompañarme?"
Dorklem no es precisamente lo que se diría un hombre al que le guste charlar con extraños, sin embargo aquellos individuos se habrían de embarcar en la misma empresa que él y siempre era mejor estar bien con aquellos de quienes puede depender tu vida. Buenos días... Se limita a decir escuetamente.
Su armadura de mithril brilla esplendorosa ante los reflejos del sol, su yelmo no se mueve de su cabeza pese al calor que hace, el hermoso espadón previene a los enemigos merced al brillo de su filo, otro guerrero dirán quienes no le conocen, quienes ignoran la sangre que corre por sus venas...
Sentía como la briza acariciaba mi rostro, mi cabello largo rizado cubría parte del mismo y se movía de un lado a otro con el andar del viento. No sabía quiénes eran estas personas, pero si sabía que la única forma de conocernos, en el que a mi concernía, seria en un campo de batalla y con nuestras armas en las manos.
Mi armadura brillaba como oro y reflejaba las luces del sol, Mi escudo estaba a centímetros de mí y mi espada aun envainada se encontraba. El casco emplumado se encontraba entre mis piernas. La sensación de estar tranquilo me desesperaba y los falsos intentos de conversación me irritaban.
-Es mejor que si deseáis conservar los dientes en su boca, pues cierren las mismas y continúen callados- dije con voz áspera pero tranquila, sabía que sería un mal inicio pero me molestaba bastante que no se dijeran las cosas que se sentían. –Si no seis honestos y sinceros con vosotros a la hora de hablar, mejor callaos y dejar que el viento nos relaje.
Mire a todos para ver las caras de cada uno de ellos y así ver quién será el que se levante a protestar… sería divertido ver como pierden los estribos y así podríamos tener una charla intima con nuestras espadas en mano.
Miro al doradito y me río forzadanmente. - ¿Y desde cuando te dieron derecho de decidir que y cuando los demás podremos hablar? Mejor calla tu antes que los demás o uno solo de nosotros te haga entender que nadie de aquí está a tus servicios. - No había llegado tan lejos en mi vida, dejándome pisar por gente así, le había hablado a los demás, pero ese tipo de carácter se a donde termina.
En la carreta el grupo ya estaba formado, y en silencio se miraban las ganas hasta que no pudieron más y debieron hablar. Faeledhel se había quedado sentada en lo más alto de la carreta, y podría ver las cabezas del grupo. El hombre de armadura dorada fue el que más le llamó la atención y sus ojos color plata estuvieron puestos en él, hasta que habló, la forma en que lo hizo le fue muy agresiva, así como la respuesta del guerrero. La semifata se puso de pie en la carreta, el sol le daba en la cabeza, e iluminaba sus cabellos castaños y muy largos, que ahora eran sujetados sólo por un ceño que adornaba su frente.
- no se pongan así, no es necesario esa agresividad- sonrie nuevamente, la capa que usaba cubría sus alas quizás los del grupo no las han notado aún, pero deberian haber sido demasiado despistados para no notarlas, pero si deberían haber notado su belleza, y el rostro casi ángelical con el cual los miraba.- ¿no tienen hambre?- pregunta la sabia mujer, que se mantenía en tan afable posición.
Al ver como no uno sino varios de los integrantes se alzaron en contra mía, reí levemente, prácticamente agradecido por que tal vez este grupo no sea uno de esos que no sirven para nada. –Para fortuna tuya- dije señalando al muchacho ¨Kaylan¨ -Frente a damas como esta no derramaré sangre alguna- dije sintiéndome satisfecho con el joven que tenía enfrente a mí.
Pero lo que más me llamo la atención fue la joven que aunque muy amable poseía carácter. Eso es lo que en mi pueblo se le llama a una mujer… -Por los dioses, no dejo de fijarme en mujeres- me dije mientras observaba a la joven.
Me levante de repente y con aspecto intimidador. – Yo si tengo bastante hambre- dije y solté una risa que podría interpretarse como sarcástica, aun que su propósito era de satisfacción por el grupo y por la hermosa joven que se encontraba entre nosotros.
Me alegra que ya este todo en buen pie...XD
El guerrero observa a quien ha tenido el descaro de insultarles, es evidente quien habrá de ser el primero en morir, ya sea por el enemigo o por una daga perdida en la oscuridad. Dorklem no se levanta de hecho ni se inmuta, odia a los tipos como él, bravucones e imprudentes, siempre era mejor prescindir de ellos, no así de las bellas mujeres como aquella que intervenía en la charla.
"Bien, esto marcha" pensó al ver el destello en los ojos del guerrero enfundado en mithril. "Al menos hay uno lo bastante valiente para respaldar sus palabras y tan sabio como para no pronunciarlas. En cuanto al doradito... habra que mantenerlo alejado de burdeles y tabernas. El otro guerrero tiene ambición y madera de líder, lo mejor será dejarle hacer por ahora. Pero ¿quién es ese otro ser de refrescante belleza?, sus ojos miran al infinito con la sabiduría de la lechuza y el lamento de la alondra. Sin duda la más peligrosa, pues afecta al alma de los hombres débiles."
Haciendo una reverencia hacia Faeledhel, compensando el precario equilibrio del carromato (Master, decida si necesito tirada o no):
-Soran Witherspoon a su servicio oh ángel, pues sin duda cualquier observador se habrá percatado de que no podéis ser otra cosa que un ángel venido a este mundo mortal para aliviar la pesada carga de nuestros sufrimientos. No permitáis que los insultos del bravucón os importunen, al parecer demasiada sangre afecta a la cabeza cuando no se limpia de la armadura. Pero estoy seguro de que aprendera a comportarse, puede que incluso lleguemos a apreciarle en lo que vale. ¿No es así compañeros?-
La última frase iba dirigida a todos, pero la sonrisa a medio ocultar bajo la capucha sólo iba dirigida a uno y decía:"Ven"
Nera se encontra al fondo de la carreta, medio recostada sobre el lomo de su inseparable compañero mientras le acariciaba distraidamente en la parte superior de la cabeza. Su actitud, aunque relajada dejaba entrever cierta tensión qiuzás por la misión que les esperaba o puede que por encontrarse entre tantos desconocidos.. Poco después de salir, el primer roce tiene lugar. Decide no intervenir, pues bien poco le importa lo que ese tipo opine o diga acerca de ella.
Parece que sabe bien cómo controlar las mentes de los hombres... piensaal ver cómo la otra mujer del grupo arregla la situación antes de que vaya a más. Un tiempo después, cuando considera que los ánimos vuelven a estar calmados se presenta
Mi nombre es Nera Amolyn y él es Asdrul tras una breve pausa prosigue Nos guste o no estamos juntos en esto y más nos vale llevarnos bien pues es más que probable que para poder sobrevivir debamos apoyarnos unos a otros en más de una ocasión.
Faeledhel ladea un poco su rostro al ver la cara y el gesto que forman los labios del "dorado" al responderle sobre el hambre, muchas veces había visto ese mismo gesto, la forma en que insinuaba sus intensiones, ella se sintió agradecida de poder despertar tal sensación, dado que sentía que para eso Sune la había creado en ese mundo. Pronto, si salía de esta misión, volvería a su querído templo para poder estar con sus hermanos y hermanas. Posiblemente sería parte de la jerarquía, pero ella, sentía que debía antes conocer sobre el mundo, sobre su fealdad y de su belleza, porque sólo conociendo la obscuridad se puede saber que es la luz.
- pues esa hambre... se puede saciar con facilidad...- susurra con una risita en los labios, no estaba muy lejos de él, y podría escucharlo perfectamente, sus ojos rasgados lo miraron hacia arriba, y sus labios se movieron como si degustara algo. podría ser un coqueteo, pero viniendo de ella era difiicl saberlo. - ¿cuantas provisiones trae cada uno?- ahora pregunta al grupo, a donde iban, era posible no saber si conseguirían comida fácilmente y debía saber como podrían comer, ella tenía algunos hechizos, sin contar sus provisiones.
En eso, otro de los hombres se levanta y comienza a presentarse y elogiar su belleza, llamándola ángel, no eran pocas las veces que la habían llamado así, y ella sólo se ría, dado que estaba bastane lejos de ser un ángel, era más terrenal, era un ser de las bosques. Faeledhel lo escuchó con atención y sus mejillas ligeramente sonrojadas, era la forma de demostrar que el elogio le había agradado y no sólo eso, que también se lo agradecía.
- no soy un ángel... estoy lejos de serlo, pero gracias, sus palabras estan dotadas de una belleza y de una labia que me hacen sonrojar, Sune ha tocado su boca, mi señor, agradecida soy de escuchar tan hermosa oratoria...- cerra los ojos, ella seguía apoyada en la carreta, seguía mirando al hombre, y nuevamente esos ojos rasgados se hundieron en los ojos de Soran- y si... la sangre puede hacer estragos, la destucción puede matar el alma, por eso debemos evitar tales males... - Faeledhel sonrie una vez más, convensida que la creación y el amor sólo evitarían todo lo que sucedía.
Por fin la druida hablaba, y con muestra de su sabiduría, fue aplaudida por Faeledhel, aunque no hizo el gesto, sólo le sonrió.
- ohh.. si, pues si, Señorita Nera, lo importante es que nosotros funcionemos como un grupo, y luego, su Sune nos bendice, seremos amigos o una familia... ohh si, sería precioso- Faeledhel, junto sus manos delante de ella, tomandolas, alegre por la idea, - y tiene un elegante y precioso compañero- ya había visto antes al tigre, y se había ido todo el camino admirándolo- oh, que mal educada he sido, mi nombre es Faeledhel, pero pueden decirme Fae, - se presenta, y levanta su rostro hacia el cielo, el sol le pegaba en la cara, mientras seguía con su atención en el grupo para ver que no se volvieran a alterar los ánimos.
Dos mujeres, un tigre, un loco que busca la muerte entre sus compañeros y otros que adornan las cosas que dicen con tantas palabras que me artan los oídos. Este grupo seguramente no volverá completo, ya he vivido muchas cosas, como para saber que más de uno de nosotros caerá en esta misión que todavía no sabemos todos los detalles. Me quedo sentado y atendiendo lo mío, sin prestar mucha atención a lo que dicen los demás, total se que si me llegan a necesitar, haré lo mío y ellos lo suyo y que salga lo que los dioses quieran.
Poco caso les preste, mientras hablaban, solo la mirada de Faeledhel pudo cautivar mi atención nuevamente.
Sus palabras revivieron unos recuerdos bastantes oscuros en su cabeza, pero estos no fueron tan fuertes para atemorizar al guerrero, aun que dejo ver en sus ojos una profunda agonía que podría ser confundida con una mirada perdida en el paisaje.
Luego pudo recordar otros comentarios de sus compañeros –amigos, familia, apoyarnos- me decía una y otra vez tratando de buscar algún sentido a todas esas palabras que para este joven guerrero solo representaban unas palabras vacías y sin contextos a los que se puedan adherir. Mientras pensaba, miraba el suelo y soltaba una risa, me resultaba algo gracioso no poder encontrar el significado a esas palabras que para los demás parecía tener bastante valor.
-la única forma de que se ganen mi respeto es demostrando su valor propio en los momentos de gran necesidad- me dije mientras alzaba la mano y le respondía a Faeledhel –Poseo comida para 4 días y tres botellas de vino.-
El serio y viejo cochero, comenta en voz baja, interviniendo.
-No les hara tanta falta la comida... espero que se procupen mas por su salud, jovenes.
Ya terminaron todos??
El guerrero no contesta a las preguntas del resto, ninguna de ellas había sido dirigida directamente a él y no tenia ganas de gastar saliva en cosas tan inútiles, si llegaba a necesitar algo simplemente mataría al que lo tuviera, aquello no tenia mayor ciencia. Mientras su enorme espadón golpea contra su armadura, Dorklem intenta imaginar lo que les espera en aquel lugar desconocido, los rumores hablaban de grandes tesoros pero nadie había regresado para confirmarlo...
yo si