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- Claro, claro, quizás quieras explicarte un poco mejor, - no quito la mano del arma, y no se me olvida de que no estamos solos. Dejo el interrogatorio a Winters, que parece que tiene ganas.
Mantengo activo el sistema informatizado de traducción, por si se me escapa algo en otro idioma, por si acaso.
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El sistema de traductor NT 10 del traje, la verdad, no espero que nadie venga a hablarnos en Arameo Galáctico, pero por si acaso.
- No has respondido a ninguna de mis preguntas. Vamos a ir más despacio, que parece que te cuesta. ¿Cuál era el plan? Con pelos y señales. - le dijo Ethan, aguantándose a duras penas las ganas de disparar, aunque fuera un aturdidor lo que llevaba en ese momento.
- Y luego, ¿dónde está tu compañero y qué está haciendo? Primero responde a la primera, luego a esta combinada. - siguió, con un tono claramente condescendiente. Si lo mosqueaba, quizá perdiera el control y revelara algo importante.
Dejó que Kelnor se encargara de vigilar a Krauptman, y aunque él trató de fijarse en los alrededores, empezaba a estar más pendiente del hombre que del entorno.
Motivo: Reconocimiento (vigilar que no nos embosquen)
Tirada: 2d6
Resultado: 2, 1 (Suma: 3)
Vigilar, reconocimiento, total 2, vaya mierda de tirada.
Dados: 2+1-3+1+1= 2
- ¿No es obvio? - pregunta a su vez, con burla. Chasquea la lengua -. Por un momento estaba gratamente sorprendido, pero parece que no sois tan listos. Era la distracción para poder colarnos.
Se nota la tensión en Krauptman, listo para actuar. Nota vuestras miradas, lo que se confirma cuando vuelve a hablar.
- No esta aquí. Cumple con su parte del plan, por supuesto.
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Se acabaron las negociaciones, si había sacrificado una tripulación entera como distracción para colarse aquí, era hora de atar cabos sueltos. A la mierda el sigilo, bueno, con todo el ruido de esta maquinaria total no se va a notar. Estaba pensando de si tenía que buscar la porra aturdidora, pero ya que no va a hablar e implicitamente confiesa su culpa.
Las balas son más rápidas y tengo el arma en la mano.
Ataco, que ya nos ha hecho perder bastante tiempo y vidas.
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Motivo: Iniciativa (Des o Int, elijo Int)
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+2)=9 [4, 3]
Motivo: Disparar, armas de fuego balas.
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+2)=12 [4, 6]
Motivo: Daño, si se tercia (-3 si es la pistola, +4 si es la ráfaga)
Tirada: 3d6
Resultado: 7 [5, 1, 1]
Nota, si es rifle, va ráfaga. Ya tardaban los unos XDDD.
Nota dos: Si voy con pistola, como acción menor saco el estoque, que esto es que estoy cerca para ir a deguello.
Edición: He puesto mal el bono, si es ráfaga es +3, no es +4.
Ethan miró sorprendido durante unos momentos a la cosa que simulaba ser un ser humano delante de él, mientras su cerebro asimilaba la enormidad de lo que aquel esputo había afirmado con total convencimiento. Todas aquellas personas muertas, unas pocas atrapadas y en situación desconocida, y ellos allí a punto de morir, por algo tan nimio.
Era un psicópata malnacido. Era terrible, horrible, perverso absolutamente todo en ese hombre.
Una furia nació de su estómago, subiendo por sus venas y arterias hasta su pecho, donde explotó expandiéndose por todo su cuerpo y saliendo por su boca en un grito de rabia. - ¡MALDITO BASTARDO! -
Su mano se movió por propia voluntad, apuntando y disparando casi a la vez. Si no iban a salir de allí, al menos se llevarían a este cabrón por delante, y luego irían a por el otro, aunque le costara la vida.
Motivo: Disparo
Tirada: 2d6
Resultado: 2, 4 (Suma: 6)
Disparo:
2+4+1+1= 8
Bueno, mi idea a cambiado Kelnor, matamos a este, y luego buscamos y matamos al otro, sin preguntar. Y luego ya lo que suceda.
Alzáis las armas y disparáis. Pero Krauptman, tenso como estaba, salta buscando cobertura en la maquinaria cercana; y es rápido.
Kelnor llega a alcanzarle pero al perderlo de vista tras las máquinas no llega a ver el alcance del impacto.
No ha respuesta, pero tampoco se da la ocasión. De repente estallan las cargas explosivas en la sala. No son muchas, tres o cuatro que llegáis a contar. La última, justo delante, donde hace un instante estaba Krauptman. Son cargas controladas, de baja potencia, que sólo dañarían a alguien si estuviera directamente enfrente de ella. Pero cumplen su función.
Algunas de las máquinas se detienen, y todo se queda a oscuras.
Como creo que no se han nombrado armas, entiendo que Kelnor empuña la pistola y Winter la escopeta. Los rifles creo que son demasiado aparatosos y poco prácticos para llevarlos en un lugar cerrado como este.
En la oscuridad Krauptman se pierde entre la maquinaria. Sin embargo, no aprovecha esta oportunidad para emboscaros.
No tardáis en daros cuenta de lo que implica. Y se convierte en una carrera por llegar al hangar y a la astronave que está allí; la única manera aparente de salir de la base y abandonar Qerestra. La carrera se vuelve más apremiante cuando nuevas explosiones secundarias hacen saltar las alarmas de la base.
No llegáis los primeros al hangar, y allí os veis envueltos en un nuevo tiroteo contra Krauptman y su secuaz, Dalinin, la seca y adusta ayudante y jefa de seguridad de la nave accidentada. El maletín que porta Dalinin, metálico y con la conocida señal de que contiene material biológico, os da una pista de la razón por la que ambos están aquí.
No están dispuestos a perder el billete de salida y, como vosotros, no están dispuestos a compartirlo.
La situación parece en tablas. Pero entonces, unos fuertes temblores, acompañados de un escalofriante y bestial chillido, sacuden la base al completo. No han sonado lejanos, sino más bien debajo del hangar. Las explosiones que han provocado Krauptman y Dalinin, independientemente de su fin, han liberado algo.
Unos poderosos golpes desde el nivel inferior de la base, llegan a combar el suelo del hangar. Algo realmente grande se ha liberado.
Oportunamente, eso os da una pequeña ventaja sobre vuestros oponentes. Una ventaja que no dudáis en aprovechar, y corréis hacia la nave. Ésta no está cerrada, así que accedéis a ella sin dificultad. Sin embargo, Krauptman no ceja en su empeño, y Kelnor se ve envuelto en un tiroteo con él y Dalinin, tratando de contenerlos, mientras Winters trata de iniciar los procedimientos de encendido de la astronave y apertura de las compuertas del hangar.
Por fin, Winters consigue hacer despegar la nave, con Krauptman a escasos centímetros de abordar la nave.
Salís a toda velocidad del hangar, sólo para ver cómo unos monstruosos tentáculos emergen de entre las compuertas y se aferran al acantilado arrastrando a la criatura de la que forman parte.
El titán, similar a un monstruoso cefalópodo, logra sacar su enorme cuerpo y, tras un momento de afianzarse, se impulsa alzando un veloz vuelo.
Como un cohete, impulsado por el movimiento ondulante de sus tentáculos, el cefalópodo vuela con la misma trayectoria de vuestra nave. Y os supera en velocidad, acercándose peligrosamente.
Una maniobra evasiva de Winters os quita de en medio. No hace falta más; la criatura no tiene el menor interés en vosotros y pasa de largo. Su intención no es más que alcanzar el espacio abierto y escapar.
Al igual que vosotros.
Al final la cuestión se va de las manos. De las manos al gatillo de las armas, claro, que hay ganas. Gastada la ventana de negociaciones, que ni Winters ni yo teníamos precisamente ganas de darla muy amplia, nos aplicamos con la sana intención de abrirles la cabeza sea a tiro limpio, sea a guantazo, sea como sea.
Mientras huye de nosotros, nosotros corremos tras Krauptman para comentarle que renunciamos y que tenemos un par de detalles que solucionar con él. Ya en el hangar aparece Dalinin, y visto que no abre fuego contra Krauptman, para que más.
- Renuncio al trabajo, - comento mientras agarro con fuerza el arma.
Pero antes de que nos liemos a tiros, nos interrumpe un chillido. Parece que hay otro jugador en esta extraña partida. Un temblor nos hace perder algo el equilibrio y separarnos. Y ya puestos a separarnos, intentamos tanto Winter como yo hacerlo a lo grande, cogiendo la nave. Mientras voy rezando que no tenga un cierre electrónico puesto, llegamos y por fortuna, la nave es accesible.
Hora de salir de esta base, palpo el hueco de las granadas y si queda algo, se las regalo tanto a Krauptman como a Dalinin, activadas, claro, a ver si les revientan en la cara. Luego agarro el rifle y abro fuego de contención mientras Winter mira de poner en marcha la nave.
Tras un intercambio de disparos e insultos, cuando noto que la nave se activa, entro dentro y pulso el mecanismo de cierre de la exclusa. Luego cuando despega voy a la cabina y me limito a comentarle a Winters.
- Creo que al final, nos quedamos sin cobrar. -
Aún quedan muchas cosas que hacer. Ver si hay supervivientes de los supervivientes del siniestro al estrellarnos. Pero antes, ya que estamos en una nave, mandar señal de socorro y un informe, antes de que piense que hemos robado esta nave y que somos piratas que han derribado la otra, dejar las cosas claras. Luego yo al menos, querría volver a salvar los que pudieran estar aún vivos.
Eso sí, una vez que se haya largado ese bicho... veo, por fortuna a una prudencial distancia, como se aleja al espacio exterior la cosa que estaba ahí abajo.
Creo que no pondré este trabajo en mi curriculum.
Imagen del calamar XD: https://www.deviantart.com/deltapax/art/Space-Krak...
Corriendo en una carrera contrareloj, mi compañero desmuestra su destreza marcial de una forma admirable consiguiendo mantener ocupados a aquellos dos a pesar de mi escasa ayuda, ya que no era excesivamente diestro con las armas, aunque tampoco manco, pero no podía igualar el entrenamiento del militar, obviamente.
Un temblor sacudió el lugar y gracias a él, conseguimos alcanzar la nave antes que la otra pareja. Winters, de normal calmo, estaba que hervía de furia pensando en la gente que había muerto por culpa de los desgraciados traidores que a saber para qué habían venido aquí, aunque aquel maletín daba pistas inequívocas de las razones - No me importaría saberlo, pero no pienso jugarme el pescuezo por un puto experimento. - Allí no había nada seguro, más que una cosa, su muerte si no conseguían salir de ése infecto lugar.
Mientras Kelnor seguía manteniendo a aquellos ocupados, yo realizaba los chequeos mínimos e imprescindibles en la cabina de mando para poner a aquella preciosidad en marcha. - Si mis instructores de vuelo me vieran, les daba un infarto, a la mierda protocolos de seguridad.... - pensaba mientras sus dedos volaban por los diversos controles. - Ahora la puerta... - dijo mientras tecleaba códigos y contraórdenes, ayudado de un pequeño programa "hacker" que gracias a los cielos estaba instalado en aquella cosa preciosa, pues así la veía ahora mismo Winters, como la mejor astronave de la galaxia, la que les iba a sacar de allí.
Con un rugido de los motores forzados sin haber podido calentar apenas y un - ¡NOS VAMOS!¡AGÁRRATE! - gritado a todo pulmón por el vox principal de la nave, consiguió despegar y sacar la nave del hangar dejando a Krauptman con la miel en los labios. Winter se imaginó una mano extendiendo en dedo corazón en la cara de aquel hijo de mil furcias. Kelnor llegó a la cabina y el comentario le arrancó una sonrisa ácida al piloto explorador espacial. - Pues no, no creo, pero ahora mismo tenemos otras cosas que hacer, hay que ir a ver si conseguimos rescatar a alguien má.... - pero no pudo seguir la frase cuando Winters, con evidentes problemas de descompensación en los motores por la burrada que les estaba haciendo hacer, y mientras introducía cálculos y derivas para mantener aquello a todo trapo, miró la señal del radar, casi le da un síncope.
Algo grande y gordo estaba siguiéndoles a gran velocidad. - ¡Hostia puta! ¿Qué es eso? - pensó, totalmente pillado por sorpresa porque no había podido ver aún qué era.
Conectando las cámaras traseras de la nave, su boca se abrió de par en par mientras veía acercarse a un puto calamar gigante a toda mecha hacia ellos, aunque uno de sus dedos pulsó la opción de grabar todo aquello, centrando los objetivos de las cámaras en aquella cosa para guardar un recuerdo para la posteridad. La sorpresa casi les cuesta la vida, pero los reflejos innatos aeronáuticos del piloto hicieron el trabajo, la memoria muscular es una bendición o una maldición, dependiendo del momento. Con un grácil tonel a la derecha se quitó de enmedio y el alien espacial siguió su camino sin prestarles la menor atención.
Winters, una vez con todo bajo control y sin peligro inmediato, regulo todos lo niveles y disfrutó sobrevolando la base para grabarlo todo, exteriores, alrededores, coordenadas, etc...y comenzó una grabación contando todo lo que había sucedido, para mandarla en una transmisión pidiendo ayuda y que al menos quedara constancia de lo que les había sucedido.
Unos minutos después, la nave volaba en busca de supervivientes...pero eso...es otra historia.
Digno final, DM. Gracias a todos. :)