Partida Rol por web

Escuche a Lobato cuando me llamo en la calle y apenas reaccione. Estaba mareada todavia y cuando me pidio las llaves realmente se lo agradeci aunque no dije nada.

Durante el viaje de regreso en mi mente repasaba todo como lejano, en camara lenta. Aun sentia el frio metal en mi sien y eso me hacia estremecer.

- Lo siento... susurre.

Fue lo unico que dije durante el regreso viendo hacia la calle sin mirar a nada en particular y sumida en la imagen del hombre bañado en sangre y vuelta al arma en mi cabeza. Necesitaba un trago, hubiese dicho mi padre.

Al llegar me quede en la entreda de la comisaria escuchando pero sin escuchar nada realmente. Lobato debia de estar molesta, ponerme en peligro era ponerle en peligro a ella tambien, pero no habia sido mi intencion. La mujer con el niño logro distraerme y estas altura tal vez fue a proposito. Luego salir al pasillo pero que era los obvio si no habia nadie y luego los disparos de escopeta. Cerre los ojos aun turbada.

Alguno que otro compañero se cruzo conmigo y haria algun comentario pero no preste atencion. Otros notaban que aun estaba afectada y comprendian mi situacion. Solo necesitaba tiempo.

Habia leido que muchos se quebraban despues de su primer tiroteo. Yo no seria uno de ellos. Levante la mirada y no vi a Erika por ningun lado, asi que fue al escritorio a poner lo ocurrido por escrito. Igual me lo iban a pedir tarde o temprano y mas habiendo muertos en la escena.

Llegamos a comisaría sin incidentes. Miranda estuvo callada todo el tiempo. La situación en el piso aquel la había superado, no cabía duda... Lejos estaba aquella novata charlatana de hacía unas horas. Yo no estaba mejor que ella, pero el tiempo y la experiencia te hacen saber aguantar el tipo y evitar derrumbarte. En mi caso estaba aprovechando el enorme enojo que tenía en ese momento por la persona que estaba sentada en el Z conmigo.

La hubiese dicho cuatro cosas, pero mejor era guardarlas para mi, eso hacía que mi sangre hirviese por dentro. Ni tan si quiera la miré cuando se bajó del Zeta en el parking de la comisaría. Ya me encargo yo de los papeles de entrega del patrulla. Fué lo único que la dije. La observé como se alejaba, caminaba casi como un zombi, cabizabaja y arrastrando los pies. Rellené el formulario y lo dejé en la guantera. Luego miré a mi alrededor. Estaba a salvo, por fin.....

Y entonces ocurrió. Siempre era igual. En cuanto me sentía protegida, mi cuerpo se descargaba, liberaba toda la tensión y estrés. Noté como mis manos comenzaron a temblar por los nervios. La sangre fría que se había apoderado de mi, se tornaba caliente. Los pensamientos fugaces de lo que hubiese podido pasar, comenzaron a bombardearme la cabeza. Salí del coche antes de derrumbarme del todo. Ese no era un buen sitio para rendirme. El parking tenía algunos sitios donde podría desahogarme sin ser vista.

Entre una columna y la pared, en una zona algo apartada, apoyé mi espalda contra el frío y oscuro muro. Me abracé a mi misma, permitiendo que todas las emociones enterradas en mi interior, saliesen a la superficie... Las piernas me temblaron y pronto se debilitaron, haciéndome agacharme en el suelo... las lágrimas brotaron por mis ojos y me abracé con fuerza liberando todo aquello mientras daba gracias por seguir viva.

Sergio permanecía en su despacho, en la parte superior de la comisaría. Desde su ventanal podía ver todo lo que ocurría abajo. Estaba inquieto e impaciente, paseando de un lado a otro y mirando por aquella ventana hacia abajo de vez en cuando. Sabía perfectamente que había ocurrido en aquel bloque de pisos y él mismo fue quien ordenó que tanto la novata como Lobato, regresasen a Comisaría si no lo hacían por voluntad propia.

Podía ser un cabrón, pero sus hombres, mujeres en este caso, le importaban más de lo que hacía ver. Pronto vió a Miranda, caminando como un muerto viviente por las oficinas. Lobato no debía estar lejos... pero no aparecía. Esperó unos instantes más, por si se había retrasado por algo... Al ver que no venía salió de su despacho abriendo la puerta con fuerza.

Agente Miranda! Suba aquí ahora mismo! gritó enojado desde arriba clavando su mirada en la novata, luego entró en su despacho y esperó a que la joven llegara.

Sin haber siquiera movido el lapiz sobre el papel escuche al comisario llamarme. Era el momento de hechar el cuento. Respire profundo y me levante tratando de recuperar mi aplomo. Me iban a regañar, pero que mas podia pasar. Tampoco podia ser tan malo verdad.

Malditos arabes...

Entre en la oficina del comisario y cerre la puerta y me quede de pie al lado del escritorio.

- Si Comisario...

Siéntese! Te dijo serio, con mirada inquisitiva te preguntó por Erika antes de preguntarte si estabas bien. Es más, jurarías que ni te lo preguntó. Muy bien... quiero que me cuente lo que ocurrió en el piso, antes de que haga el escrito. Desde que subieron hasta que salieron del mismo.

Quiero saberlo todo. Ha muerto un hombre en manos de un policía y asuntos internos no tardará en venir a investigar. Su tono serio y su semblate duro no habían cambiado desde que entraste. Empiece agente Miranda. No tengo todo el día. Te apremió.

- Oh si Señor!

Sigo de pie mirando la pared mientras trato de recordar los detalles.

- Bueno pues llegamos Erika y, perdon la Agente Lobato y yo. En la sala encontramos un par de hombres con actitud sospechosa y una mujer con un niño en brazos. La mujer huyo despavorida hacia la cocina y la segui con la intencion de calmarle y proteguer al crio. Lobato pedia identificaciones y los datos del porque la pelea y que habian llamados los vecinos.

Respire profundo.

- La mujer entro en la cocina y giro a la izquierda no dejandome ver que habia otro hombre armado que apunto a mi cabeza desarmandome y obligandome a llamar a mi compañero que entro enseguida y logro reducir al hombre de manera rapida y profesional, Señor, de verdad nunca habia visto nada asi.

- La mujer temblaba abrazando al niño y como habia recuperado mi arma, intentamos salir a la sala que parecia vacia pero al movernos recibimos dos o 3 disparos de escopeta asi que nos arrinconamos en la cocina hasta que llegaron Roldan, Segovia y no recuerdo quien mas y dispararon contra el hombre. Este era otro que no habiamos visto tambien. Al parecer los dos iniciales estan profugos pero Lobato tenia sus identificaciones asi que no deben llegar muy lejos.

Volvi a respirar.

- Eso fue todo Señor. Si no hubiesen llegado a tiempo quizas la tuviesemos mas complicada en este momento. Se que no debi alejarme de mi compañera, pero la mujer con el crio me confundio y bueno despues todo fue tan rapido..

- Lo siento Señor...

Se notaba que estaba profundamente deprimida.

Muy bien agente. Dijo el comisario cuando terminaste de hablar. Pudiste ver como mientras hacías tu declaración, Gulliver tomaba algunas notas. Ahora quiero que me cuente todo de nuevo. Pero omita a Erika en esta nueva versión.

Entrecruzó las manos, poniéndolas sobre la mesa y se inclinó sobre la misma. Asustos internos tratará de ponerlas una contra la otra. Intentarán que os enfrenteis las dos... y si las historias no cuadran, se lo pondréis todo en bandeja. Su gesto serio permanecía en el rostro, era como si esa fuese su única expresión. Volvió a reclinarse hacia atras en su asiento.. Vamos, empiece a hablar! Si esto le parece tedioso... ya verá lo que viene después...

Como pusiste el post con el Comisario me rei mucho de pensar que ese era su pie. Ja ja ja ja.

Pobrecito.

Pensar que era aun mi primer dia y ya enfrentaria asuntos internos me puso muy nerviosa. Yo era la victima tambien aqui. Pero el Comisario tenia razon. Yo lo sabia y estoica respire profundo y repondi.

- Bien, este, bueno, entre en el apartamento y una vez que mi compañera pedia las identificaciones note como la mujer que sostenia el niño huia a la cocina y la segui para que no saliera de nuestra vision. Para asegurarme que estaba bien, pero al entrar a la cocina no me percate que habia otro hombre. Este me apuntaba con su arma en mi cabeza y me hizo soltar mi arma en el suelo. Luego me hizo llamar a mi compañera quien habilmente logro desarmarle y esposarlo mientras yo retomaba mi arma.

- Al intentar salir por el pasillo hacia la sala recibi varios disparos, no! Recibi dos disparos de escopeta que dieron en la pared y nos dejaron a todos atrapados en la cocina hasta que llegaron los refuerzos y mataron a uno de ellos mientras que los dos que habiamos visto principalmente parecian haber huido por la ventana.

No sabia que mas decir asi que permaneci callada. La segunda version parecia la misma aunque mas resumida. Estaba desconcertada.

Sergio inspiró con fuerza y aguantó el aire en su interior unos instantes antes de soltarlo. No le conocías, pero ese gesto indicaba que algo no iba bien... eso seguro. Luego anotó algo más y te miró con el ceño fruncido.

Entiendo, agente Miranda que, después de los 4 meses en la Academia en Ávila y los otros tantos de policía en prácticas hasta el día de la jura, tuvo tiempo de leer y aprenderse el protocolo de actuación... su voz sonaba tranquila y que recordará que.... NUNCA SE DEJA A UN COMPAÑERO SOLO HASTA QUE NO ESTÁ TODO CONTROLADO! Te gritó poniéndose depiés y dando un golpe seco en la mesa con su mano. Pudiste sentir que la comisaría quedaba en silencio en ese instante, tan sólo se oía algún teléfono sonar.

Cuando se entra en una habitación SE COMPRUEBA ANTES DE ENTRAR EN ELLA QUE ES SEGURA! Te gritó muy enojado. Luego miró sus apuntes. A ver si entiendo bien esta parte... dijo con un tono más calmado.. teníais a un sujeto inmovilizado, estabais en la cocina encerradas con él y tratasteis de salir por la puerta, recibiendo disparos de escopeta... leyó detenidamente. ¿Cómo fue? Lobato te cubrió y tu saliste, lo hicisteis juntas? ¿Te ordenó que salieras a mirar?  Su voz sonaba pausada.. Volvió a sentarse, esperando respuestas..

Observe mientras escuchaba al comisario como sus facciones cambiaban. Era obvio que no para bien pero no sabia hasta que punto. Me aferre a la idea de que aun estaba viva y en la noche cuando estuviese a la cama estaria feliz por ello. Aun no era mediodia.

- Señor.. Quise replicar sobre el protocolo.

- Yo... quise decir algo sobre dejar sola a mi compañera.

- ... No pude decir nada acerca de la habitacion.

Mis manos temblaban de nuevo y ahora si estaba segura que me habia equivocado de trabajo que debia ser modelo o actriz o casarme y tener muchos hijos para engordar y morir de vieja y amargada a los 40.

- Señor fue enteramente mi culpa. Ya habia recuperado mi arma y Lobato sujetaba al individuo y no habia ruidos en la sala. Habia dos sospechosos de maltrato al menos y no parecian armados asi que al no ver peligro sali al pasillo cuando alguien salio del pasillo del enfrente con la escopeta. Apenas pude cubrirme. Estoy segura que Lobato no vio nada pero tampoco me ordeno salir, yo sali por mi propia desicion al pensar que habia huido o algo asi.

Hable un poco alterada pero luego fui bajando la voz. De hecho cuando me escuchaba sonaba peor la historia que como la tenia en mi mente. Lobato me habia salvado, ella no tenia la culpa de nada.

- Lobato me salvo Señor, ella no tiene la culpa.

Sentia agua en mi ojos aunque de impotencia, de rabia, por lo arabes, por mi primer dia, por mi impetu, por el Comisario, solo queria salir de alli.