Partida Rol por web

Cuando Fernando llegó a Área Central ya habían desplegado la cinta policial y aquello estaba plagado de policías, incluidos los de la científica y el forense, Pedro, que tenía un aspecto tan cansado como el propio Fernando.

- Estábamos esperando por ti. La causa de la muerte es asfixia.

Se apartó a un lado para que Fernando viera el macabro espectáculo. 

La puerta del conductor del Open Corsa de Luis González estaba abierta para que los de la científica pudieran sacar las fotos. En el asiento del conductor estaba el muchacho, con la cabeza ladeada como si durmiera, pero sus sus ojos abiertos parecían todavía reflejar las sorpresa de no creerse lo que estaba pasando. Una fea marca en el cuello había quemado la piel y penetrado hasta la carne. El asesinato de Crespo había sido extraño y meticuloso. Éste, en cambio, tenía un aspecto de salvajismo burdo.

- Probablemente alguien se ocultó en el asiento trasero y cuando el chico se sentó lo estranguló con algún tipo de soga. Parece un trabajo bastante profesional porque ese tipo de asesinatos suelen ser más complicados de lo que la gente cree. Nadie se deja matar fácilmente pero parece que a éste lo pillaron totalmente por sorpresa y lo inmovilizaron rápidamente. 

Fernando se aseguró de que los de la Forense hubieran tomado fotos. Pronto moverían el cadáver y tenía que darse prisa si quería analizar la escena.

Se colocó unos guantes de látex y se puso a buscar en el coche. Restos en el asiento trasero, en los bolsillos de Luis, en la guantera, por el suelo en los pies... Buscó con precisión, tomándose su tiempo.

Mientras hablaba con Pedro.

- ¿Quién ha sido el primero en llegar a la escena?

Por supuesto sabía que podían haber modificado la escena ya que el cuerpo estaba tan dentro de esta mierda, pero podía habersele pasado algo a alguien. Aún así, saber quién podría haberlo hecho tampoco estaba de más.

Fernando revisó concienzudamente el vehículo mientras escuchaba a uno de los de la científica contestar:

- Un guardia de seguridad. Lo tienen allí, en la furgoneta de atención psicológica, aunque no parece excesivamente afectado. Parece un tipo duro.

Los ojos profesionales del detective recorrieron cada milímetro del coche. Le llamó la atención una cosa: un trozo de papel bajo el asiento del conductor. Era un trozo de un papel de paquete postal en el que se veía parte del sello. ¿Había abierto un paquete el difunto? Si era así ¿dónde estaba el contenido? ¿o el resto del papel? Sin duda el asesino se lo había llevado. ¿Tenían un móvil de robo? Fernando no creía en las casualidades.

Pero al revisar el cadáver fue cuando encontró algo que sí le llamó la atención. En el bolsillo pequeño del pantalón, en medio de la calderilla diversa, había una tarjeta de memoria pero parecía demasiado grande para meter en un móvil. 

Fernando cogió una bolsita y guardó la tarjeta. Seguramente serían fotografías o algo asi. Le daba rabia no encontrar el resto del paquete, ya que el remitente podría ser de utilidad. Pero si habia llegado hasta Luis, habría pasado por una de las oficinas de correos.

Asi que llamó a un compañero, era más o menos de confianza, ya no podía fiarse de cualquiera. Y le pidió que descubriera, en una oficina de correos, quién habia enviado cartas o paquetes a Luis en los ultimos días. Estaba claro que fuera lo que fuese, lo habia abierto hoy o ayer. Asi que no sería dificil de rastrear.

Por otro lado, siguió mirando el coche. ¿Se habia movido? ¿O le habian matado antes de arrancar? Se fijó en la marca del cuello, buscando también algun símbolo raro como el de Crespo.

Parecian cosas diferentes, estaba claro. Pero por otro lado, no podia ser solo casualidad... ¿o si?

Fernando iba a llamar a la oficina pero se dio cuenta de la hora. Hasta mañana por la mañana no podrían acceder a las oficinas de Correos para cotejar el tema del paquete. Pero lo dejó apuntado para que fuera lo primero que se investigase por la mañana. 

Luego examinó el coche: lo habían matado sin darle tiempo a arrancar. La llave seguía colgada del contacto. Revisó el cuello: no había marcas raras. Seguramente Pedro le daría más información cuando hubiera realizado la autopsia pero a grandes rasgos aquello parecía un asesinato más normal. Fernando meditó sobre eso. Un asesinato 'normal'. Hasta ese punto de locura había llegado el asunto que una muerte violenta ya le parecía incluso aceptable dentro de su trabajo.

Aquello podía ser un simple robo o una muerte por otro asunto. Aquel Luis era un tipo raro, y Fernando no quería tener otro muerto encima. Asi que hasta que no se encontrara un vínculo entre ambos, en principio descartaría aquel trabajo.

- ¿Alguien tiene algún portatil por aqui? - Al menos tenia la tarjeta de memoria, si no podia mirarla ahora se la llevaría. Pero tenian que mirarlo cuanto antes.

Uno de las científica sacó su portátil e introdujo la tarjeta de memoria en él. 

- Hay un montón de documentos y hojas de cálculo.

Fernando echó un vistazo a la pantalla que le mostraba el chico. Efectivamente en varias carpetas había un montón de información en forma de ficheros. La mirada del policía recorrió los nombres de las carpetas. Se mencionaban bastantes empresas conocidas a nivel nacional pero no entendía que conexión podían tener con el caso. Algunas no les sonaban de nada. Abrió un par de carpetas al azar y encontró dentro hojas de Excel que parecían mostrar movimientos de dinero, cuentas, datos... ¿información fiscal? ¿para qué? También había documentos con textos. Abrió uno para encontrar una noticia que hablaba de tráfico de personas con una famosa empresa textil. Otros eran más extraños y se referían a la pertenencia de altos directivos a diversas asociaciones: masones, ilumminati... es ya era otra cosa. Pero ¿cuanto era real y cuanto cuento? 

Pero de pronto los ojos de Fernando se pararon en una carpeta. El nombre era 'Hijos del Amanecer'. Le dio doble click y encontró en ella únicamente una hoja de Excel. Abriéndola salieron un montón de nombres, direcciones y movimientos de cuentas. ¿Tenía ante él un seguimiento de la contabilidad de la supuesta secta? Pero ¿qué tenía que ver aquello con todo lo demás? ¿Y de dónde salían aquellos datos? ¿Por qué los tenía Luis? ¿Se los había enviado Crespo antes de que lo mataran? Si era así ¿Sospechaba que estaba en peligro? 

Cada carpeta que había en aquella tarjeta SD complicaba el caso de forma exponencial. Era muy tarde y ahora Fernando se notaba realmente cansado. Agotado. 

- ¿Puedes guardar estos datos e imprimirlos para ponerlos a primera hora en un cajón de mi mesa? Metelos en un sobre cerrado, y hazlo personalmente. Y andate con cuidado. Hay gente importante detrás de esto.

Estaba claro que aquello era por lo que habian matado a Luis. Aunque quizás solo porque hubiera preguntado a la persona incorrecta. Allí habia muchos nombres y alguno de ellos era el que habia encargado la muerte de Crespo y la de Luis. Quizás no la misma persona, pero en cualquier caso, estaba alli seguro.

El caso era enorme. Y no saber en quién poder confiar lo hacía más difícil todavía.

Pero Fernando estaba mayor. Y estaba cansado. Su vida corría peligro, ahora más, que tenia esta información.

Cogió el pen. Por mucho que se fiara de aquel chaval, prefería guardarlo él por si acaso alguna hoja desaparecia al dia siguiente o nunca llegaban las hojas impresas. Y se preparó para marcharse a casa.

- Si descubrís algo más que de una pista sobre esto, avisadme. Yo me voy a casa que ya es tarde.

Aun así, tendría cuidado. Si habian acabado con Luis, iban detrás del Pen. Y por mucho que se hubiera cuidado de que no le vieran con él, la proxima víctima era él mismo. Asi que dormiría, pero más tarde. Quería saber si le seguían o no.

- Voy a tener que dejarte algo más que un sobre. Todo esto impreso va a ocupar media habitación. ¿Estás seguro? ¿No será mejor que lo consultes digitalmente y saques sólo impreso lo que te haga falta?

Ante la mirada firme de Fernando asintió. 

- Ok. Vamos a talar medio amazonas. No sé cuanto tardaré en sacar todo esto pero te digo en serio que ocupará varias cajas y llamará un montón la atención.

Vio como Fernanado volvía a sacar la tarjeta SD.

- Y necesitaré copiar los ficheros en mi ordenador si te quieres llevar la tarjeta. Aquí no tenemos impresora y aunque la tuviéramos no valdría. Para sacar esto necesitaré la fotocopiadora de la oficina principal. Serán cientos de páginas.

- Sé que es mucho. Estos, aunque son importantes, no son tanto como este otro - dijo señalando al de los Hijos del Amanecer- esa es la que quiero en el sobre mañana. - No me fio de que digitalmente este seguro, ya que cualquiera puede alterarlo, asi que quiero una copia impresa y una digital. - dijo como si eso respondiera a las dudas sobre talar el amazonas. - Ademas, no me gustan los ordenadores.

No obstante, no me importa si esto llega progresivamente, lo que me importa es que el sobre esté mañana con la información de ese excel. - El resto podia tardar mas tiempo, no corría prisa. Pero aquellos nombres tenian algo detrás.

- Si alguien más va a tocar este ordenador, te sugiero que no lo guardes en el escritorio, si puedes esconderlo o encriptarizarlo* mejor. Parece que este chico murió por conseguir esta información, y no creo que sea cualquiera el que va detrás de ella. Si te estas metiendo en esto, es a sabiendas de lo que pasa, o puede pasar. Asi que andate con cuidado.

El muchacho sonrió cuando escuchó las palabras 'encriptalizar' y 'escritorio'.

- Joder Fernando, no me metas miedo, que parece que vaya a aparecer un asesino ruso a darme matarile por saber demasiado. ¿Y cómo cojones se te ocurre que fuera a dejar algo así en el escritorio sin cifrar? - remarcó la última palabra - Que esto no son fotos de la comunión. 

Sin embargo el viejo detective notó un deje de inseguridad en el tono bromista. La cara de Fernando no mostraba ningún atisbo de estar haciéndose el gracioso.

Tras copia la información le devolvió la tarjeta SD al detective y Fernando comprobó como el chico empaquetaba y etiquetaba su propio portátil como prueba, asegurándose de marcarlo para que la manipulación sólo le correspondiera a él.

- No deberías llevarte la tarjeta pero tú sabrás lo que haces.

Esto lo añadió con un tono inseguro, como el que le va a decir al jefe que incumple las normas de la empresa. Aunque Fernando era un dinosaurio, o quizás por eso, todos lo respetaban porque tenía más casos resueltos en su historial que cualquiera en activo en estos momentos.

- No te preocupes, mañana vuelve a su lugar, tendré que rellenar el informe igualmente, asi que entregaré ambas cosas juntas - dijo Fernando. Después de hacer varias copias, claro...

Fernando regresó a su piso pero en lugar de entrar en casa se encerró en el armario de los contadores. Si alguien le había seguido probablemente tendría que comprobar donde vivía. Espero un largo rato sin novedad alguna y cuando tuvo claro que nadie vendría a por él salió del armario y llamó a Mónica.

- Por fin das señales de vida. ¿Sabes que hora es?

El detective miró la hora. Pasaba media hora de la medianoche. Entre unas cosas y otras el asunto se estaba volviendo interminable.

- José está durmiendo.- a Fernando le costó un poco recordar que al 'Pirata' le llamaban José Martinez en su vida anterior - Le he puesto un sedante y ahora está tranquilo. Pero no puedo tener a una persona sedada en mi consulta sin dar explicaciones a nadie. Y está claro que este hombre no puede hacerse responsable de sus actos. Debería estar internado en alguna institución para que velasen por él. Mira Fernando: eres un buen hombre y estoy segura de que tienes tus motivos para hacer esto pero no me voy a jugar la licencia y mi carrera por ti. No llegan tan lejos las cosas. Así que ven a recogerlo y olvidemos que todo esto ha pasado. ¿Vale?

- Esta bien - dijo Fernando. Sabía que le habia pedido demasiado a la chica, y no quería forzar más la situación - Iré a por él y te lo quitaré de encima, gracias por echarme una mano.

No podía pedirle quedarse en su casa, asi que tendría que ir a un motel o algo similar. En cuanto al pirata, le haría un par de preguntas más si estaba dispuesto y después le dejaría marchar.

Media hora más tarde Fernando estaba en la consulta de Mónica. El Pirata estaba tumbado en una camilla y dormía plácidamente. Según la médico estaría así hasta la mañana. Por su parte ella se había ido dejando con su paciente a Fernando. Hiciera lo que hiciera debían abandonar la consulta antes de las 8:00 AM. Podía dormir allí si quería, en el sofá, o largarse con su paquete a donde quisiera. Bastaba con cerrar la puerta del consultorio cuando se fueran.

Fernando decidió descansar en la oficina. Era un hombre mayor y la verdad es que desde hacia años venia durmiendo muy poco, si conseguía dormir cinco o seis horas por la noche ya era mucho. Asi que se levantaría temprano, a las 6 y media o 7 y despertaría al pirata para marcharse de alli. Asi podría hacer algunas preguntas y además avisar a Isabel y preguntarle qué tal la noche con el loco de la colina.

Fernando se despertó a las 7:00 AM. Decidió que antes de despertar al Pirata llamaría a Isabel, así que marcó su número.