Si aún latiesen vuestros corazones, sentiríais con placer la suave brisa de la noche.
La luna iluminaba con un resplandor más intenso que de costumbre, aquello decoraba la noche de caza de tal forma que permanecería en el recuerdo.
Os sentíais como en familia, protegidos. Rodeados de vuestro hermano/a sin clan, pero con un vínculo común.
Los campesinos huían de vuestra persecución, estabais en las afueras de Duneth mientras El Mentor os observaba con satisfacción. Él os había dado una segunda oportunidad para vivir esta “no-muerte”, los meses pasaban como días ante su tutela, os trataba como un padre, como un maestro, como alguien en quien confiar en esta edad oscura. Aunque no hablaba mucho de su pasado, sabíais que era un miembro del Clan Tremere, para muchos un clan de mentirosos y usurpadores al igual que para otros son una fuente de problemas.
Apresurabais el paso mientras la mujer de piel sonrosada gritaba presa del pánico. Su marido, bastante más corpulento, la agarraba de la mano para seguir avanzando en mitad de la noche. La hija de éstos, hermosa como las estrellas, lloraba desconsolada mientras intentaba seguir el ritmo de sus progenitores: ellos eran vuestra caza, vuestro alimento. Si todo salía bien el ganado no recordaría nada de lo que hubiese sucedido al día siguiente, pero si algo salía mal…
Vuestro mentor os había dejado varias noches sin sangre, quería ver como reaccionabais sin vuestro sustento, controlando a la Bestia interior. Era realmente un desafío…
¡Hola vampirines!
Esta escena es de introducción, para que empecéis a asentaros con vuestros personajes. Debéis narrar como es esa caza, sabiendo que la familia no será herida en el proceso (si todo sale bien).
Para alimentarse, hay que hacer una tirada de Físico. Hay tres objetivos: la esposa, el marido y la hija. Sois libres de elegir a por quién debéis ir (incluso podéis repetir).
Recordad que las tiradas de los d6 debe ser desglosada (para que se vean las caras del dado) y os pongo un esquema recordatorio:
Rodrigo, un antiguo miembro del clan Ventrue, hacía tiempo ya que tuvo claro la hipocresía oculta en la supuesta nobleza de ese clan. Un clan que se consideraba de caballeros, pero que distaba mucho de ser algo parecido. Aunque no eran menos hipócritas que los nobles de los que el clan se alimentaba...
Esa noche el olor de la sangre palpitante llegó hasta él por la fría brisa de la noche en plena persecución. El hambre apretó como una garra su garganta, dejándola al rojo vivo y detuvo sus zancadas sólo para observar a las presas.
La niña pequeña, la mujer y el corpulento hombre que trataban de huír a través de los bosques. No quería matarlos y así habría sido si no hubiera parado un segundo su persecución.
Observó, con ojos inyectados en sangre, la carrera de la familia de campesinos haciendo oídos sordos a los gritos de la mujer. Un segundo, sólo un segundo y decidió a su presa. El corpulento hombre era quien arrastraba a su esposa, y sabía que de atraparla a ella no detendría su paso.
Sólo había que ver a la niña desesperada corriendo tras ellos.
Dejaría a la niña o a la esposa para Beatrice, él quería al padre que ni siquiera se tomaba la molestia de cargar con su pequeña hija.
Con su objetivo claro y centrado, Rodrigo retomó la persecución aún con mayor velocidad que antes, como si ese segundo de calma le hubiera dado nuevas fuerzas. Más determinación debido a la nueva claridad de su mente, que había retirado a la Bestia a un segundo plano.
Motivo: Físico
Tirada: 4d6
Resultado: 3, 6, 2, 4 (Suma: 15)
Un éxito así que creo que, por los pelos, no me sale mal. De forma general equivaldría a un punto de sangre si no me equivoco.
El hambre se hacía acuciante pues eran ya varias noches las que no habían podido probar la sangre. Pero eso iba a cambiar pues, por fin, la cacería daría comienzo y de nuevo Beatrice sentiría el placer de sus colmillos atravesando las venas bombeantes del caliente, espeso y delicioso rojo manjar.
La emoción la embargó al ver a la pareja de campesinos y su hija correr temiendo por su vida. Olió el miedo que sentían y escuchó sus acelarados corazones impancientándose por hincarle los colmillos a cualquiera de ellos. La euforia la embargaba cuando, siguiendo a su compañero, se lanzó a toda velocidad sobre ellos.
Al ver a Rodrigo ir directo hacia el hombre, Beatrice no dudó en hacer lo propio con la mujer pues la niña, aterrada como estaba, inspiró cierta compasión en la vampira demostrando de esa forma que su ansia de comer no le perturbaba aún la razón.
Esperó a que el campesino fuera apartado por Rodrigo del lado de su mujer para atacarla, buscando directamente su cuello donde clavó los colmillos con fruición, sintiendo la sangre caliente bombear con cada palpitación del corazón de la mujer.
Motivo: Comer, comer,...
Tirada: 3d6
Resultado: 4, 6, 6 (Suma: 16)
El mentor para evitar problemas mayores, se abalanzó contra la niña para alimentarse de ella, evitando así que hubiese algún espectador consciente de lo que había ocurrido. A la mañana siguiente la familia no recordaría nada, en el peor de los casos imaginarían que han tenido una terrible pesadilla.
Una vez que finalizó la cacería, con sus momentos más intensos y también los más placenteros, llegó la hora de regresar al refugio a descansar.
Vuestro santuario era un lugar seguro, una pequeña cripta en las afueras del pueblo. El mentor se había encargado de que fuese un lugar ideal a vuestros ojos inmortales.
Mientras que la relación entre vuestro mentor y ustedes era ideal (a fin de cuentas sentíais que le debíais la vida), la relación entre los hermanos sin clan era más única. Cada uno erais de una forma particular, cada uno había sobrevivido o superado una experiencia que os había dejado huella.
Antes de que regresaseis a vuestros respectivos sarcófagos, el mentor os pidió que le dedicaseis unos minutos a escucharle pues tenía algo importante que pediros.
- Chiquillos míos – inició, como si fueseis de su propio linaje.
- Os he dado y enseñado todo lo que tenía y ustedes habéis actuado en consecuencia. Sé que aún tenéis mucho por lo que aprender de la noche, de vuestros límites y de vuestras posibilidades, pero en estos momentos nos encontramos bajo una amenaza más grave de la que puedo permitirme ignorar. – Su semblante era más serio, hacía tiempo que no le veíais así.
- Hace más de tres décadas, cuando decidí embarcarme en la gesta de acoger a aquellos que han sido repudiados, tuve un chiquillo propio al que enseñé lo que consideré que era oportuno que supiese. En un acto de buena voluntad, compartí mi intención de enfocar y dedicar mi maldición de Caín con los más desfavorecidos. Él, sin dudarlo, se sintió ofendido ya que consideró que estaba abandonándole ¡cuán lejos era esa mi intención! Pero decidió abandonarme a pesar de los riesgos que eso conllevaba… y ahora él conoce mi secreto, nuestro pecado. Nadie en esta sociedad vería bien esta “familia”, y he llegado a saber que mi chiquillo ha adquirido poder y conocimientos a través de los años… y eso me preocupa - hizo una pausa reflexiva.
- No entiendo los motivos pero no quiere dejarse ver fácilmente, he intentado dar con él para que vuelva con nosotros, pero mis esfuerzos han sido en vano. Igual es el momento para que mi estirpe tome el relevo de tan ardua misión. Pensad en él como en un aliado, nunca como en un enemigo… estoy seguro que completar esta tarea servirá para afianzar lo que ya sé: que sois el futuro de la estirpe – dicho aquello comenzó a daros más detalles sobre su antiguo chiquillo, su posible apariencia, su nombre, sus rasgos… todo con la idea de que tuvierais más datos al respecto.
- Aunque no descarto que la locura de ser un chiquillo abandonado le haya consumido. Nadie tiene culpa de ello - quería preveniros de posibles encuentros desagradables si vuestra misión era el dar con él.
- Tened en cuenta dos detalles, uno de ellos es que nadie debe saber que sois parte de mi linaje, tenéis que buscar el modo de encontrarle y concertar una reunión para ofrecerle cara a cara la petición de que vuelva. Buscad en las tabernas, buscad en las afueras… desenvolveos como mejor gustéis – Sabíais que vuestra actuación sería en contra del propio príncipe de Duneth, con lo cual presentarse sería incluso otro punto de partida salvo que se quiera actuar más en el anonimato.
- De cara a otros cainitas sois una cuadrilla en busca de comercio, esa será vuestra mascarada y justificará que miembros de diversos clanes estén juntos… el resto queda en vuestras manos – dicho aquello os dejó descansar. En el siguiente anochecer tendríais que fijar un rumbo para encontrar al chiquillo de vuestro mentor.
Debéis narrar vuestras impresiones y como termináis yendo a descansar. En base a los consejos de vuestro Mentor, las opciones para empezar la investigación serían:
Castillo del Príncipe, para presentaros
Taberna "La Aguja de Oro", dentro de Duneth
Los Bosques (Afueras de Duneth)
En cuanto al chiquillo del mentor: rasgos que conocéis
- Forma parte del Clan Tremere (es progenie de El Mentor)
- Se trata de una mujer.
- Se la conoce como Beatrix.
- Siente pasión por los tomos de magia humana.
- Hace 30 años llevaba el pelo largo y castaño.