Partida Rol por web

Venomverse: The awakening

Epílogo

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06/12/2019, 19:30
Narrador

EPÍLOGO I: LA BÓVEDA

Tal y como habían planificado de acuerdo con el venomizado Victor Von Doom, un pequeño grupo de Thunderbolts renegados se introdujo en La Bóveda, aparentando haber cumplido la misión de rescate del Barón Zemo y sus compañeros de escuadrón. Zemo y Abominación eran los únicos supervivientes, mientras el supuesto grupo de rescate estaba intrigado por los traidores Chen Lu, Eddie Brock y Maxwell Dillon.

AbominaciónHelmut ZemoChen LuEddie BrockMaxwell Dillon

Tanto Zemo con Chen Lu eran Thunderbolts lo bastante veteranos como para que los agentes de SHIELD que quedaban en La Bóveda temieran una traición por su parte. Pero así era. Los cinco habían llegado a un acuerdo con el llamado "KlyntDoom", el líder supremo de los Klyntar, que ahora habitaba el cuerpo del gobernador de Latveria. Doom había prometido a los villanos leales a él que no serían asimilados, si a cambio continuaban ejerciendo como su brazo armado.

Gracias a esa traición, Doom consiguió lo que no había podido hasta ahora: colar un Caballo de Troya en La Bóveda para destruir lo poco que quedaba de SHIELD. Fue Electro quien se encargó de sobrecalentar los servidores, impidiendo que todas las compuertas y celdas de la prisión pudieran abrirse o cerrarse electrónicamente. Y dado que ya sólo quedaban dos héroes en el interior de La Bóveda, a Abominación le resultó muy sencillo acabar con las fuerzas de SHIELD. Al fin y al cabo, allí ya no había un Hulk para pararle.

Con las compuertas de La Bóveda abiertas, el ejército Klyntar de Doom lo tuvo bastante fácil para introducirse en la prisión de alta seguridad y acabar con toda oposición. El ataque fue liderado por tres de los principales generales de Doom: Steve Rogers, T'Challa y Wilson Fisk, enviando sus ejércitos desde Latveria, Wakanda y Nueva York. Eran un ejército inmenso, formado por millones de simbiontes sombra, por lo que no había mucho que se pudiera hacer contra ellos.

Venom Capitán AméricaVenom T'ChallaVenom Kingpin

Sin poder hacer mucho por defender aquel último bastión de SHIELD, el coronel James Rhodes, War Machine, combatió hasta los últimos momentos contra las fuerzas Klyntar, pero no hubo mucho que pudiera hacer. Superados en una abrumadora proporción, Rhodes tuvo que subir a la última de las naves de SHIELD que quedaba en pie y huir de La Bóveda, sabiendo que no podría hacer nada para mantener en pie la base.

Peor suerte tuvo Norman Osborn. El que fuera creador de los Thunderbolts supo de la traición de sus subordinados desde que vio al Barón Zemo a través de las cámaras de seguridad, ensartando a varios guardias de prisión. Sintiéndose derrotado, Osborn decidió aguardar a Zemo y a los Klyntar en su despacho, bebiendo una copa de whisky, intentando mostrarse tranquilo y aceptando su final con la cabeza bien alta. Con suerte, los simbiontes le asimilarían y podría volver a reunirse con su hijo Harry, aunque fuera de una forma totalmente distinta a la que esperaba. No fue el caso. Los Klyntar no darían esa satisfacción a Osborn, a quien decidieron enviar a los campos de trabajo de Latveria.

Truman MarshEl alcaide Truman Marsh, el hombre que había dirigido La Bóveda bajo las órdenes de la organización SHIELD, aguardó también su final en el interior de su despacho. Disponía de una pistola con una única bala, aunque era demasiado cobarde como para dar ese paso por sí mismo. Entonces, alguien echó abajo la puerta de su despacho, buscándolo insistentemente.

-Brock... Yo... ¡yo no quería! ¡Pero... pero necesitábamos experimentar con tu cuerpo! ¡Eras lo más parecido que teníamos a los invasores! -balbuceó el alguacil, muy asustado al ver la mirada de odio con la que Eddie Brock, Venom, le observaba desde la entrada del despacho.

Durante dos semanas enteras, Brock había sido sometido a todo tipo de torturas por los científicos de SHIELD para probar las posibles debilidades de los simbiontes. Por supuesto, Venom consideraba a Marsh uno de los principales responsables de su sufrimiento. Se abalanzó sobre él y, sin pensárselo dos veces, devoró su cabeza de un solo bocado.

En cuanto a los reclusos, un venomizado Capitán América les informó de los sencillos términos del Doctor Doom: se unían a él por voluntad propia, pudiendo vivir como humanos mientras trabajaban a sus órdenes; o servían como huéspedes para los futuros soldados Klyntar. Si bien algunos presos se negaron o dieron muestras de orgullo que les salieron muy caras, la mayoría terminó hincando la rodilla ante los simbiontes.

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06/12/2019, 19:31
Narrador

EPÍLOGO II: LA MANSIÓN X

Mientras SHIELD resultaba derrotado en La Bóveda, una nueva esperanza surgía en la Mansión X. Charles Xavier había logrado convocar a un pequeño grupo de héroes para que sentaran los cimientos de una nueva Resistencia para poder acabar con la amenaza Klyntar y con los Poisons, que llegarían a la Tierra en cuestión de cinco años.

Se trataba, sin lugar a dudas, de un grupo numeroso, integrado no sólo por mutantes, sino también algunos civiles, agentes de SHIELD, superhéroes que lo habían perdido todo, villanos que habían pertenecido brevemente a los Thunderbolts y jóvenes justicieros que literalmente habían comenzado a defender las calles de sus ciudades desde poco antes de que aparecieran los Klyntar.

Alida CarraraAnriAoko TozakiBen GrimmArthur ParsonsCalibanCarl LucasCharles XavierCletus KasadyDaisy JohnsonEric BrooksErik Magnus LehnsherrFelicia HardyFixGhost RiderHulkJemma SimmonsJuno MorganJessica JonesJohnny StormLaura KinneyMantisMaxine LeungMatt MurdockPeter ParkerStephen StrangeWade WilsonYelena Belova

Entre ellos se encontraba Alida Carrara, la joven heroína que había sobrevivido sola durante las primeras semanas del apocalipsis, uniéndose primero con la ex-heroína y detective privada Jessica Jones. Ahora Alida podía codearse con otros héroes o antihéroes callejeros a los que había admirado desde siempre, como Spiderman, BlacCat y Daredevil. Tal vez joven y con poca experiencia, sí, pero gracias a ella, el mundo entero se había librado de la plaga que podría haber sido la Progenie de Klyntar rojos de Carnage, que el doctor Parsons había tratado de crear en la Antártida. Además, la chica era una experta a la hora de crear gadgets con los que podía dotar a los otros héroes de las herramientas que podían usar en combate, como ganchos, comunicadores o armas arrojadizas.

Destacable era también el papel que había jugado Aoko Tozaki en la formación de aquella Resistencia. Gracias a sus capacidades como telépata, había podido liberar a muchos héroes y villanos del control de los Klyntar, aun a costa de que fueran completamente leales a ella, considerándola una señora y diosa a la que seguir con devoción: Anri, la Cosa, Magneto, Spiderman y Yelena, además de la agente de SHIELD Maxine Leung, fueron los primeros de muchos que pasaron a engrosar en sus filas, en su "familia". Cada vez que la Resistencia se topaba con grupos de simbiontes, siempre que Aoko formaba parte de las partidas en busca de recursos, utilizaba sus habilidades de telépata para penetrar en las mentes de los humanos asimilados y liberarlos del yugo de los Klyntar. Así, poco a poco, la Resistencia iba incrementando en número. Además, la joven villana japonesa fue instruida por el profesor Charles Xavier, quien le enseñó a utilizar a Cerebro para poder a encontrar a otros mutantes y humanos.

Por otra parte, Juno Morgan, el villano afroamericano conocido como "Rampante", estaba destrozado por la trágica muerte de su compañera Mimi. El que fuera pandillero del Bronx no tardó mucho en convertirse en uno de los activos más letales de la Resistencia. Sus poderes eléctricos lo hacían un activo muy útil en cada misión contra los Klyntar, ya que podía llegar a electrocutar a los simbiontes con asombrosa facilidad antes de que pudieran siquiera acercársele. Además, con ayuda de Alida y Peter Parker, no le costó mucho reparar a "Gold", el traje de Ironman que había obtenido de SHIELD. A menudo, Rampante formaba equipo con Blade, Ghost Rider, la Antorcha Humana, Black Cat y X-23, convirtiéndose los seis en una equipación absolutamente imparable. Todos habían perdido a alguien o querían devolverle a los Klyntar todo el daño que les habían causado, por lo que en cada misión en la que participaban, se mostraban implacables con los simbiontes.

Pendiente de cada una de sus acciones pero sin que nadie pudiera saber de su existencia, se encontraba Mike Gonzales, el villano que había actuado en la sombra sin que nadie pudiera saber nunca dónde se hallaba. Su cuerpo se encontraba criogenizado en un búnker en Panamá, a salvo, mientras que su mente había viajado de cuerpo en cuerpo sin que nadie se percatara de ello, como si se tratase de un virus. En la Bóveda, muchos le habían conocido como Juno Morgan, pero no como el Juno gangsta que muchos conocían, sino un Juno frío y calculador que había colaborado mano a mano con el caníbal ucraniano Vanko Tkachenko para librarse de varios reclusos problemáticos, aliándose con Osborn para sobrevivir a Armadillo y, más tarde, haber impedido que cierto Quinjet repleto de presas pudiera despegar. Pero Juno sólo había sido el primero de varios "trajes" que Mike había ocupado: Norman Osborn, Hulk, la Antorcha Humana... Y desde poco antes de que llegaran a la Mansión X, Mike había decidido ocupar de nuevo el cuerpo del Vengador más poderoso.

Hulk era Banner del mismo modo que Banner era Hulk, pero en medio de esa unión ahora también se encontraba Mike Gonzales. Y como un virus, era él y no Banner ni Hulk quien asomaba a cada momento. Mike Gonzales era ahora quien controlaba tanto el cuerpo del gigante esmeralda como el del brillante científico. Solo una única persona en la Mansión X lo sabía: Charles Xavier, quien, enfermo como se hallaba, únicamente quería dotar a Aoko y a Mike de los recursos necesarios para que ambos pudieran utilizar a Cerebro y liderar la Resistencia cuando él ya no tuviera las facultades mentales para hacerlo.

La Mansión X funcionaba como una base para aquella nueva Resistencia, pero también como una cárcel para uno de sus habitantes: Arthur Parsons, el científico de Hydra al que todos habían querido ver como la posible solución contra los Klyntar, pero que había resultado ser un fraude.

Parsons nunca había querido fabricar una toxina con la que salvar a lo que quedaba la humanidad, sino que sus intenciones en todo momento habían sido hacer lo posible para que aquella humanidad, en la que Hydra ya no tenía relevancia alguna, fuera erradicada. Alida había visto con sus propios ojos hasta donde podía llegar ese genio loco, que no había dudado ni un instante en traicionar a Carnage para que sirviera como un simple recurso para sus planes. Ahora, confinado en una celda en el interior de la Mansión X, aquella brillante mente pasaría lo que que quedaba de vida en manos de la Resistencia.

Pese a que había demostrado no ser más que otro peón en aquella situación, Parsons seguía siendo un hombre brillante, un experto virólogo cuyos talentos tal vez algún día pudieran ser de cierta ayuda para la Resistencia.

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06/12/2019, 19:31
Narrador

EPÍLOGO III: CLUB HELLFIRE

Del mismo modo que la Resistencia había nacido de nuevo en la Mansión X, otros focos de oposición a los Klyntar habían surgido a lo largo de los Estados Unidos. Uno de ellos, liderado por la villana y posterior heroína Emma Frost, actual lideresa del Club Hellfire. Una mujer fría como el hielo y una telépata casi tan poderosa como el mismísimo Charles Xavier.

Puestos al corriente por un optimista Ángel de la existencia del Club Hellfire, Vanko Tkachenko y Eugénie Dhurev se dirigieron al local donde Frost y los suyos aparentemente se hallaban. No obstante, el local era prácticamente una tapadera, siendo la base del Club Hellfire subterránea. Allí, gracias a Ángel, ambos villanos fueron acogidos entre las filas de Emma Frost.

Los métodos de la Reina Blanca para combatir a los simbiontes eran, sin lugar a dudas, mucho más extremos que los de Xavier, aunque eso no significaba que no fueran efectivos. En poco tiempo, tanto Vanko como Eugénie habían conseguido labrarse cierta fama en el Club Hellfire, ya que era un dúo de lo más mortífero a la hora de hacer frente a los Klyntar y a sus lacayos. Ambos formaban un gran equipo y, habiendo salvado Dhurev al ucraniano con anterioridad, este se sentía en deuda con la joven villana.

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06/12/2019, 19:32
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EPÍLOGO IV: LA ANTÁRTIDA

Un pequeño grupo de simbiontes abandonaban en esos instantes el Búnker 211, la antigua base nazi de la organización Hydra. Lo hacían satisfechos, sabiendo que, pese a que varios de los integrantes del grupo enviado por SHIELD habían escapado, ellos habían destruido todo el equipo científico que había permanecido intacto desde hacía años, además de haber destrozado ya la avioneta que pretendía utilizar Parsons para propagar la progenie de Carnage.

Venom DraxVenom GrootVenom RocketVenom IronmanVenom JuggernautVenom Tormenta

Eran un grupo atípico. Ironman, Tormenta, Juggernaut, Drax, Groot, Rocket... Pero junto a ellos se encontraba también un séptimo integrante: Peter Quill, Starlord, la última heroica víctima de los Klyntar. El capitán de la Milano había conseguido dar muerte a una venomizada Gamora, solo para ser convertido por los simbiontes acto seguido, en medio de un combate encarnizado. Peter Quill había tratado de recuperar a los Guardianes de la Galaxia, a quienes consideraba su familia, pero irónicamente no solo había fracasado en su empeño, sino que había terminado reuniéndose con ellos como Klyntar.

Un final triste para un héroe que había luchado contra los Klyntar desde antes de que estos invadieran la Tierra.

Lo que ninguno de aquellos Klyntar percibió mientras abandonaban el búnker y se encaminaban hacia la Milano es que un octavo simbionte dejaba el búnker, arrastrándose por la fría nieve en su forma líquida, buscando un huésped que ocupar. Y no tardaría en encontrarlo.

Bastaba con observar el característico tono rojizo del Klyntar para saber de quién provenía. Se trataba sin duda del único superviviente de los vástagos de Carnage.

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06/12/2019, 19:32
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EPÍLOGO V: LATVERIA

Si había algo que no toleraba el venomizado Doom, eso era el fracaso. Odiaba saber que, pese a haber aplastado a SHIELD, los Thunderbolts leales a la organización que se habían infiltrado en su castillo le habían arrebatado con asombrosa facilidad a varios de sus lugartenientes, como Spiderman, Ghost Rider, La Cosa o Magneto, entre otros. Aunque a sus ojos, había una acción mucho peor que el fracaso: la traición. Por ello, sabiendo que Vanko Tkachenko y Eugénie Dhurev le habían traicionado y se habían enfrentado con los Thunderbolts de Zemo, Doom había movido cielo y tierra para encontrarlos. A ellos y a los dos Thunderbolts que les habían perseguido.

Venom GwenSentado en el trono de su gran salón, Doom observó cómo una de sus sirvientas irrumpía en la estancia y se aproximaba a él, realizando una ligera reverencia.

-Líder Supremo, la Bruja Escarlata está de vuelta -anunció, en tono educado, la asimilada muchacha de cabello rubio y con una diadema negra-. Ha regresado de la misión que le encargó...

En efecto, Doom había enviado a su mano derecha para encontrar a los dos villanos y saber de su paradero. Le indicó a la sirvienta que hiciera pasar a la Bruja Escarlata, la cual no tardó en irrumpir en la estancia con paso decidido.

Venom Wanda-Líder Supremo, no hemos podido encontrar a Tkachenko ni a Dhurev -informó la venomizada heroína, manteniéndole la mirada al caudillo Klyntar-. Escabarajo y Penitencia, en cambio... Están muertos. Los encontramos a ambos en las ruinas del sancta sanctorum de Strange. Sepultados. Tkachenko y Dhurev no pueden haber ido muy lejos.

Doom estaba furioso, aunque sabía que Wanda Maximoff tenía razón. Aquellos villanos no podían haber huido muy lejos. Al fin y al cabo, ninguno de los dos podía desplazarse con portales mágicos, como hacían el Doctor Strange o su alumno, Julius Alexander, quien había perecido haciendo frente a Abominación y Zemo en esa misma estancia.

Venom Doom-Tendré que informar a Fisk para que peine toda Nueva York hasta encontrarlos -declaró Doom, pensativo. No obstante, el líder supremo Klyntar tenía asuntos más importantes que tratar que centrarse en dos huidizos villanos-. Aunque entretanto... Tú y yo seguiremos con lo planeado, Maximoff. Debemos seguir trayendo a más Klyntars a nuestro mundo mientras tengamos esa posibilidad. Ya sabes que los Poisons nos atacarán con todo. Debemos preparados para entonces.

Ambos se retiraron entonces a las estancias privadas de KlyntDoom, dirigiéndose a un amplio patio con forma circular que, en el pasado, Victor Von Doom había utilizado como lugar para realizar invocaciones.

-¿Qué será esta vez? -inquirió Wanda, intrigada-. ¿Otro T-Rex como el que liberamos en Nueva York?

-Había pensado en algo más pequeño, más... sutil -le indicó Doom.

Ambos postraron entonces de rodillas en el suelo mientras se concentraban en conjurar un portal dimensional. Había sido una suerte para aquel veterano general Klyntar asimilar a un hechicero tan inteligente y capaz como Doom, con semejante conocimiento como para abrir aquellos portales. Portales a otros mundos en los que también hubiera Klyntar a los que iba a recurrir para hacer frente a sus enemigos mortales.

Los Poison llegarían en cinco años, y Doom estaba decidido a hacer lo que estuviera en su mano para ganar la guerra que estaba por llegar.

En apenas unos segundos, Doom y Wanda terminaban de abrir el portal dimensional, dando paso a una grotesca criatura de cabeza alargada y una enorme boca plagada de dos hileras de afilados dientes, además de una larga lengua que rivalizaba con la del propio Doom.

Doom dirigió una pérfida sonrisa a su lugarteniente mientras observaba maravillado a criatura venomizada que había logrado convocar. Un nuevo soldado para sus inmensos ejércitos.