No está muy claro cuál es la era en la que nos encontramos, algunos creen que alrededor del 5000 después del cataclismo, pero eso depende de la religión a la que seas afín. No hay reinos capaces de sostenerse demasiado tiempo, los asentamientos y las ciudades se dispersan por el mapa como trozos de carne en un estofado demasiado aguado.
Bestias de todo tipo acechan los caminos y aunque el mundo es un lugar salvaje y lleno de peligros, también ofrece jugosas oportunidades para aquellos lo suficientemente locos como para aventurarse más allá.
Al nor-oeste del gran continente una gran isla sirve de refugio para delincuentes, piratas y buscavidas. Un buen sitio para buscar oportunidades o huir de los problemas. Se ha erigido aquí una ciudad sin rey. Se da cierto aire de civilización, pero cualquiera que transite sus calles sabe que debe llevar una mano cerca de su arma y prestar atención a los demás transeuntes. Se respetan ciertas leyes impuestas por la mafía que domina la ciudad, para asegurar algo de calma que favorezca el comercio y los negocios.
La taberna, el Dardo Mellado, en la ciudad de Berno, un tugurio donde la cerveza sabe a meado de burra y la carne está demasiado salada como para notar su sabor, es dónde empieza vuestra aventura.
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