"Pero que planeta lleno de chusmas" pensó el capitán al oír al supervisor de la base.
- Muchas gracias - respondió secamente.
Y sin mucho para hacer Thamios se dedicó a esperar esas seis horas...
- Pues yo quiero subir a dejar esto. No voy a estar todo ese rato esperando a que tengamos la nave lista. Sonó tan firme su protesta que pensabas que empezaría a andar para allá ya mismo. Incluso, al ver que no reaccionabas y te quedabas mirando, empezó a caminar, sin mirara atrás, hacia la nave.
- Parece cabreada.
¿Y qué vas a hacer mientras?
-Espera, deja que lo llevo yo – dijo, aunque la mujer ya se había alejado y probablemente no lo había escuchado.
De modo que buscó un lugar donde aguardar. Un sitio donde pudiera supervisar las reparaciones externas de su nave.
Alargó el brazo derecho, y mostraba el bolso. Te había oído perfectamente, y esperaba que hicieras las veces de porteador y de explorador. - Iré a hablar con la Brigada Andrea, a ver que me cuenta de esto.
¡Maldición! Pensó el capitán.
- muy bien, dame ese bolso y vayamos a ver a esos tipos...- dijo y fue con ella
Cuando te aproximas, el personal te solicita. - Lo sentimos Almirante, pero, mientras se cursen las reparaciones pertinentes, no se admite personal alguno ajeno al grupo de mantenimiento.
- No se preocupe usted, que solo observaré sin ocasionar ningún inconveniente. Además hay cuestiones de especificaciones de la nave que posiblemente no les hayan informado. ¿Sabía usted eso? - pregunta Thamios al personal con la intención de lograr permanecer allí.
El tipo queda sorprendido. - Pues no sabría decirle. Se le ha actualizado y modernizado totalmente en la última Gran Carena, pero, que yo sepa no se le ha instalado nada fuera de plano ni de modelo. Aún así, quedó extrañado por tu pregunta, pero se ofreció, alargando la mano: - ¿Dónde quiere que le deje eso?
-¿Esto? - confirma la pregunta y mira el bolso.
-ehh pues puede dejarlo en el gabinete más cercano a la rampa de acceso - señala hacia la nave, donde los trabajadores suben y bajan.
-¿Gabinete? Preguntó un tanto extrañado. No sabías si es que no entendía la palabra, si es que le daba otro significado cual era su duda, pero estaba claro que necesitaba una aclaración. Incluso pensaste en aclarárselo, ya que igual la depositaba en un lugar que no era buena idea dejarla ... o que le pudiera a tu mujer molestar.
Y todo por una maldita valija…pensó el capitán mientras reparaban su navío espacial.
-Bueno. Deje ese chisme por ahí – dijo, señalando con el dedo.
-Luego haré que lo lleven a su destino final – reprocha por lo bajo y se retira de allí, con la intención de llegar al CIC.
Y tal vez preparar algo de café para paliar el truncado día.
¿CIC?
No te están dejando entrar en la nave.
Solo es un deseo, obviamente... XD
El hombre tomó la bolsa y se la pasó a uno de los operarios que estaba con un comunicador personal en la escotilla de acceso, dando órdenes a los operarios de la maquinaria que movían la nave.
Este la dejó dentro, y pudiste ver que tu mujer se encaminaba a las oficinas de los hangares.