Partida Rol por web

Koloszvár, 25 de diciembre de 1475.

La noche de Navidad os sorprende en una aldea desconocida llamada Koloszvár. Ni rastro de Mátyás Kuna hasta ahora. Vuestra única pista era la de Adorján, el hasta ahora escudero del Caballero Cruzado, y os llevaba hasta allí. Mátyás había estado obsesionado con ese anillo durante generaciones. Una bandera ondeaba a las afueras.

Justo en ese momento, un cuervo levanta el vuelo a vuestra izquierda y se dirige hacia ese poblado...

Koloszvár es la capital de la región que los lugareños llaman “Transilvania”. Es un pueblo milenario, fundado por los romanos. Muchos gremios se establecieron en la segunda mitad del siglo XIII, y un estrato patricio basado en el comercio y la producción artesanal sustituyó a la antigua élite terrateniente al mando de la ciudad. El pueblo está tranquilo. Hace bastante frío, lo cual es normal en diciembre, aunque supongo que para un no-muerto la temperatura le importa bien poco. Está muy tranquilo, aunque hay una preocupación evidente entre los lugareños: el avance de los turcos.

La bandera es el Slepowron, el escudo de armas del rey del lugar, que es Matías Corvino. Se cuenta la leyenda de que en una batalla un cuervo le quitó su anillo, pero que el rey Matías le persiguió para matarle. Sin embargo, hace años que no se le ve con el anillo. Hacía ostentación de él cuando tuvo que luchar contra la nobleza que se le oponía, pero justo después de que acabara con Federico III en 1463, el último noble, el anillo dejó de ser visto. En cualquier caso Matías Corvino es considerado un rey bueno con sus súbditos, y querido. Y según vuestras fuentes en estos momentos está en la iglesia de San Miguel atendiendo a un oficio religioso.

- La situación no es fácil.

La brujah miró a los presentes desde debajo de su capucha monacal.

- La relación entre Vlad Tepes y Matías Corvino ha sido siempre muy “fluctuante”. Antaño aliados y con una relación como uña y carne, luego Matías mantuvo al despiadado Vlad en una especie de “arresto domiciliario” durante doce años. La excusa oficial fue que se habían interceptado dos cartas en las que se demostraba que Vlad era un traidor que ayudaba a los otomanos, pero corría el rumor de que un agente de Vlad le había robado a Matías un preciado objeto, y que Vlad se había negado a decir el paradero de dicho objeto. Las circunstancias que permitieron a Vlad Tepes librarse de la prisión no están muy claras, pero volvió a ser visto en compañía de su “agente”. En una ocasión Vlad dijo: “El halcón ha vuelto a vencer al cuervo”.

Carraspeó. Su mirada mostraba determinación, al fin y al cabo se trataba de su sire.

- Tras su liberación Vlad participó en la batalla de Vaslui, en Moldavia, el 10 de enero del año pasado (1475). Formaba parte del contingente enviado por Matías al príncipe transilvano Esteban Báthory contra los turcos. En esta batalla 40000 tropas moldavas acabaron con 120000 turcos, en lo que posteriormente algunos historiadores han definido como “la más grande victoria inflingida por la Cristiandad frente al Islam”. Algunos de los aldeanos que participaron en la batalla te comentan que la lucha no fue humana. Vlad parecía realmente “el hijo del Diablo”, y su poder y su brutalidad no eran de este mundo...

¿Cómo iba a serlo, si portaba el Anillo de Salomón? Aquél que tanto había interesado a su viejo sire, Mátyás Kuna. Un anillo saqueado de la mismísima Jerusalén.

- Por último, parece ser que de nuevo los turcos, apoyados por los traidores nobles bolardos, se disponen de nuevo a conquistar Valaquia, comandados por un tal Basarab Laiota. Andaos con ojo. Ya sabéis que, al fin y al cabo, sospechamos que el agente de Vlad era nuestro Mátyás.

Basilio, escucho la palabra de Sor Ines y compartia su preocupación. El clima politico y militar era inestable, y eso no hacia sencillo buscar a Mátyás Kuna. 

_¿Dices que Mátyás podría haber sido el agente de Vlad?-ciertamente su tono marcaba su descreimiento-La brutalidad de Tepes es conocida, y aun si lucha por mantener a raya a los Otomanos, sus tacticas son pocos cristianas, por no decir abominables-pronuncio con la rectitud con la que siempre se regia- asi que diculpame hermana si me permito un manto de duda ante dicha hipotesis-termino de decir al tiempo que la observaba a los ojos.