Partida Rol por web

- Cállate Hans, no tienes ni puta idea, y date prisa, dame 4 cigarrillos, intentaré cambiarlos por algo a estas gentes.

Hans te observa entre asustado y enfadado pero niega con la cabeza ante tu petición y se lleva la mano al paquete y descubre que ya le faltan unos cuantos.

NEIN! Usa tus propios cigarros, malnacido.

Verner estaba ensimismado en si mismo ¿Cuales serían las cabalas del mas reciente miembro del grupo de castigo a parte de los dos mocosos?
Sea lo que fuere el Nein del joven lo sacó de su ensimismamiento y miró al joven y a Reiner con el ceño fruncido.

Sea como fuese parecia tener pocas ganas de fiesta...

Rainer, no te intentes aprovechar del chaval tan descaradamente. Además, si no te termina de matar esta jodida guerra, lo hará el tabaco. He visto lo que hizo eso en los pulmones a mi tío...

NEIN! Usa tus propios cigarros, malnacido.

Adivinando una posible pelea me acerco a Hans para hablar solo para él y probar suerte. - Cuidado Hans. Este sujeto que tienes enfrente es conocido por su habilidad con la navaja. ¿Sabes porque acabo entre nosotros? No lo sé pero conozco los rumores y él se niega a decir la verdad pero es mejor que lo sepas. Dicen por allí que es un asesino psicótico y sus víctimas preferidas son los jovenzuelos como tú. La mayoría de sus víctimas murieron en sus camas durante la noche… pero… tal vez si canjeas algunos cigarrillos por algo tal vez te deje en paz. -

Mmm veo que ir directamente contra estos muchachos inexpertos no sirve pero si invento alguna historia tal vez podríamos conseguir algunos cigarrillos…

Hans no retrocede y aguanta la charla de Bauer sin bajar la vista.
- ¡Qué te pires! Usa tus propios cigarros - responde mientras se retuerce en su sitio buscando una posición más cómoda.

Los dos muchachos parecen haber superado el estrés y el temor inicial al ver los restos del poderoso ejército alemán volviendo sobre sus pasos con el rabo entre la piernas. Ambos parecen estar más preocupados con lo que les espera en el frente por lo que permanecen en silencio mientras os alejáis lentamente de los restos supervivientes y empezáis a ver la linea del frente: Campamentos improvisados, alambre de espino alrededor, zanjas y barricadas, vehículos de combate, y a lo lejos explosiones y disparos.

El vehículo se para a la entrada del campamento donde un par de soldados de guardia toman nota del pase y hablan con la central para averiguar a donde os llevan. Le dan indicaciones al conductor y por lo que llegáis a escuchar solo han dicho ADELANTE, HASTA EL FINAL DEL CAMINO.
Temiendo entrar directamente ya en combate todos empezáis rápidamente a poneros vuestros pobres pertrechos, el uniforme abrochado y el casco fijado en la cabeza. Armas listas para ser usadas y botas atadas. No hay mucho más que hacer excepto cargar el resto de vuestro equipo en las mochilas y cargarlas a vuestras espaldas.

Delante vuestra se ve lo que parece ser un poblado, aunque la zona esta en calma y  no se oyen disparos por aquí. Un hombre os hace gestos para que vayáis a su posición, parece ser un sargento de pelotón. El vehículo se para, el conductor empieza a llamar a los camilleros para que carguen a los heridos de vuelta a la base. En fin, ha llegado vuestro momento, ahora estáis en la zona peligrosa donde un error puede suponer tu muerte. Y vuestros compañeros os deben proteger, ¿Podréis confiar en ellos?