Partida Rol por web

Finalmente amanece cuando llegan a las puertas de su destino. Poco más de 15 kilómetros los separa de su destino. El sargento baja a estirar las piernas mientras observa el panorama que tiene delante. Entonces se fija en Verner, el pobre es el único que no a descansado en toda la noche.

-Bien hecho muchacho..--Dice el sargento poniéndole una mano en el hombro -Descansa, te lo mereces.

Luego se gira hacia el resto. -Vale chicos, yo voto por dejar a Verner con alguien más para que descanse mientras el resto avanzamos a pie a ver que vemos. Aunque si preferís seguir en el tanque y avanzar los escasos 15 kilómetros que nos quedan...tampoco lo veo mal. Aunque en ese caso la ultima palabra la tendría Verner, que es el que ha conducido sin descanso toda la noche.- Dice mientras saca el paquete de tabaco y se pone un cigarro en la boca, ofreciendo al resto.

Hans se baja también del tanque algo somnoliento y se aleja unos metros para ir a mear. Podéis escuchar el sonido que hace el liquido caliente al caer al suelo frío que se mezcla con los bostezos del grupo.

-¡Nah!, a mí tampoco me vendría mal estirar un poco las piernas-contesta Sven-No os creáis que estar metido con todos vosotros dentro de esa lata de sardinas un día entero ha sido un viaje de placer. Y ya que el sargento propone una votación, la mía es por detener el tanque e ir a pie a inspeccionar la zona.
 

Rainer salió del tanque, cogió su esterilla del equipo y la echó al suelo

-Avisarme cuando nos vayamos-

A decir verdad, estaba pasando del tema bastante, pero es que los viajes largos eran aburridos...

Bajo del monstruo metálico de un salto y estiro los pies tocándolos con la punta de los dedos sin agacharme. Luego prendo un poco de tabaco y doy algunas pitadas a la pipa antes de argumentar mi decisión. – Un día no fue nada. En Francia fueron seis días de avance sin parar, aunque el Sdkfz era más estrecho que el Tiger. Por ejemplo usábamos un tarro de gasoil para las necesidades que luego se arrojaban por la escotilla para no detener el vehículo.

El caso fue que un buen día (creo que el tercero del avance) al conductor le dio diarrea por comer huevos de pato en mal estado. Por algo los franchutes los habían abandonado en sus trincheras. El pobre diablo tuvo que conducir sentado sobre la lata dos días y sobre el hedor no había forma de quitarlo del interior. Hasta intentamos con perfume Chanel Nº5 cedido por las oficinistas Parisinas… - en algún momento me doy cuenta que estoy divagando, entonces vuelvo al meollo del asunto – Bueno y para terminar me gustaría hacer un chequeo a Bertha mientras Verner “mira para adentro” un rato. - 

¿Queréis que exploremos a pie 15 km? Pero luego vamos a tener que volver a por el tanque de cualquier forma. Si encontramos resistencia, nos vendrá bien, y desde luego lo necesitaremos para cargar el oro... -dijo Zsigmond, llevando la contraria a la opinión general.

Otto se adelanta unos metros, saliendo de la cobertura que os dan los últimos árboles del bosque, y va observando el suelo durante unos diez metros. Finalmente se da la vuelta y os observa, se sienta en el suelo sobre su casco, y luego se enciende un cigarro antes de levantar la vista a la espera de que decidan que quieren hacer.

El camino estaba siendo muy lento y cansino, atravesando una tierra desolada, para colmo el sargento decidió parar para estirar un poco las piernas. Desde luego, a este ritmo no llegaremos nunca.. pensó Günter.

Günter escuchó las historias de Paul, solo de pensar en tener que oler mierda durante una semana dentro de un tanque sería para él un motivo más que suficiente como para desertar. Algo que nunca había entendido Günter era la curiosa relación de la guerra con la falta de higiene, Günter podía entender que en guerra hubiera sangre, miembros amputados, muerte y destrucción, pero para él la guerra no era una justificación razonable para la guarrería y la falta de educación. No había nada más desagradable aparte de una falta de consideración que un tipo soltando una ventosidad durante un fusilamiento.

El sargento se gira hacia Verner.

-Como lo ves Verner? Puedes seguir el cacho que nos queda, o prefieres descansar un rato?

Carl le da una calada al cigarro.

Utilizo el momento de sosiego para examinar a vuelo de pájaro a nuestro monstruo de casi sesenta toneladas. Miro las orugas, el nivel de aceite y de refrigerante, las correas del motor y de la ventilación, etc...

Al final no encuentro nada inusual solo que nunca se sabe hasta que termine el examen.

- Nuestro bebe parece estar bien - agrego tras cerrar la mampara del motor.

Luego resta determinar que haremos a continuación...

Mientras le preguntan que como está no llega el "piloto" no a esperezarse. Ya dormía.

El sargento ya podía esperar una respuesta... Dio la vuelta al tanque para ver por qué no le contestaba Verner, y resulta que se había quedado dormido en el suelo, con la chaqueta hecha un ovillo como cojín y la gorra tapándole la cara.

-Bien...-dio otra calada al cigarro-...pues la opción seguir con el tanque ha quedado en pausa. Esta bien chicos, Rainer, Günter Sven y Doc. Llevaos a Otto. Avanzad con cuidado, poco a poco, e intentad no meteros en líos. Intentad evitar las armas de fuego, hagamos el menor ruido. Cualquier problema, que alguien vuelva a avisarnos. Si estáis muy lejos, esperadnos. Si es un grupo reducido y podéis con ellos, evitad al máximo los disparos, si oímos disparos, vendremos a por vosotros.

-Nosotros daremos un repaso en profundidad a la “niña” y cuando el bello durmiente despierte, iremos detrás vuestro. Suerte chicos.

Luego se giro hacia Hans, -vigila el perímetro chico.- Y mientras se quita la casaca, le dice a Paul. -Preparado para hacer el chequeo completo?- La verdad es que desde que salieron, tenia ganas de echarle las manos encima a esa preciosidad, en el fondo, antes de la guerra el era un humilde granjero, paso su juventud entre maquinas pesadas arreglándolas.

Zsigmond se sentó en el borde del tanque y bajó de un salto.

¡A la orden, sargento! -dijo haciendo el saludo militar.

En este escuadrón no es que se siguieran mucho los protocolos, pero de vez en cuando a Zsigmond le hacía cierta gracia fingir que eran un grupo de soldados normal y al uso.

¿Quién tiene el mando de la avanzadilla?

A Rainer tuvieron que despertarlo de su siesta, cosa que no le sentó nada bien, sobre todo, al enterarse del percal

-¿Pero que mierda es esta?, joder otra vez me tocó el palito corto, y sin jugar encima, puta vida...-

Cogió su armamento, se colocó el casco y se abrochó el uniforme.

-Venga, vayamonos a dar un paseito por obra y gracia de nuestro señor sargento...- Continuó diciendo, amargado y medio somnoliento aun

-Puta mierda de misión...-

Se encendió un pitillo, para terminar de despertarse.

-Está bien-dijo Sven apurando un cigarrillo-salgamos cuanto antes. Estoy cansado de estar aquí parado sin hacer nada.

Sven dejó su mochila en el tanque y se llevó lo imprescindible: fusil, pistola, un par de granadas y unos prismáticos.
 

-¿Qué?¿Estáis?-dijo dirigiéndose al resto de la patrulla-.