En el reino de Takitia, muy cerca de la gran carretera, en medio del desierto, se encuentra la Posada del Desierto, regentada por Davieso el Gnomo.
Un antiguo edificio de imponente y exótico aspecto que ha ido reuniendo, con los años, a todo un poblado de tiendas rematadas con banderas multicolores.
Más allá, hacia el Grulla Infinita, el río que hay que remontar para llegar a Fangaeria; y en el puente que lo cruza, Jonid: Reunión, en idioma común.
Todo un mondo lleno de belleza y fealdad. De placeres y tesoros, de aventuras, de horrores sin nombre...
Partida diseñada para debatir, divulgar y disfrutar en general de la ciencia, ese gran desconocido.
Abierta a todo el mundo que sienta interés por conocer, por saber, por descubrir la verdad que nos rodea.
Para todos aquellos que, desde pequeños, la curiosidad nos picaba tanto que día a día decidimos saciarla como mejor podemos.
No es una partida como tal, es solo un foro para que charlemos, comentemos anecdotas y hablemos de cosas del sector.
Está bien, os confesaré una cosa. He descubierto que el amo cumplirá 250 años esta misma noche. ¿Qué os parece? Como portador de la campana creo que deberíamos prepararle una fiesta sorpresa. ¡No todos los días se cumple un número tan redondo de años!. Eso sí, necesito la ayuda de todos los lutines de la torre ya que hay mucho trabajo por hacer. ¿Qué me decís? ¿Que no está en vuestro contrato? Está bien, pues espero que os pudráis en la mazmorra revisando vuestras cláusulas mientras el resto disfrutamos de una agradable fiesta. ¿Que os lo habéis pensado mejor? Así me gusta. Bien, pues comencemos.
De la furia de los hombres del norte, libéranos, Señor. Plegaría habitual en los ritos religiosos europeos del s. VII d.c.
Año de gracia de 1352, el Rey Pedro se dirige a Andalucía con sus leales a sofocar la Rebelión. Ha hecho un llamamiento para que todos los nobles leales a Castilla reunan a sus tropas y se dirijan inmediatamente a la Villa de Aguilar en Andalucía, donde los traidores Alfonso Fernández Coronel y su yerno Juan de la Cerda se hallan acantonados.
El octavo Conde de Guadarrama, Don Alonso de Ortiz, ha comenzado a reunir a toda su mesnada, pero ante la imposibilidad de reunirlos a tiempo y por la presteza que ha pedido el mismísimo Rey a sus nobles, se ha visto en la obligación de partir con una pequeña escolta rumbo al Sur.