Los seres humanos somos criaturas sociales. Necesitamos los unos de los otros para dotar nuestras vidas de sentido. Pero a menudo no nos damos cuenta de que este sentido es vacuo y autoindulgente. Nos negamos a tomar la oportunidad que se nos ha dado, y nos empeñamos con denuedo en nuestra soledad. Hemos perdido nuestra inocencia, nuestra ingenuidad, y tamizamos nuestras vidas a través de filtros autoimpuestos, ya sean religiosos, científicos, morales o éticos, que pretenden acercarnos a los demás pero que en la mayoría de casos solo nos aíslan en nuestro individualismo dogmático y nos convierten en entes parasitarios incapaces de reconocer a nuestros iguales por lo que son: reflejos de nosotros mismos, de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestra vulnerabilidad que nos hace, en definitiva, humanos. Criaturas sociales.
No es de extrañar que en una sociedad así haya gente que pierda su rumbo. Solos en una multitud, como niños buscando a sus madres en medio de la lluvia fría, como salmones nadando contra la corriente de un río torrencial. Personas tan heridas por su propia humanidad que, aunque solo sea de manera inconsciente, llegan a desear su propia muerte en alguna ocasión. En ese momento, sin saberlo, sus manos tocan una ventana invisible, abriéndola para siempre. Su dolor es un poderoso faro que atrae a lo que hay fuera, al otro lado, cosas inhumanas e incomprensibles, perversos horrores que están más allá de toda explicación, con un ansia tan grande como la nuestra. Y no se detendrán hasta destruirnos por completo.
Un amigo de los investigadores ha desaparecido. ¿ Tendrá algo que ver con una explosión ocurrida en una casa abandonada?
En un ejemplar del Globe de Boston, de finales de 1921, los investigadores leen la noticia de una fuerte explosión en las afueras de Westwood, pueblecito al sudeste de Boston.
Partida para un solo jugador ambientada en Otoño de 1931, el jugador dispondrá de cuatro investigadores (que irán sucediéndose en caso de muerte del anterior) cuyo propósito será resolver una serie de misteriosas desapariciones y evitar una calamidad que está a punto de azotar el mundo.
"Siendo de esa guisa y sin tanta copla, a Madrid arriba, el que por reales resopla."