Los seres humanos somos criaturas sociales. Necesitamos los unos de los otros para dotar nuestras vidas de sentido. Pero a menudo no nos damos cuenta de que este sentido es vacuo y autoindulgente. Nos negamos a tomar la oportunidad que se nos ha dado, y nos empeñamos con denuedo en nuestra soledad. Hemos perdido nuestra inocencia, nuestra ingenuidad, y tamizamos nuestras vidas a través de filtros autoimpuestos, ya sean religiosos, científicos, morales o éticos, que pretenden acercarnos a los demás pero que en la mayoría de casos solo nos aíslan en nuestro individualismo dogmático y nos convierten en entes parasitarios incapaces de reconocer a nuestros iguales por lo que son: reflejos de nosotros mismos, de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestra vulnerabilidad que nos hace, en definitiva, humanos. Criaturas sociales.
No es de extrañar que en una sociedad así haya gente que pierda su rumbo. Solos en una multitud, como niños buscando a sus madres en medio de la lluvia fría, como salmones nadando contra la corriente de un río torrencial. Personas tan heridas por su propia humanidad que, aunque solo sea de manera inconsciente, llegan a desear su propia muerte en alguna ocasión. En ese momento, sin saberlo, sus manos tocan una ventana invisible, abriéndola para siempre. Su dolor es un poderoso faro que atrae a lo que hay fuera, al otro lado, cosas inhumanas e incomprensibles, perversos horrores que están más allá de toda explicación, con un ansia tan grande como la nuestra. Y no se detendrán hasta destruirnos por completo.
Ciudad Irreal,
bajo la parda niebla
del amanecer invernal,
una muchedumbre fluía
sobre el puente de Londres,
¡eran tantos!
Nunca hubiera yo creído
que la muerte se llevara a tantos.
—T. S. Elliot, La tierra baldía
Estamos a finales del año 1887. Hace algo más de dos años, el Príncipe Mithras regresó a Londres tras una ausencia de casi un siglo, poniendo fin abruptamente a la regencia de su Senescal, Valerius, y barriendo los cimientos de las estructuras de poder que se habían creado. Muchos Vástagos perdieron sus posiciones de privilegio, y durante un tiempo reinaron el caos y la incertidumbre. Ahora, el imprevisible y violento Matusalén gobierna la capital del Imperio Británico con mano de hierro, dictando sus tiránicos designios y eliminando toda oposición… A menudo en el sentido más literal.
Pero se avecinan tiempos de cambio. En este clima de miedo y confusión, las conspiraciones alcanzan su sangriento cénit. Terribles facciones y poderosas alianzas surgen de las cenizas de aquellos que hallaron la Muerte Definitiva, buscando el retorno de la cordura, la supremacía, la venganza, u objetivos más sombríos e inescrutables. La noche eterna se agita en su propia pesadilla, una que solo puede acabar tiñendo de rojo las aguas del Támesis.
Bienvenido a Londres. Es una época difícil para ser uno de los Vástagos…
Corre el año de Nuestro Señor de 1040. El strategos Georgios Maniakes acaba de invadir el emirato de Al-Siqiliyah (Sicilia) y de reclamar para el Imperio bizantino la antiquísima ciudad de Siracusa. Griegos, lombardos, normandos y Varegos pisotean los que antaño fuesen los dominios del caíd Abu al-Sidq al-Tunisi, repartiéndose la ciudad igual que cuervos que luchan por los pedazos más jugosos de un cadáver.
Partida ambientada en la vida y magia de un pueblo neolítico trashumante. Los jugadores roleáis a jóvenes que empezáis a sobresalir entre el resto de miembros de vuestras familias, y buscáis vuestro propio destino.
Va a ser una partida colaborativa corta de investigación y acción. Espero que con un ritmo medio de posteo acabemos antes de Navidad. El sistema es narrativo, usando RyF para resolver situaciones conflictivas. Va a ser de corte realista, por lo que puede que los PJs mueran por múltiples causas, o se enfrenten a situaciones crudas o violentas. Pero no quiero que sea una partida +18 (no se aceptarán posts explícitos que vayan contras las normas de Comunidad Umbría).
Hasta vosotros llegan noticias de un antiguo compañero de aventuras sumido en la desesperación. Decides volver a la taberna que ahora regenta para averiguar que le ocurre.
Asegura que un extraño cuervo lo maldijo. Parece que los años le están jugando una mala pasada hasta que descubres el alto precio que se paga, cuando has desafiado a la muerte.
—¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo?
—Es el único momento en que puede ser valiente.
Bran y Eddard Stark
En un mundo cuyas estaciones pueden durar decenios y en el que retazos de una magia inmemorial y olvidada surgen de los rincones más sombríos y maravillosos, el azar hará que los caminos de seis personas se crucen de forma inesperada.
El azar, y el objetivo común de huir de la guerra y permanecer con vida, ha unido a un variopinto grupo de personajes que encuentran en dicha unión un modo de subsistir entre el horror que se levanta a su alrededor mientras ponen tierra de por medio con el frente de batalla, caminando hacia el Norte a través de bosques y evitando los caminos más transitados. Pero el bosque es también hogar de curiosos personajes que ya han caído en el olvido de incluso los lugareños que viven en los pueblos cercanos.
En el año 2097, Los viajes espaciales se han convertido en algo habitual. Los humanos han colonizado la Luna y Marte. Se envían y han un intenso trafico espacial. Aunque las misiones raramente van mas alla de Jupiter rica en gas deuterio.
A pesar de que con los nuevos motores instalados en las naves se puede alcanzar planetas como Neptuno en un tiempo de 70 días. Este velocidad no es suficiente como para poder ir a otras estrellas.
Pero todo cambio con la creación del Event Horizon. Una nave capaz de viajar mas rápido que la luz y alcanzar otras estrellas en cuestión de minutos. En el año 2090 fue lanzada con rumbo a Neptuno. Alli probarian sus nuevos motores. Pero algo salio mal. Y la nave y la tripulación se perdieron.
Pero en el años 2097 desde la tierra se capta una señal de la nave espacial Event Horizon, desaparecida sin dejar rastro, más allá de Neptuno hace siete años. Su pérdida había sido considerada el peor desastre espacial de la historia. La nave ha reaparecido de nuevo en la órbita de Neptuno y se envía a la nave de rescate Serenity para investigar.
La nave espacial de transporte comercial U.S.C.S.S. Nostromo,regresa a la Tierra. Proveniente del planeta Thedus, con un remolque de veinte millones de toneladas de Mena.
La tripulación Original de la Nostromo El Capitán Dallas , El Primer Oficial Kane , La suboficial Ripley , La Asistenta de vuelo Lambert ,El Oficial Científico Ash , El Ingeniero Jefe Parker y el Ingeniero técnico Brett. Todos salvo el Primer Oficial Kane han resultado envenenados por una intoxicación alimenticia en Thedus. Aunque vivos los médicos les han prohibido hacer el viaje de vuelta a la tierra por lo que serán sustituidos por una tripulación de remplazo montada con miembros de la WY en el planeta.
El Carguero parte de Marrech bien pertrechado para la delicada empresa que cierto Neolibio y sus asociados tienen en mente. Hace escala en Lisboa, donde varios Spitalianos suben a bordo y diez días después echa anclas frente a costa Frankeña. La expoliada y desierta ciudad de La Rochelle los recibe con una muda bienvenida. Pero bajo la cubierta del barco, los exploradores se preparan para una jornada de reconocimiento en la ciudad.
La Quinta Ruina es ya un recuerdo distante. Pero la labor de un Guarda Gris, grande o pequeña, nunca termina. "En la Paz, Vigilancia" reza vuestro lema. El Guarda Comandante de Weisshaupt os asigna una misión para buscar y capturar a unos reclutas desertores que podrían propagar secretos de la Orden.
La almenara de la atalaya del Paso de Dohag arde con fuerza iluminando la noche en las montañas. La señal de aviso augura problemas en el Loch Varn, pero fuera del valle nadie sabe exactamente qué está ocurriendo.
57 largos años han pasado desde los horrores que se vivieron la Nave Comercial Nostromo. Una nave de muerte , terror y sufrimiento. Ahora los supervivientes de esa tragedia han sido encontrados y llevados a la tierra para ser interrogados por los hecho sucedidos.
Mientras tanto en L426 la prospera colonia de Hadleys Hope vive apacible sin conocer el terrible secreto que se encuentra unos pocos cientos de kilómetros de ellos...
Nueve personajes cruzarán sus caminos en una trama de terror sobrenatural que les obligará a encontrar el fuego que se hallaba oculto en ellos.
El Culto del Dragón ha estado activo en Faerun durante siglos. La mayor parte de ese tiempo ha estado centrado en la creación de dragones no-muertos para cumplir una profecía, pero esto está a punto de cambiar...
El nuevo líder del culto es un calishita llamado Severin Silrajin, que cree que el conocimiento Dracónido real y su poder pertenece a los dragones vivos, no a los muertos vivientes. La ambición de Severin le gustó a Tiamat, Diosa de los Dragones, por lo que le reveló la existencia de las cinco máscaras dragón, una por cada color de dragón cromático. Cuando las cinco se juntan, se funden mágicamente en una sola, la Máscara de la Reina Dragón. Con la máscara ensamblada, el culto podrá liberar a Tiamat de su prisión en los Nueve Infiernos.
El Caos.
La Telaraña.
La maraña de un futuro incierto.
El hilo que se rompe.
La araña que no teje.
¿Destino o libre albedrío?
¿Qué es lo que verdaderamente se esconde tras nuestros pasos?
En un mundo sin historia las vidas de ocho personas normales se entrelazarán en una trama de terror sobrenatural y ciencia ficción.
Como decía Louis Amstrong...
Won't you come and go with me
Down that Mississippi?
We'll take a boat to the land of dreams
Come along with me on down to New OrleansNow the band's there to greet us
Old friends will meet us
Where all them folks goin' to the St. Louis cemetery meet
Heaven on earth, they call it Basin Street
¿No vendrás e irás conmigo bajando ese Mississippi? Tomaremos un barco a la tierra de los sueños. Ven conmigo hasta Nueva Orleans.
Ahora la banda está ahí para saludarnos, nos reuniremos con antiguos amigos, todos somos colegas yendo al cementerio de St. Louis a reunirnos. El cielo en la tierra, lo llaman Basin Street.
Seis intrépidos aventureros, ya curtidos como grupo y con un fuerte sentimiento de hermandad, viajan por un páramo cenagoso bastante magullados después de su última y desastrosa hazaña. Heridos algunos, cansados y hambrientos todos ellos, aún conservan algo de vil metal con el que festejar el seguir con vida. No es poco. En el cielo se avecina tormenta y, sin demasiadas opciones, deciden recalar en una aldea situada en el Valle del río Dessarin.
Pronto, el grupo se dará cuenta de que están aislados en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Sus lazos de fraternidad se verán puestos a prueba, quizás rotos para siempre, y, a pesar de todo, tendrán que sobreponerse a un implacable y carismático enemigo que, de una manera o de otra, les marcará para siempre.
2595, Lucatore.
Hacía tiempo que Dana se había levantado para empezar a preparar la posada antes de que acudieran los primeros clientes hambrientos. Había comida al fuego y una gran parte de las mesas estaba totalmente limpia. Subía y bajaba por las escaleras ultimando los preparativos cuando se detuvo en una de las ventanas. El sol comenzaba a despuntar por el este, proyectando así las gigantescas montañas su larga sombra sobre Lucatore. Entonces, un cuerno sonó con fuerza a través de las calles de la ciudad, un sonido profundo y grave que la hizo estremecerse. Y cuando terminó, de nuevo volvió a sonar.
Dana se quedó descolocada, absorta en lo que podía significar aquello, se rasco su enmarañada cabellera ondulada y no supo que debía hacer, todos despertarían y le preguntarían. Bajó corriendo a la calle en busca de respuestas.
El cuerno de las lamentaciones seguía resonando y no descansaría hasta que la última de las almas estuviera en pie. Eso ya le había quedado claro.
Fue de las primeras en salir a la calle, pudiendo contemplar las ventanas abrirse y a algunos vecinos traspasar el umbral de sus puertas, desaliñados y aun más confusos que ella. Preguntas sin respuesta empezaron a escucharse a lo largo y ancho de la calle, nadie parecía capaz de responder a ellas. No tardaron en ser interrumpidas por unos gritos en la lejanía, que a medida que se hacía el silencio se tornaban ganaban claridad, hasta que llegó el momento en que todo cobró un terrible sentido.
«¡El bautista ha muerto!». La frase se repetía en cada calle, en cada esquina, la ciudad debía saberlo y los orgiásticos se estaban encargando de trasmitirla.
Un hombre cayó de rodillas, llorando con desesperación, mientras que su mujer miraba fijamente hacia el vacío, sin ser aun realmente consciente de lo que estaba ocurriendo. Dana los miró, frotándose los ojos e intentando evitar que las lágrimas salieran a flote. No podía ser, él no. La gente se iba aglomerando, más y más, enaltecida por las oscuras nuevas.
Los ascetas recorrían las calles, escoltando un ataúd y dirigiéndose hacia el claustro. Una procesión de antorchas marchaba tras ellos, dolientes que se dirigían hacia la empinada cuesta tras la estela de los anabaptistas.
Y tras ellos los rumores empezaron a circular por toda la ciudad. «¿Asesinado?» contestó extrañado un mercader, momentos antes de cerrar el puño enfurecido. El culpable debía pagarlo. «Al viejo lascivo le han sorbido el cerebro, quiere entregar la ciudad», despotrica un borracho en los alrededores. Una mujer ultrajada por sus palabras le lanzó una piedra y respondió con rabia: «Demos gracia porque todavía está aquí».
Dana escuchaba estupefacta. Altair había muerto, un héroe de guerra, un hombre santo había sido asesinado, uno de los ocho. «¿Quién podría hacer algo así?», se preguntaba una y otra vez mientras recordaba cuando se había acercado a hablar con ella, regio y a la vez familiar, había alzado su mentón y le había dicho que el futuro estaba en nosotros, en los niños de Lucatore, y a pesar de que habían pasado años. No había olvidado el tono de su voz, conmovedora y carismática.
¿Qué sería de todos ellos ahora que no tenían una estela que seguir?
Esa misma noche una estrella desapareció del firmamento.
Si escuchas el sonido de pájaros volando, ramas quebrándose, o pasos cercanos, podrías ser su siguiente víctima. Reza entonces por que tu destino sea fugaz, pues mirarle fijamente a sus infernales ojos puede llevar hasta la mente más pura hacia la locura.
¿Necesita ese sombrero tan de moda que están anunciando por la calle? ¿Es un manitas y no puede vivir sin ese kit de herramientas? ¿Es un ama de casa y precisa de una rumba? ¡No busque más! En los grandes almacenes SouthPort lo encontrará todo a su disposición. ¡Fácil y seguro! En la 5ª Avenida, esquina con la calle 90, frente a la entrada de Central Park.
Esto es solo un pequeño fragmento de publicidad de los grandes almacenes pero, ¿qué pasa en sus oficinas centrales?