Lugar de encuentro de la crónica "La Resurrección de Umoeru". Compilación de PJs, modificaciones del sistema, curiosidades y trasfondo. Se irán añadiendo post que sinteticen los capítulos llevados a cabo durante la partida.
Crónica: La Resurrección de Umoeru
- Prólogo.
- Capítulo 1.
- Capítulo 2.
- Capítulo Precuela.
Partida de temática zombi inspirada en el juego They Are Billions.
Link al reclutamiento. https://www.comunidadumbria.com/comunidad/foros/tema/54508?__Pg=1
Las malas cosechas se han convertido en algo habitual en estas tierras.
Sacudidos por la desgracia, el hambre y la pobreza hostigan a la población, pero la carestía no es el mayor de sus males, un nuevo enemigo se acerca.
Arrecian tiempos de guerra.
Crónica: La Resurrección de Umoeru (+18)
Capítulo 1 - Un largo día en Umoeru Mura (+18)
Capítulo 2 - Huellas en la nieve (+18)
Precuela. - Gorin. Equilibrio Roto (+18)
Crónica: La Resurrección de Umoeru
- Capítulo Precuela
- Capítulo Prólogo
- Capítulo 1
- Capítulo 2
Crónica: La Resurrección de Umoeru
- Prólogo.
- Capítulo 1.
- Capítulo 2.
- Precuela
Crónica: La Resurrección de Umoeru
- Prólogo.
- Capítulo 1.
- Capítulo 2.
Partida abierta para que los umbrianos zaragozanos nos conozcamos, y organicemos quedadas y partidas.
Todo empieza dias antes de la ceremonia de Gempukku donde los niños de las distintas escuelas de diversos clanes se prepararán para afrontar su paso a la adultez en el maravilloso y elegante Kyuden Doji. Grandes personalidades estarán presente para ver los progresos de los jóvenes.
Los dos samuráis se miraron a los ojos.
Un día fueron amigos. Hermanos. Pero ha llegado el momento de recuperar el honor y desatar la venganza.
Pisada firme. Empuñaduras apretadas. Ojos entrecerrados.
Un momento único
y todo había terminado.
Año 393 ab urbe condita, el jefe galo Breno consigue imponerse a los romanos, y para que éste no destruyera la ciudad, se pactó la entrega de mil libras de oro. Cuando pesaban la entrega, los romanos detectaron que los galos manejaban un peso falso, razón por la que protestaron airadamente. El vencedor, ante la protesta, puso su espada en la balanza, lo cual la inclinó, claro está, a su favor. Como colofón, pronunció la frase lapidaria: "Vae victis!", ¡ay de los vencidos!, para demostrar que lo que manda es la fuerza y que los vencidos tienen que resignarse a su suerte.