Partida Rol por web

Kyuden Doji es el auténtico núcleo de poder del clan de la grulla. Situado al sur de la capital imperial, Otosan Uchi,  y en lo mas alto de una altiplanicie costera del este, junto a la ensenada de la hija perdida. El palacio de la familia Doji, de diez plantas, fué diseñado por la mismísima dama Doji en los albores del imperio, y los subsiguientes procesos de ampliación y remodelación se han llevado a cabo con un intenso y riguroso estudio para no cambiar demasiado el diseño original. El palacio está rodeado por inmensos jardines, los cuales son tan hermosos y extensos, que en el resto del imperio se suele hablar de ellos casi lo mismo que del palacio en si mismo. A pesar de ser el centro político y de gobierno del clan de la grulla, Kyuden Doji no poseé ningún dojo importante o grandes fuerzas militares ya que está reservado a las actividades anteriormente descritas.

Los interiores del castillo cuentan con una gran cantidad de fastuosas habitaciones con cabida para más de un centenar de invitados. Todo dentro de Kyuden Doji está permantentemente en un estado de pulcritud impoluta, tiene una gran luminosidad que hace resaltar aún más si se puede, toda la bella manufactura de su arquitectura y decoración.  No hay lugar en Kyuden Doji para cosas imperfectas o mal  hechas, pues se intenta imitar la perfección y belleza de la Kami grulla en todo momento

En una de las muchas gestiones políticas de los grulla en la corte del emperador, han logrado el beneplácito imperial para celebrar un prestigioso Gempukku entre clanes en el mismísimo Kyuden Doji. No tiene la categoría del campeonato topacio celebrado en la capital imperial, pero si conllevará prestigio  para el clan vencedor, por lo que enviarán a sus alumnos aventajados al evento. Algunos lo consideran una nimiería o burla ya que el principal espectáculo se desarrollará en el campeonato topacio, pero otros ven el evento como una oportunidad más para la gloria de los respectivos clanes. Por último, se escuchan rumores de que los grulla podrían haber invitado a un ronin para comparar las habilidades de las distintas escuela con el entrenamiento callejero del citado ronin.

Cada clan, una filosofía.

Takeshi había vuelto a su casa hacía dos horas, tras terminar el entrenamiento en el dojo Kakita.

Se encontraba en el amplio sótano de la casa, sin ninguna luz que ofreciese un punto de vista claro sobre la estancia.

En la total oscuridad, sentía su corazón latir a un ritmo contínuo, y su pecho subir y bajar acompasadamente. Descartó esos procesos mientras guiaba su oido más allá, a fuera de la habitación. Unos pasos cortos y rápidos le revelaron que su madre andaba por el recibidor, y otros, más pesados y de larga pausa entre ellos, terminaron por indicarle dónde se encontraba su padre.

El sentir de su kimono pegándose a su cuerpo estuvo a punto de distraerlo de su escrutinio, pero logró contenerse como le habían enseñado sus maestros Shosuro.

"Dominate a tí mismo y dominarás todo"

"Cuando respetes las sombras, ellas te respetarán a tí"

Respiró despacio y profundamente

No te pongas nervioso, Takeshi, sabes hacerlo

Se dijo a sí mismo el muchacho.

Una vez volvió a concentrarse de pleno en la oscuridad, pareció escuchar algo, casi imperceptible, un levísimo crujir en una de las maderas del suelo, prestó más atención en aquel hecho, pero al segundo siguiente volvió a desaparecer.

Es ese momento, sintió una hoja de frio acero apoyada sobre su cuello.

Una luz se encendió en el sótano.

Ante el contempló al maestro que lo había estado guíando todo este tiempo en las artes shosuro de infiltración. No sabía nada de él, solamente lo necesario e imprescindible. Que iba a entrenarle.

Aquella oscura figura, metido en un traje negro con una capucha del mismo color,que parecía fundirse entre la misma penumbra, le habló con aquella voz desprovista de sentimiento alguno

-Takeshi, ¿que te he enseñado?-

-Que tu oido no distraiga tu espíritu- respondió el jóven con frustración por haber fallado la prueba

-¿Y que has echo?-

-Distraerme-

El maestro sacó una fusta de bambú y le golpeó en el brazo

-Mal-

Takeshi no respondió, sabía lo que pasaría si lo hacía

-Siempre atento, takeshi, nunca pierdas la concentración-

Otro golpe de fusta

-Sin sentimientos, sin miedo-

El siguiente golpe le hizo un pequeño corte en el brazo

-Eres la voluntad de Shosuro, si quieres venganza tienes que ser un hijo de las sombras-

El maestro volvió a apagar la luz.

Una nueva prueba comenzaba.

Fué en invierno, durante los dias en los que la niña isawa Hanako pasaba con su familia, cuando llegó a su casa visita inesperada.

Atareada junto a su madre, en preparar unos pasteles para  la cena, no se percató de que su padre atendía a los invitados provenientes de Kyuden isawa, pero su vacío pudo entrever que alguien a quien conocía bastante bien les acompañaba. Su sensei. Isawa ninube no dijo nada cuando la niña soltó la masa de los pasteles  y se quedó mirando fijamente a la nada, simplemenente se limitó a asentir y seguir con su tarea, pues ya conocía la sintonía de su hija con el elemento.

Tras varios minutos así, Hanako volvió a la realidad, con gesto apesadumbrado y lágrimas incipientes en los ojos. De aquello si logró percatarse la madre, y la abrazó con todo el cariño del que disponía, pues su paso a la adultez estaba cerca y no volvería a gozar de aquel privilegio con su hija. 

-Madre- dijo con la voz entrecortada Hanako

-Creo que voy a marcharme lejos, muy lejos- en este punto tuvo que dejar de hablar, pues un nudo se había formado en su pecho

-No te preocupes, Hanako-chan- respondió ninube, en el tono más conciliador que tenía

-Sigue amasando los pasteles, iré a servir sake a los invitados- En aquel punto, podía escucharse en toda la casa a la comitiva del palacio del clan.

-Y dices que hanak...mi hija, ¿va a ser invitada al gempukku organizado por la grulla en Kyuden Doji?- preguntó Isawa Kaji, con el gesto algo serio

-Si, kaji-san, esa ha sido la elección de los maestros, Isawa Kiriu nos representará en el campeonato topacio, y en las tierras grullas lo hará hanako-chan y otra estudiante más-

Kaji aspiró profundamente, le estaban diciendo que su hija no era la mejor estudiante de la escuela isawa, aún teniendo el don del vacío, pero a la vez, le daban el mérito de ser la siguiente alumna más aventajada del clan..., no sabía a ciencia cierta que pensar, se quedó callado en ese instante

-Sabemos, Kaji-san, que quizás sea un insulto para tu familia, pero no lo és de ningún modo, si no que este acontecimiento nos dá la oportunidad de obtener el reconocimiento en dos grandes eventos, y así demostrar el potencial de los Isawa al resto del imperio- la voz del emisario Isawa sonaba algo fría y cortante, quizá estaba cansado de tanta cháchara.

-Entiendo, Fusan-sama, pero...- y luego añadió casi en un susurro -...es un deshonor...la segunda....- 

El emisario Isawa Fusan de repente pareció estallar en un arrebato de cólera contenida.

-Así lo ha decretado el consejo de maestros, y así se hará, tanto quieras como si no-  Terminó por decir fulminantemente.

Tuvo que intervenir otro de los invitados, con el mon Shiba adornando su kimono, este parecía de actitud totalmente relajada y conciliadora.

-Lo que quería decir Fusan-san, es que, como nos dice el Tao, el mejor no es el que gana, si no el que más se esfuerza, por eso valoramos el esfuerzo de Hanako-chan y la enviamos a tan prestigioso evento-

Tras las palabras de aquel relajado Shiba, isawa Fusan se calmó al instante, y la pátina de vergüenza por contrariar a un superior desapareció del rostro de Isawa Kaji, el cual, dijo inclinándose a modo de saludo casi tocando con la frente el suelo

-Será como ordeneis, Shiba Renkai-sama-

Hanako observaba todo asomada tras el panel  móvil que daba a la cocina......