The Laughing Lady
15 de Enero de 2080. Seattle.
Las luces danzantes de la discoteca atravesaban la holográfica cara de una mujer que sonreía con mirada sensual. Unos decían que reía, mientras otros que era una media sonrisa, pero solo aquellos que recorrían las sombras sabían que era una burla hacia la ciudad y como un lugar tan público y concurido tapaba las operaciones y tratos que allí mismo se planificaban.
Disimuladamente le diste tu tarjeta de visita al portero, 30 nuyens, accediendo de inmediato al interior. Tu contacto te había dicho que era un trabajo sencillo, un transporte por el Puget, un paseo en barca.
El Johnson esperaba en el reservado y pronto sabrías si sería un trabajo tan tranquilo como te contaron.