El Interrail. Un viaje en tren donde la amistad, la curiosidad y el espíritu de aventura se unen para crear una experiencia única e inolvidable. Un viaje que marcará un antes y un después en la vida de estos jóvenes, dejando en sus corazones la indeleble marca de Europa.
La época más calurosa del año por fin estaba aquí, los deberes universitarios se habían esfumado, una cálida bienvenida a los trabajos de verano, los amores, la playa, los cuerpos bronceados y las bebidas extra frías. La época perfecta para relajarse y disfrutar, para divertirse y conocer nueva gente, nuevas experiencias, nuevas vistas.
Tras una intempestiva separación, el destino en sus caprichosos designios ha decidido reunir a estos dos viejos amigos de infancia, dejando el camino abierto a reavivar viejos sentimientos, sin embargo este camino no está del todo definido y estos dos chicos se veran envueltos en muchos más dramas de los que el verano debería traer consigo…
Han pasado muchos años, ¿Como es que ha cambiado tanto? Pero si al mismo tiempo parece ser como era hace años…
Ankora, un pequeño pueblo alejado de todo comienza a ser victima de una serie de sucesos extraños que empiezan a hacerse eco entre las mujeres del pueblo, siendo este rumor sobre una extraña criatura que se presenta en las noches en sus habitaciones, con un aspecto monstruoso y una voz angelical que las despoja de su pudor y las convierte en el objeto de sus deseos por noches enteras sin que nadie pueda tan siquiera escuchar o ver nada…
Recuerdos borrosos pero sensaciones tan vividas y fuertes son el único remanente de las que aseguran haber sido víctimas de la criatura, quien sólo deja a su paso una enorme sensación de vacío e insatisfacción posterior a todo, pues no parece tener particular interes por mujer alguna, más allá de los sabores innegables de la carne y el calor de los cuerpos que parecen derretirse como mantequilla, lo cierto es que ninguna mujer recuerda haber sentido nada parecido antes... o despúes.
La noche es cómplice de muchos actos repugnantes, pero sin duda nadie en Ankora se había preparado para algo parecido a lo que se consideran demasiadas coincidencias como para llamarlo una serie de eventos aislados.
Las puertas de los hogares se cierran a las 18:00 exactamente, las mujeres se refugian en sus hogares y hacen lo posible para no dormir solas, duermen con sus esposos, sus padres, hermanos, quien pueda proveer un mínimo de refugio, pero ¿Será acaso eso suficiente?
¿Una suerte de zoo o arca en donde se crían seres humanos? ¿Secuestros? ¿Abducciones? ¿Viajes en el tiempo? ¿Qué carajos? ¿Realmente esas cosas existen? Investigación y misterio a la orden del día.
Un grupo de jóvenes está experimentando diferentes fenómenos paranormales que alteran sus vidas cotidianas: Accidentes extraños a las personas cercanas, visiones, combustión espontánea de algunos de los objetos electrónicos de sus hogares…
Hasta ahora, familias y amigos los han considerado enfermos mentales, raros, o simplemente gafes. Los médicos les han diagnosticado delirio o esquizofrenia, psicólogos les han dicho que simplemente tratan de llamar la atención, y cuando los seguros han revisado los daños en sus casas, siempre se han considerado accidentes por mal mantenimiento.
Pero ellos saben que hay algo más: Algo que solo ellos son capaces de percibir. Y no son los únicos, pues todos y cada uno de ellos han recibido una invitación para hablar de sus “talentos especiales”.
El Interrail. Un viaje en tren donde la amistad, la curiosidad y el espíritu de aventura se unen para crear una experiencia única e inolvidable. Un viaje que marcará un antes y un después en la vida de estos jóvenes, dejando en sus corazones la indeleble marca de Europa.
12 de Febrero de 2412
Liderada en la actualidad por la capitana Rachel Young, la astronave UCC Lexine vive sus peores momentos. Encontrándose varada e incomunicada y girando de manera lenta, silenciosa e indefinida alrededor del planeta Ophius; prisionera de la órbita de este.
Rachel Young
Por el momento no hay escasez de alimentos, energía, ni de ninguna otra necesidad vital. Pero solo es cuestión de tiempo que esto ocurra. Algo que sucederá, sin lugar a duda, si sus circunstancias no cambian pronto.
Tras una productiva reunión en la que los jefes de departamento, los oficiales de la astronave y la tripulación que bajó por primera vez a Ophius pusieron en común todo lo que habían visto o descubierto sobre los últimos sucesos a bordo, la capitana ordenó enviar un equipo de exploración al planeta. Esperando encontrar cualquier pista o ayuda que pudiera arrojar algo de luz a su actual situación.
La única nave operativa de todo el hangar fue la Ulisses. Uno de los modelos más antiguos, aunque eso sí, resistentes, de los que disponía la astronave.
Así pues. El equipo de exploración, liderado una vez más por la Mayor Elaine West, descendió hasta Ophius a los mandos de la Teniente Pike Frost. Con la misión, y la esperanza, de encontrar respuestas que permitiesen abandonar aquel aciago lugar.
Después de varias horas de búsqueda y sin haber dado con ningún pico de energía, rastro electromagnético o una Entidad, intentaron ponerse en contacto con la UCC Lexine. No consiguiéndolo ni en esa ocasión, ni tampoco en los intentos posteriores.
Fue entonces cuando al equipo de exploración se le pasó por la cabeza que aquello podía tratarse, perfectamente, de una trampa. Por lo que, de manera apresurada, optaron por abandonar el cuerpo celeste y regresar a la astronave en la Ulisses.
Sin embargo, para cuando quisieron dejar atrás el planeta se encontraron con que en el exterior del complejo se había levantado una repentina, conveniente y violenta tormenta eléctrica; que arrastraba consigo viento, arena y pequeñas aunque letales piedrecitas, que les impedía llegar hasta el transporte sin correr riesgos. Viéndose forzados a resguardarse, por el momento, en el interior de la estructura...
Mientras tanto... ¿Qué podía estar sucediendo en la UCC Lexine?
La época más calurosa del año por fin estaba aquí, los deberes universitarios se habían esfumado, una cálida bienvenida a los trabajos de verano, los amores, la playa, los cuerpos bronceados y las bebidas extra frías. La época perfecta para relajarse y disfrutar, para divertirse y conocer nueva gente, nuevas experiencias, nuevas vistas.
Tras una intempestiva separación, el destino en sus caprichosos designios ha decidido reunir a estos dos viejos amigos de infancia, dejando el camino abierto a reavivar viejos sentimientos, sin embargo este camino no está del todo definido y estos dos chicos se veran envueltos en muchos más dramas de los que el verano debería traer consigo…
Han pasado muchos años, ¿Como es que ha cambiado tanto? Pero si al mismo tiempo parece ser como era hace años…
Primavera. Una cabaña en las montañas. Un finde. Un puñado de jóvenes (alrededor de los 20 años). Naturaleza. Paseos, charlas, bromas, rolletes. Y, cuando se acerca la noche, preparación de la Fiesta. Juegos. Diversión. Es entonces cuando el descubrimiento de un libro muy particular hará que nada resulte como estaba previsto...
Ankora, un pequeño pueblo alejado de todo comienza a ser victima de una serie de sucesos extraños que empiezan a hacerse eco entre las mujeres del pueblo, siendo este rumor sobre una extraña criatura que se presenta en las noches en sus habitaciones, con un aspecto monstruoso y una voz angelical que las despoja de su pudor y las convierte en el objeto de sus deseos por noches enteras sin que nadie pueda tan siquiera escuchar o ver nada…
Recuerdos borrosos pero sensaciones tan vividas y fuertes son el único remanente de las que aseguran haber sido víctimas de la criatura, quien sólo deja a su paso una enorme sensación de vacío e insatisfacción posterior a todo, pues no parece tener particular interes por mujer alguna, más allá de los sabores innegables de la carne y el calor de los cuerpos que parecen derretirse como mantequilla, lo cierto es que ninguna mujer recuerda haber sentido nada parecido antes... o despúes.
La noche es cómplice de muchos actos repugnantes, pero sin duda nadie en Ankora se había preparado para algo parecido a lo que se consideran demasiadas coincidencias como para llamarlo una serie de eventos aislados.
Las puertas de los hogares se cierran a las 18:00 exactamente, las mujeres se refugian en sus hogares y hacen lo posible para no dormir solas, duermen con sus esposos, sus padres, hermanos, quien pueda proveer un mínimo de refugio, pero ¿Será acaso eso suficiente?