Continuación de la campaña de La Leyenda de los Cinco Anillos que comenzó con "Una Mina en la Frontera".
Ha pasado poco más de un año desde La Larga Noche, posiblemente una de las noches más trágicas de toda la historia reciente de Rokugán.
Shiro no Bujisokusai ardió en llamas, y aunque la colaboración de la Magistratura Esmeralda evitó que la rebelión tomara el Shiro, fue el pie a muchas noches venideras donde el mismo escenario se replicó en todo lo ancho y largo del Imperio.
Muchos fueron los daimyos locales asesinados, ningún Clan quedó excluido de ello... si bien el menos afectado fue el Escorpión y Cangrejo. Los historiadores que corrieron a documentar el suceso lo acusaron a que el primero es un Clan que vigila de forma constante todo lo que ocurre en los bajos fondos, en el caso del segundo que la guerra con las Tierras Sombrías no da lugar a este tipo de situaciones.
Las malas lenguas acusaban al Escorpión de sembrar la semilla que desencadenó todo, como argumento lógico de por qué apenas les había afectado.- Llevan tiempo orquestándolo. Primero ese asunto con los Clanes Menores, ahora se debilita el poder de otros Clanes Mayores, demasiada casualidad. - Se podía escuchar a algún samurái indignado siempre y cuando no percibiera la presencia de estos en sus conversaciones.
Lo cierto era que según las semanas fueron pasando, un grupo organizado de plebeyos que se alzaron con el nombre de La Legión del Pueblo reivindicó la autoría de esta sublevación contra el Orden Celestial Prestablecido.
La vida de un samurái es simple: servir. Servir de una manera leal y honorable a tu señor, con total rectitud y mostrando siempre una etiqueta impoluta. Pero, ¿será tan fácil ser fiel al bushido como cabría esperar? qué podrá más ¿honor o deber? ¿será lo correcto denunciar las pequeñas faltas de las tierras que visitas o mantener las alianzas que tu señor ha conseguido forjar con paciencia y tiempo? ¿podréis mantener siempre la rectitud?
Cual será vuestro destino: manteneros fieles a vuestros señores, servir al Emperador, cometer sepukku para limpiar las faltas de vuestro señor... eso solo los kamis los saben.
La vida de un samurái es simple: servir. Servir de una manera leal y honorable a tu señor, con total rectitud y mostrando siempre una etiqueta impoluta. Pero, ¿será tan fácil ser fiel al bushido como cabría esperar? qué podrá más ¿honor o deber? ¿será lo correcto denunciar las pequeñas faltas de las tierras que visitas o mantener las alianzas que tu señor ha conseguido forjar con paciencia y tiempo? ¿podréis mantener siempre la rectitud?
Cual será vuestro destino: manteneros fieles a vuestros señores, servir al Emperador, cometer sepukku para limpiar las faltas de vuestro señor... eso solo los kamis los saben.