Galería Umbriana

Umbrionada 2010: LIDS.

71. Con un sacerdote y que el logo lo sostenga él

71. Con un sacerdote y que el logo lo sostenga él

Subida por Venifer

Era una habitación ligeramente reducida, de sillas cómodas de madera, con la puerta de entrada a la izquierda, una escalera un poco más allá, una puerta hacia algún sitio en la parte norte, un cubículo típico de oficina con su mitad superior de vidrio hacia la derecha, y dominada por un gran cuadro a carboncillo del rostro de un hombre afable. El resto de las paredes, no blancas pero igual de desnudas, se decoraban con alguna grieta apenas perceptible y por una serie de cuadros de distintos portarretratos. Una serie de hombres sonreían desde las fotografías, brillantes, a color y sin él, todos igual de amables. Dentro del cubículo, una mujer entrada en años de un rubio dudoso se movía buscando algo en el interior de un armario de metal. Extrajo un tomo grueso como un brazo, lo llevó al escritorio, y tras apoyarlo se sentó. A sus espaldas, a la diestra, un enorme rosario de madera colgando; a la sinistra, la imagen de un Obispo. Y yo ahí.

- ¿Quién sigue? - preguntó en un momento la mujer rubia, asomando de su cubículo.

- Yo no - respondí - Sólo le vengo a hacer una pregunta al padre.

Había llegado puntual a la hora en la que abría la "Secretaría Parroquial", pero ya tenía esperando a una mujer y también a una familia entera. Cuando por fin abrieron, salió el sacerdote, pero se me escurrió en el interior con la primera mujer antes que pudiese pedirle nada. Un hombre de porte altivo y con rostro de piadoso conservador de la más profunda rectitud, que no me dio la impresión que se prestara para lo que iba a preguntarle. Sin embargo, no me quedaba más que tomar la oportunidad, así que entré, me senté, y esperé. Las niñas de la familia que esperaba antes que yo me miraban con ojos muy abiertos, y me hacían caras interrogativas, a las que yo respondía poniendo caras de suspenso. De repente entra una señora y pide por el "padre Germán", a quien llaman por teléfono para que fuese, mientras que otra que llegó detrás preguntó si estábamos "todos para el padre Raúl". Así me enteré que había más de un sacerdote, y cuando el tal padre Germán apareció, tras mirarlo a la cara de contrabando [léase, asomándome descaradamente a la puerta de calle para mirar a la acera donde la señora y él estaban hablando], supe que había una oportunidad.

Apenas se quedó solo, le salté encima.

- Bueno, le digo la verdad... en la foto, usted tiene que salir sosteniendo esto, si puede ser - le dije, luego de la explicación, desplegando el cartel del equipo para dárselo.

El hombre se quedó lívido.

- Pe-pero... ¿qué es esto, por Dios? ¿Qué es esto?

Se había puesto tan blanco que pensé que le daría algo. Traté de calmarlo.

- Es un dibujo que eligió mi sobrino. Es el logo de mi equipo, es un dibujo animado. ¿Ve?

Balbuceó algo de que sí quería ayudarme, pero que justo habían llegado unos hombres en una camioneta con unas cosas para descargar, a los que estaba esperando. Pareció mortificado cuando, con alegría, le informé que se tomara todo el tiempo del mundo que le esperaría hasta que tuviera tiempo. Incluso me acerqué a echarles una mano para bajar los muebles, aunque la rechazaron. Estuve sentada en la puerta de la iglesia unos veinte minutos, hasta que el hombre apareció de nuevo y, aún mortificado, me hizo gestos de que sacáramos la foto.

- Pero... esto no es nada, ¿no? No quiero que me hagan un lío por esto... - decía el hombre mientras sujetaba el cartel con manos que le temblaban.

- Le juro que no es nada. Nadie del barrio va a ver esto. No va a tener ningún problema.

13/10/2010, 05:26

Luego de sacar la foto, insistió en saber mi nombre, abrazarme y desearme suerte... como si la fuese a necesitar.

En verdad el hombre se portó genial, a pesar de todas sus preocupaciones. 

13/10/2010, 06:32

Que buen cura.

13/10/2010, 13:29

 Jejejee por la historia suena todo mojigatico pero de los buenos...

14/10/2010, 16:19

 

agape
 
14/10/2010, 23:29

Cita:

Luego de sacar la foto, insistió en saber mi nombre, abrazarme y desearme suerte... como si la fuese a necesitar.

 

Que bueno, se creyó que eras una "oveja descarriada", XDDDDD