Subida por MrSeeK
Imagen: Tras el conjuro de convocación ¿cuantos leones puedes encontrar en esta imagen?
Sorprendentemente, al comprobar el lugar de confinamiento del malvado ítem a la mañana siguiente, nuestros aventureros contemplaron con estupor cómo el maligno objeto estaba por romper los sellos y escapar de nuevo. Por lo que no tuvieron más remedio que recogerlo y continuar su misión.
Sin embargo no todo fue en vano, pues el tiempo de descanso lejos de aquella influencia del mal habían permitido descansar excepcionalmente a nuestros viajeros, encontrándose vigorosos y repletos de ánimo para continuar su sagrada misión.
Rápidamente llegaron a la unica conclusión posible para ese estado de mejoría súbita y palpable. Habían subido de nivel.
Tras la consecuente pausa munchkin para elegir y debatir las mejores dotes y habilidades llegaron a la conclusión de que, mientras no eligieran Ataque Poderoso, podrían excusarse en que sus subidas eran trasfondísticas.
Tras mucho caminar, debatir, y caminar de nuevo. Llegaron a la aldea dónde confiaban según sus planes, hacer noche.
Poco imaginaban ellos las argucias de las que el Cachirulo es capaz para impedir la misión. En toda la aldea no había cama, camastro, cuadra ni pajar que no albergara un viajero.
Tras tamaña artimaña, nuestros aventureros recordaron que, según la ruta prevista por los montaraces, habrían de encontrarse varias ciudades al norte, en la capital otrora conocida como Legio, hogar de poderosas huestes guerreras de antaño.
Poniendo a prueba al extremo su recién adquirido nivel de aventureros, partieron sin mirar atrás, arrastrando la malvada prenda en su loca hazaña, pues aquella capital se encontraba a otro día de camino, así que caminarían dos jornadas en la misma.
Atravesando aldeas en las que podrían haberse hospedado, nuestros viajeros continuaron con una sola idea en su mente: el reencuentro. Tras reponer fuerzas en una taberna a la margen de un río atravesaron un puente, sin encontrar troll alguno (cada vez se pierden más oficios antiguos) y percibieron, a causa sin duda del sol de mediodía en la mollera, que bajo un puente no se estaba tan mal, al contrario de como siempre nos advirtieron.
Tras una agotadora jornada alcanzaron la ciudad de Legio en dónde, con la inestimable ayuda de la primera montaraz que conocieron en su camino, lograron emboscar y sorprender a tan hábiles viajeros, pues había estado dejando un rastro para que nuestros aventureros lograran alcanzarlos, con la fe de que así fuera. Al compartir el problema del Cachirulo y como su confinamiento no había sido fructuoso, sugirieron usar la fuerzas de la naturaleza a nuestro favor, convocando a los grandes felinos, los reyes de la sabana, para que hicieran trizas el malévolo accesorio, por desgracia sus ataques no consiguieron desgarrar la hechura de sus fibras en lo más mínimo.
Tras ello, celebraciones y confraternizaciones se sucedieron pues, al día siguiente, tres de ellos, incluida nuestra joven cómplice, abandonarían nuestro trayecto compartido en pos de sus propias gestas.
Aquel largo día les pasaría factura a nuestros viajeros, ¿serán capaces de continuar a la mañana siguiente?
Hay que pagar a alguien (Drawwwniiiiin) para que haga una versión ilustrada de todo esto...
Que comience la INVOCACIÓN:
¡Tres veces pronuncio tu Nombre, oh poderoso ilusionista!
¡DRAWNIN!
¡DRAWNIN!
¡DRAWNIN!