Se trata de un compendio de definiciones irónicas, mordaces y con muy mala leche, que resumen el excelente sentido del humor de este autor que vivió entre 1842 y 1914.
Ambrose Bierce fue también conocido como uno de los precursores de Lovecraft con sus relatos de terror. Era también conocido por tener una falta total de fe en la humanidad, como bien refleja este libro.
Ambros Bierce
Temática:
Juegos a los que puede adaptarse:
Cualquier juego donde necesitéis un personaje nihilista con ganas de dar definiciones mordaces.
Tiene algunas definiciones más flojas o aburridas que otras, pero en la mayoría pone la sal en la herida y no puedes evitar echarte unas risas. Pongo algunos ejemplos que tengo a mano:
Fanático, adj. Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.
Felicidad, s. Sensación agradable que nace de contemplar la miseria ajena.
Cobarde, adj. Dícese del que en una emergencia peligrosa piensa con las piernas.
Cínico, s. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser.
Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo político que no pudo desatarse con la lengua.
Amistad, s. Barco lo suficientemente grande para llevar a dos en caso de buen tiempo, pero solo a uno en caso de tormenta.
Aburrido, adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche.
En fin, tiene de todo, pero en conjunto es una obra bastante divertida, recomendable para leer a trozos intercalándola con otro libro.
Me parece una obra fantástica. Tiene su decadencia, y hay algunas (bastantes) definiciones donde uno se queda preguntándose qué hace leyendo aquello, porque parece un cinismo forzado, un estereotipo del humor negro muy tocado, o un sarcasmo muy tirado de los pelos. Sin embargo, al menos para mí, por cada una de las joyas de definiciones que se van encontrando de tanto en tanto, unas diez definiciones malas valen la pena.
Tengo a mano una que, hace muchos años y no siendo de las mejores del libro, me quedó marcada:
Pubertad, s. El período de la vida humana intermedio entre la idiotez de la infancia y la estupidez de la juventud -dos pasos alejado del pecado de la adultez y tres del remordimiento de la vejez.
Le pongo un 9, sólo porque creo que Bierce no supo frenar cuando las definiciones iban en decadencia.
Buffff... ha sido mi libro de cabecera durante unos añitos.
Yo de mayor quiero ser tan mordaz como Bierce