El cielo estaba encapotado. Milo odiaba los días en los que el cielo estaba así. Y no tenía pinta de mejorar: El hombre del tiempo había predicho que durante los siguientes días habría lluvia fina pero constante, de ese tipo tan odioso que te daba la sensación de no estar mojándote, pero tras varios minutos acababas calado. Apagó su cigarrillo, y llamó al timbre
No fue hasta el tercer intento que se dio por vencido. No, ella no estaba en casa. Eso era extraño, tan extraño que casi se olvidó del pésimo estado meteorológico. Comprobó la dirección de nuevo: Calle Do Baho, portal 7, 3º C. Sí, no había ninguna duda. Pero ella no estaba. Debería estar, porque sabía que hoy Milo iba a visitarla. Pero no estaba
Sacó las llaves. Normalmente llamaba al timbre por educación. No quería sorprenderla en alguna situación comprometida, y respetaba que, con su edad, pudiera tener cierto pudor y recato a la hora de tener su propio espacio personal. Como no quería sorpresas, siempre avisaba. Pero aquella vez era diferente. Quizás la había sucedido algo. Algo más nervioso, subió los escalones de tres en tres, hasta que llegó a la puerta del pequeño piso en el que vivía ella
Lo primero que le asaltó nada más entrar fue la sensación de soledad que parecía inundar todo el lugar, como si el propio aire se hubiera vuelto más denso y melancólico. Las persianas, bajadas, la cama, hecha, las puertas, cerradas. Tuvo que abrir una ventana para que entrara algo de luz, pero aún después de hacerlo tuvo la sensación de que en el lugar parecía asentarse cierta oscuridad ambiental, que ninguna luz podría llegar a borrar. Fue más una sensación, pero, de alguna manera, y mientras observaba la pequeña y modesta habitación, se dio cuenta de que ella no iba a volver
Sobre la cama no había nada, excepto una fina y solitaria pluma
Era tarde cuando Marina recibió la llamada. La voz de aquella mujer sonaba débil y distante, como si hubiera estado llorando. La ex-militar escuchó atentamente durante unos minutos, luego asintió y esbozó una sonrisa
-Cuente con nosotros
Cuando colgó, aún seguía sonriendo. En su mente, recordaba las razones por las que montó su empresa, y las decepciones que se habían ido amontonando tras los últimos años, mientras iba aceptando que, por desgracia, las únicas personas que necesitaban un detective privado eran aquellos con altas dosis de desconfianza hacia sus parejas. No todos los días se encontraba una con un encargo tan apetitoso como el que le acababan de dar. Por unos segundos, casi sintió la misma avidez de misterios, la misma adrenalina que la llevó a dejar el ejército y cambiar su estilo de vida por completo
Sin esperar mucho, marcó el número de Ned, y se llevó el móvil a la oreja
Partida por chat. 2-4 jugadores, aunque probablemente escoja a 3
Más información en el hilo de la partida
Elijan a su personaje. La función va a comenzar
El pueblo de Coprica cobra vida
Escena totalmente voluntaria, por si os apetece profundizar un poco en las relaciones entre pjs, para cubrir un poco la carencia que surge de estas al jugar por chat con tantos jugadores
Si queréis empezar una escena (Por ejemplo, una conversación en la habitación del motel, una declaración de intenciones hacia otro pj o jugador, o un post interpretativo de vuestro propio pj), simplemente poned un post haciendo una breve puesta en escena, y marcando como destinatarios a aquellos que supuestamente estén presentes (No hace falta que marquéis a nadie más que a vosotros si la escena es puramente interpretativa, y estáis solos cuando ocurre, para profundizar en vuestros pjs)
NO ES OBLIGATORIO postear en esta escena. El rol es por chat, que conste. Lo dejo por si os entra el gusanillo ;)