En los antiguos tiempos los venerábamos como dioses, pero esos tiempos acabaron.
Durante años, los humanos hemos ocupado su espacio, transformándolo y convirtiéndolo en un lugar inhospito y plagado de peligros. Hemos convertido a unos taimados depredadores en objeto de nuestra burla.
Los hemos recluido en nuestras casas para que nos sirvan de mascotas. Los hemos marcado, extirpado las uñas, castrado... Es la hora de la revancha... ¡Gatos del mundo, morded la mano que os alimenta! ¡Es la hora de la Rrrrrrrrrrrrevolución! ¡Miauuuuuuuu!