No no, mejor llévalas tu, o dale algunas a Caín. Mejor dejar las cosas que explotan a los que saben usarlas, no?
Sonrío ante la ocurrencia.
Por cierto, ¿qué ha pasado ahí dentro? Creo que también hubieramos necesitado munición, pero menos es nada...
jeje, me he perdido algo?
Bueno, pues no hemos conseguido gran cosa del Furriel. El cabrón nos pedía una autorización escrita del Comisario, parece que no era suficiente con que nos enviase él y que seamos Acólitos que van a sacar sus cobardes culos del aprieto. Así que ya le he dicho que darmeos parte a nuestro Inquisidor y que tomaríamos medidas por tocarnos los cojones...
Sigo andando junto al resto hacia el sello de la entrada de la mina.
Albrek niega con la cabeza al oir las palabras de sus hermanos, al final ni pudieron conseguir información ni equipo, van a su misión tal y como llegaron.
- Habrá que decírselo al comisario en cuanto lleguemos al sello, si es cierto que hay demonios allá abajo, necesitamos armamento algo mas potente. Aceleremos el paso, quizás aun estemos a tiempo de aprovisionarnos.-
Andando al lado del grupo depués de escuchar las palabras de Zaddión. Bueno, gran cosa si que hemos obtenido, comida, bebida y luz para tres dias y unos 15 metros de cuerda por cabeza y cuatro granadas de fragmentación, si alguien quiere llevar dos, ya que zaddión no quería portarlas. ¿Alguien se ofrece?.
Una vez llegados al sello de la mina. Me equipo el set completo que me compré cuando estabamos en la ciudad.
equipo a poner: Dame un ok y se lo pongo al resto del grupo
Escopeta corredera: Selector de disparo, mira laser, y cuchillo monofilo al frente.
Cortador laser, en el muslo izquierdo.
Rezon en el muslo derecho y conectada la cuerda al arnes
Arnes: puesto
Mascara de Gas: puesta
Lentillas foto sensibles:puestas
Microcomunicador de alta calidad: puesto
4 granadas de fragmentación: llevo en el cinturón
revolveres en los tobillos.
pistola laser en la sobaquera.
Espada en la espalda junto al rifle laser.
Acaración para el master. de como voy, soy un tanque andante...
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EDITADO: La única puntualización es que el microcomunicador si es por el precio que indica la lista de equipo es de calidad normal
Se tardan exactamente treinta minutos en cubrir la distancia que separa al campamento del pie de las montañas en las que se encuentra el gran sello que bloquea el paso a la mina Gorgónida. Durante la caminata, vais encontrando más señales de lucha, tierra removida, edificios desmoronados y los restos de maquinarias apenas reconocibles. Hace bastante frío en el planeta, y el viento sopla a su paso cortante como una cuchilla. Al final del trayecto, veis algunos grupos de mineros sentados alrededor de fogatas hechas con estiércol, madera rapiñada e incluso plástico, que llenan el aire de vapores venenosos. Todos los mineros tienen una expresión melancólica, y presentan una asombrosa cantidad de defectos y deformidades además de numerosas heridas.
A diferencia de los prisioneros que se custodian en el campamento de la Guardia Imperial, estos desgraciados son simples espectadores, habitantes del asentamiento que tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar equivocado en el peor de los momentos.
El sello mide treinta metros de diámetro y está fijado mediante gruesas abrazaderas que lo sujetan a la piedra por todos sus lados. En el centro del sello hay grabado un relieve del águila imperial, cuyos ojos parecen miraros fijamente como si estuviera juzgándoos.
Permanezco inmovil durante la larga espera, mientras se abre la puerta, dando ligeros tragos a una botella que llevo conmigo, para entrar en calor. Que intercalo con un cigarrilo antes de ponerme de nuevo la mascara. Ese gas amarillo no me da muy buena espina. Me recuerda a los vapores de la Mandragora asesina
Y por usted también comisario. Espeto tras sus palabras, tirando el cigarro al suelo y colocandome de nuevo la máscara preparandome para entrar
pagué el doble por el microcomunicador, por eso lo de la calidad.
Mientras las bestias abrían el sello, Albrek revisaba su equipo, se colocaba las lentillas recién adquiridas, probaba el intercomunicador, y comprobaba que la mira laser funcionaba. Comprobó además que llevaba agua y algo de alimento, no sabían cuanto tiempo iban a estar en la mina encerrados.
Cuando por fin el sello cedió, observo con atención la tensión de los guardias y del propio Nihilius, y , desenfundando su arma se adelantó un poco sobre el resto del grupo para echar un ojo al interior.
- Tenedlo por seguro comisario, El Emperador vela por todos nosotros, no desfallezcan.-
Mecagüen... y yo ahora sin máscara ni ver en la oscuridad... voy a tener que ir con una puta lámpara, delatando mi posición, mientras mis compañeros avanzan tranquilamente... que ironía, seré el cebo para los herejes... en fin... y todo porque aquel puto comerciante no "supo" decirme donde encontrar las lentillas... hay que joderse...
Arrugando un poco la nariz debido a los vapores amarillentos, penetro en la mina tras mis compañeros. Ya una vez dentro, les comento en voz baja.
Compañeros, ha sido un placer conoceros. Me temo que no tengo visión nocturna, y voy a tener que ir con una puta lámpara, y seré como la miel que atrae a las abejas. Así que mejor será que me separe de vosotros para que los veáis. Confio en que me libreís de alguno de esos cabrones de vez en cuando... y aguantaré cuanto pueda...
Mi tono es de pesar, mientras me voy internando y la luz que proviene del exterior va disminuyendo inexorablemente...
Pues eso, que no veo un cagao, asi que ya me direis como lo hacemos. Pero me temo que no podré servir mas que como carnaza...
- Creo que es una mejora que tendré que añadir a mi lista de bendiciones del Omnissiah, yo me quedo contigo.
PNJotizado
Teccus tampoco ve en la oscuridad
Antes de que Zaddion se internase en la oscuridad de la mina, Albrek le agarra del hombro no dejándole avanzar en esas condiciones y al oir a Teccus se gró preocupado por ambos.
-No permitiré que sirvais como carnaza de ese modo. Avanzaremos Atellus y yo en cabeza, vosotros irés detrás de nosotros, aún no sabemos si la mina tiene algún sistema de iluminación, que seguramente si por pobre que sea.- dijo mientras miraba a Atellus, esperando que este aprobara su decisión.
No lo tengo claro...
Meneo la cabeza a modo de negativa.
Incluso de haber iluminación propia, quizá no deberíamos usarla. Una de las pocas cosas que tenemos a nuestro favor contra esos engendros es que no saben que vamos a por ellos, y la luz artificial les alertaría. Y por muy detrás vuestro que vayamos, necesitamos una lámpara para ver dónde pisamos, y en la compelta oscuridad una lámpara se ve a kilómetros... si el túnel es recto, somos carnaza segura...
Pasamos a la siguiente escena "Capítulo 2: En la oscuridad"