Lleváis a Nana con el capitán Schiller, nadie sabe lo que le pasa a Nana, seguís el camino, ya que es lo único que podéis hacer, llegar a la ciudad a ver si alguien puede curarla o saber que le sucede, pero al cabo de unos días Nana muere sin que podáis hacer nada por ella.
El resto del viaje a Middenheim transcurre sin incidentes. Cuanto más cerca estáis de la ciudad más patrullas militares veis, y menor es la amenaza del Drakwald. Al fin veis a lo lejos el Ulrisberg, el gran peñasco sobre el que está edificada Middenheim. Os alienta ver las banderas del Emperador y del Conde Todbringer ondeando orgullosamente sobre las almena pero cuando os acercáis podéis contemplar la devastación causada por Archain. Hay fosas comunes por todas partes, los muros están agujereados y marcados, y la mitad de la ciudad está en ruinas. Incluso en Middenheim la vida parece ser una lucha. Tan sólo os cabe preguntaros qué os aguarda en la ciudad del Lobo Blanco
Esta es la intervención final, en cuanto pongáis un turno se acabó. Confirmadme quien pasa a la siguiente partida para hacer el traslado
La parte final del viaje discurre en un ambiente de tristeza por la muerte de esa buena mujer, Nana, que se desvivió cuidando de esos pobres niños, los cuales la lloran sin cesar. El resto de la comitiva mantiene el ceño fruncido y el espíritu entristecido y el ogro no es una excepción. Arrastrando los pies, con la cabeza gacha, llegan a Middenheim, la Ciudad del Lobo Blanco, cuna de los orgullosos seguidores de Ulric, como Magnus, el sacerdote cuyos golpes imprimen la fuerza de un ogro y cuya lengua amansa a las fieras...
Si todos los habitantes de Middenheim son del mismo molde, GRUK estará a gusto aquí, con hombrecillos pequeños, sí, pero fuertes y valientes. Las preocupaciones no duran mucho en la mente de un ogro y comienza a animarse al pensar en la cantidad de cosas que podrá hacer aquí y en la comida, aquí tiene que haber comida y bebida en abundancia para un ogro famélico y deseoso de usar sus puños para ganarse el derecho a ella...
¡¡¡GRUK seguir, master!!!
A pesar de los esfuerzos de Magnus, y a pesar de que "Nana" había renunciado a... lo que sea que estuviese haciendo en ese claro al mencionar a sus niños, la anciana acabó por morir a los pocos días, dejando atrás irremediablemente a los pequeños. Magnus, sintiéndose en parte responsable, acabó por intentar ocupar el lugar de la vieja sabia, mostrando un carácter suave y entendedor, muy diferente a su comportamiento normal. Así mismo, ante la ausencia de "Nana", también se acabó por encargarse de los cuidados de Lambert y Aracsám.
Ya una vez dentro de las murallas, Magnus contempló el Ulricsberg y también el Gran Templo de Ulric. Se sintió en paz, pero también alerta, pues la desolación de Archaón aún se sentía en las calles de Middenheim. Sin embargo, encontró algo de tranquilidad en el hecho de, si nadie se oponía, llevar a los pequeños huérfanos al orfanato de Ulric.
Yo también sigo.
Los últimos días de la comitiva pasaron, sin pena ni gloria, para Lambert. Aunque la imagen del Drakwald no le invitaba a relajarse, las continuas patrullas que veían por el camino y la visión de la fortaleza de Middenheim, hizo que pudiera descansar.
Habían sobrevivido junto a varias decenas de hombres y mujeres hambrientos a un viaje que no se antojaba nada fácil, el bretoniano había estado a punto de perder su pierna, pero gracias a los cuidados de Nanna pudo salvarla, aunque tal vez quedara cojo para el resto de sus días.
Aquello le debía de servir como aprendizaje, no entremeterse en los asuntos de los demás y no tomar partido por nada ni nadie.
Llegaron a las puertas de la gran ciudad, los estandartes del Emperador y del Conde Elector ondeaban orgullosos al Sol, pero no era todo espléndido, el daño del Caos había llegado también a aquel lugar y muchos edificios que recordaba, hoy no eran más que un montón de escombros.
Lambert estuvo preguntando a los guardias por algún médico que pudiera ayudarle a acabar de sanar la pierna, no le quedaba mucho dinero, pero esperaba que una vez curado, saldar su deuda con el sanador.
Se separó de la comitiva con varios abrazos, mientras miraba al capitán Schiller, a Aracsám, Gruk y Magnus sin saber si volvería a encontrarles.
Yo sigo en la brecha master, cojo o no.
Sin apenas haber mediado palabra alguna en el resto del viaje mira la magnificencia que se encotraba ante sus ojos, "un nuevo lugar, nuevas oportunidades, nuevos peligros, y todavia me sigue picando la cara, maldición" en ese momento se encara a sus compañeros y añade - ¿Y ahora que?.
Chicos, deseando seguir la partida
Por cierto, no contesteis a la pregunta, es retorica en plan cliffhanger.