Partida Rol por web

Emeldir se apresuró tras Nymrael a comprobar el estado del enano evitando el charco de pulpa sanguinolenta en el que se había convertido Freyna. Se apoyaba en el cayado pues él también lo había dado todo y respiraba con dificultad después de haber usado su cuerpo como conductor de la energía eléctrica en múltiples ocasiones.

- Yo tenía unas hierbas...-Empezó a decir mientras rebuscaba en los múltiples bolsillos de su túnica. A todo hacía un gesto de asentimiento el brujo noldor. Que ataran a los orcos, que curaran al enano, que liberaran a Vardamir y Anna Craven. Todo aquello era necesario, por supuesto, pero él se acercó a los cuerpos desnudos y presos de sus compañeros y los liberó de sus ataduras. De un corte brusco y rápido liberó a Anna Craven. Con delicadeza y tomándose más tiempo para ver el espectáculo liberó después a Vardamir.Las comparaciones son siempre odiosas. La bardo no podía estar a la altura, con sus caderas anchas y carnes blandas, no podía ni asemejarse al cuerpo de un elfo esculpido en mármol.- ¿Estás bien?- Dijo posando sus delicadas manos sobre el elfo, ayudándole a levantarse. Que de Anna se ocupase Leofric que para eso era de su misma raza. Una vez liberados había que actuar rápido. - Veamos qué hay en esos fardos.

Preparo mi hechizo durante 19 asaltos, el de nivel 7 (curar 50). Y se lo lanzo al enano

Anna Craven, asintío levemente como muestra de gratitud cuando Emeldir la libero de sus ataduras. Se incorporo lentamente,intentando recordar como habían llegado a caer en manos de aquellos orcos. Miro su hermoso cuerpo desnudo y no vio signos de haber sido mancillada, vistiendose rapidamente a continuación, sintiendo cierto pudor ante la presencia de sus compañeros.

Observo la escena con más atención, y vio como sus compañeros habian maniatado a dos sucios orcos, los cuales parecían dormidos, -reconocía ese tipo conjuro, ya que ella lo utilizaba en su beneficio.

Continuo observando con más atención, por los restos de sangre y huargos muertos había habido un gran combate.

Riwen inmoviliza a uno de los orcos y Vardamir arrastra al otro a las caballerizas, donde lo encierra tras amarrarlo bien.

Tras un par de puntapues de la elfa el orco que parecia ser el jefe se despierta con una cimitarra al cuello.

El uruk se rie en la cara de Riwen.

COMEME EL RABO ZORRA ELFICA

Emeldir, nada mas abrir los fardos ves que contienen magnificas piezas de armadura y hermosas espadas que refulgen con luz azul.

Qué rabo? - Le dijo al mismo tiempo que pinchaba varios centímetros la entrepierna del "mierdorco".

Si no me lo dices tú, me lo dirá otro. Así que si no quieres perder toda tu miserable hombría, contesta! Quién es tu amo? - Dijo con tranquilidad. La punta de la cimitarra seguía clavada sin retirarla ni un centímetro.

Terminado el combate, salgo de detrás de mi cobertura donde estaba escondido, devuelvo la flecha al carcaj, mientras observo con seriedad lo allí sucedido, me acerco al huargo y arranco mi espada de su cuerpo recuperándola, limpiándola con esmero y devolvéndola a su funda, en ese mismo momento veo el cuerpo despedazado de mi compañera enana, al verla recito un antiguo texto - " Los caminos siguen avanzando, sobre rocas y bajo árboles, por curvas donde el sol no brilla, por arroyos que el mar no encuentran, sobre las nieves que el invierno siembra, y entre las flores alegres de junio, sobre la hierba y sobre la piedra, bajo los montes a la luz de la luna. Los caminos siguen avanzando bajo las nubes, y las estrellas, pero los pies que han echado a andar regresan por fin al hogar lejano. Los ojos que fuegos y espadas han visto, y horrores en salones de piedra, miran al fin las praderas verdes, colinas y árboles conocidos " -, dejo sosegarse a mi mente e instantes despues prosigo - " Tu camino Freyna te ha devuelto a tu hogar, sea, descansa en paz " -.

Mi atención se centra ahora en el orco capturado.

AAAAAMÉN
Maaaaacarena ooooé

Al ver lo que contenía el fardo los ojos de Emeldir se abrieron de par en par, como si hubiera visto el rabo del orco que se burlaba de su querida hermana.

- Tenéis que ver lo que hay aquí.- Dijo conservando la calma en su voz.- Pregúntale de dónde han sacado estas reliquias.- Emeldir levantó con sumo esfuerzo el fardo y mostró a sus compañeros las magníficas piezas de armadura y hermosas espadas que refulgían con una luz azulada.Acalorado pro la visión, agitaba la mano frente a su rostro para darse aire. Necesitarían semanas de estudio para identificarlo todo y aún le quedaban cosas de las que habían encontrado en la fortaleza.

Echo un vistazo a los objetos que traían los orcos, pero llego a la conclusión de que no parecen objetos especialmente atractivos, aunque claro pueden ser mágicos y estar sus propiedades ocultas. - " No se, no lo veo claro " - digo mientras acaricio mi barbilla, - " podría intentar lanzar analizar objeto, pero las posiblidades de descubrir algo son muy baja, no se, ¿ alguna idea ? " -

Tranquilos, pronto averiguaremos qué son. Sólo requiere paciencia. - Contestó al bardo. Pero seguía pendiente de una respuesta del orco. 

Así que sois vosotros los que estáis profanando los luchares sagrados - Riwen comprendió que esto iba a ir para largo tras el comentario de Emeldir. - Bien, perderás una parte de tu cuerpo cada vez que no me contestes lo que te pregunte. - Con el filo de su espada cortó los cintos que tenía alrededor de la cintura el preso. Con asco introdujo la punta en la cintura de la prenda y la desgarró a todo lo largo de la pernera, descubriendo sus partes, ya sanguinolentas. 

Vaya, ese colgajo es lo que llamas nabo? Parece más bien un gusano marchito. Necesitaré algo más preciso. Hermano, acércame una de esas espadas de brillo azulado. Si pertenece a nuestro pueblo, cortará como el instrumento de un cirujano la carne de orco. - Y se dirigió al reo. - Quién es tu amo y de dónde habéis sacado estas reliquias? Una pregunta por cada una de tus criadillas. 

La resuelta Barda, se acerco a Leofric y a Emildir, y se puso a estudiar las armas y armaduras.

Permitidme Emildir que toque esa espada corta. Asiéndola miro la belleza y diseño de aquella bella arma, realmente era una obra magistral, al igual que las demás. 

Siguió manipulando el resto de los objetos allí presentes, y unas gotas de sudor, debido a la estupefacción de tal hallazgo, corrió pos su tersa frente. Dirigiéndose a los allí presentes, exclamó:

Compañeros, deciros que son armas y armaduras del oesternesse sacadas de alguna tumba, con toda seguridad y por lo que veo todas parecen tener una manufactura excepcional y magia poderosa. Si las empuñáis y os concentráis descubriréis sus cualidades.

Hemos descubierto un tesoro digno de un rey! Mirando a los allí presentes, ya mas relajada al haber dado tal noticia, respiro aliviada.