Partida Rol por web

Al mal tiempo

∞ - El principio

Cargando editor
15/09/2019, 17:45
Esperanza

Esperanza boquea, se balancea y cae desde el tercer piso al suelo de la montaña.

La nieve, suave y abundante para un día soleado, amortigua su caída. Pese a todo la muchacha nota como su brazo, herido, cruje ante la caída. Finalmente se incorpora, y observa el lugar.

Es una montaña. Agreste. Cubierta de nieve. Una montaña en la que no hay senderos, no hay caminos, y hay algún que otro árbol aquí y allá. Hace frío, pese al sol. La muchacha comienza a vadear la nieve y camina.

Y camina.

Las horas pasan, pero finalmente desciende tras una larga y extenuante caminata. No ve casas. No ve personas. Solo siente frío, aunque mucho menos frío del que pasó junto al autobús. Esperanza está aturdida. Llara, como se llama de verdad, está totalmente aturdida. No sabe donde se encuentra, solo que no está en casa.

Y entonces, tras una larga caminata, oye unas pisadas varios cientos de metros más abajo, en la ladera del valle.

Y los ve.

Incapaz de decir nada, comprendiendo que al final, la esperanza y el destino son cosas muy arbitrarias, Llara cae de rodillas sobre la nieve, y comienza a reírse a carcajadas, los ojos cubiertos de lágrimas.

Cargando editor
15/09/2019, 17:51
Pedro

Pedro camina hacia la grieta, hacia la ventana, cierra los ojos, y entonces se da un cabezazo contra la frente. Ha chocado... Con la ventana. Observa el lugar donde se encuentra, una sala de almacén. Riéndose, avanza hacia la puerta y sale.

El parador le recibe con tranquilidad. De una de las habitaciones sale una familia preparada para esquiar, que le saludan con educación. El padre fuma un cigarrillo. Baja por las escaleras, hacia la planta principal. Un miembro del equipo del hotel levanta la mano, le da los buenos días. Pedro asiente, feliz, atónito. Y oye gritos. Gritos que vienen de la puerta.

Allí ve a una chica de unos veinte años, jadeando. Hablando con el conserje.

- ¡¡Llame al 091!! - insiste la muchacha-. Mi padre está herido, hostia. Yo no sé... Han debido caer por el precipicio. El autobús venía por el otro lado... Y entonces sufrimos un impacto, y ... ¡Enol! FALTA MEDIO COCHE. El coche está partido por la mitad, Enol iba a atrás. Y el autobús... ¡¡LLAME YA HOSTIA!!

Pedro avanza hacia la entrada y mira encima de la mesa del conserje. Allí reposa un calendario.

Diciembre de 1994.

- Guay - murmulla el físico, acariciándose la mejilla. En ese momento, el Pedro de 1994 debe estar abriendo los regalos de navidad. La isla del tesoro de los playmobil. Se acuerda muy bien-. Guay, guay, guay, guay. 

Cargando editor
15/09/2019, 17:58
Director
Sólo para el director

Sandra, como Esperanza, avanza hacia la grieta y cae. Pero a diferencia de Esperanza, no hay nieve. Solo el duro suelo de roca a unos doce metros de altura. Todavía mal herida, levanta la vista y cubre sus manos bloqueando el golpe, pero la piedra le golpea en la cabeza.

Y sin más, llega la oscuridad.

Cargando editor
15/09/2019, 17:59
Director

Miguel y Jose Antonio avanzan hacia la grieta, y chocan con la pared del edificio. Parpadeando, levantan la vista, y ven que están juntos. Quizás hayan tenido suerte. 

Quizás no.

La habitación está vacía y cubierta de mugre. Casi igual que antes. Pero fuera no llueve. Hace calor, más bien. Mucho calor. El cielo está cubierto de nubes pero hace un calor horrible, que fuerza a que se quiten sus ropas antes de bajar. Desde la ventana pueden ver que la carretera sigue allí, pero no veis que la transite nadie. 

Así que sin más recorren el interior del maldito parador. Cubierto de polvo. Vacío. Igual que lo conocen. Y salen al exterior. 

Todo parece vacío. Extrañamente vacío. Hay unas casas al fondo, quizás...

En ese momento oyen un estruendo. Y algo desciende desde el cielo a toda velocidad y se detiene junto a ellos. 

Del extraño vehículo sale un hombre con una camisa de tirantes. Lleva unas gafas en el rostro por las cuales aparecen letras e imagenes, y está bastante gordo. Levanta las gafas y os saluda. 

- You ok? - dice. No le entendéis muy bien-. You seem like salierais of a feria del veinte. The car detectó que había wounded, do you want me to llevaros al hospital?

Quizás el deseo de Jose Antonio ha sido diferente a lo que esperaba. 

Porque está claro que eso no es el pasado.

Cargando editor
15/09/2019, 18:10
Director

Sandra abre los ojos. Se encuentra en una cama vieja e incómoda, cubierta por unas mantas. Alguien la ha vendado y la ha curado. También le han atado las piernas a la cama. En el momento que se incorpora, una mujer vestida con una camisa y un pañuelo en el pelo, entra en la habitación. 

- Espertóse - grita hacia la casa donde te encuentras-. A ver, mocina, ¿quien yes? ¿Yes una francesa, o que hosties? Eses ropes nun son españoles, eso dígotelo yo. 

En ese instante en la sala entra un hombre vestido con una casaca azul, una chapela, y un viejo fusil con una bayoneta. El tipo te mira, mira a la mujer, y cogiendo una silla se coloca al lado de la cama. Tiene un rostro feo y algo desagradable, pero tranquilo y calmado. 

- ¿Cómo te llames? Empecemos perhí - dice el tipo. Toma una pausa y levanta la mano hacia ti -. Yo llámome Faustino. Comandante'l batallón de Lena. Tengo que sabelo... ¿Qué hacíes ahí sola? Cuntame la tu hestoria. Por favor.

Cargando editor
18/09/2019, 09:30
Miguel “Michael” Argüelles

Miguel no paraba de mirar a un lado y a otro con asombro ¿Estaba en una película? ¿Realmente iba a ser un verdadero héroe de acción? En los primeros momentos de euforia, el joven no fue consciente de las múltiples implicaciones que tenía estos, no volvería a ver a su familia, a sus amigos, sus comics; su anterior vida, tal y como había predicho Carlos, había sido borrada.

Vio a su lado al cura y eso le reconforto un poco, estar en un nuevo mundo con alguien conocido siempre era más llevadero que estar uno completamente solo. Padre... ¿Qué cree que ha pasado? Hemos viajado en el tiempo como en Regreso al futuro… ¿Dónde está el Delorean, o ha sido más a lo Terminator, una explosión de energía? El chico se puso serio y trato de imitar la voz de Constantino Romero doblando a Arnold Schwarzenegger. NECESITO TU ROPA, TUS BOTAS, Y TU MOTOCICLETA. Miguel no paraba de hablar tratando de ocultar su nerviosismo.

Entonces apareció la nave, el extraño personaje y su peculiar acento mezcla de espaninglis. No sé qué ha pasado. No somos de aquí. ¿Dónde estamos? Perdón por no presentarme, soy Miguel “Michael” Argüelles. Como buen español que habla con alguien que parece no entenderle, Miguel iba hablando cada vez un poco más alto has que las ultimas frases las dijo casi gritando. NECESITAMOS AYUDA

 

***

Los años habían pasado y Michael termino adaptándose a su nuevo estilo de vida, era lo que siempre había deseado, vivir su propia película de acción. El contar con el apoyo de José Antonio el ayudo mucho, era su mentor particular, su Maestro Miyagi si esto fuera Karate Kid, su Obi Wan si esto fuera Tatooine. Michael entro en la nueva policía donde se convirtió en un prestigioso investigador, pero la corrupción y la falta de escrúpulos de la nueva policía le llevaron a ser odiado por sus compañeros y buscar la justicia por su mano.

Muchas noches, cuando las partículas de suciedad del cielo caían sobre la ciudad de Old York como nieve cubriéndolo todo de un manto gris. Miguel pensaba en el viaje en autobús, es su familia y amigos, y en Sandra, la chica morena que le había salvado de la muerte.

 

***

 

En 1972 2099 cuatro dos de los mejores hombres del ejercito americano de la nueva policía de Old York que formaban un comando una patrulla, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos, hoy buscados todavía por el gobierno el consejo colonial de la tierra sobreviven como soldados de fortuna, si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos....

Cargando editor
03/10/2019, 20:57
Sandra Arango

Cuando Sandra abrió los ojos pensó que todo se había tratado de un mal sueño, una pesadilla producto de la ansiedad después de los días de vacaciones, algo que le ocurría cada vez que volvía de estar con su familia. Pero se fijó mejor en el techo y, con un leve movimiento de cabeza, se fijó también en toda la habitación y le resultó completamente desconocida. Y ahí fue cuando el miedo la dejó paralizada. ¿Dónde coño estaba? ¿Todo había sido real? ¿Estaba muerta y aquello era un purgatorio específico para ella?

Intentó moverse y se dio cuenta que las piernas no le hacían caso y, cuando miró hacia ellas, se dio cuenta que alguien se las había atado. ¿Había sido el Carlos adulto? No, no podía ser posible, todos habían ido hacia el resplandor y… ¿Todos? ¿Dónde estaba Miguel y el sacerdote y Gero y…?

Dio un respingo al escuchar la voz de una mujer muy cerca de ella. Cuando la miró, creyó estar viendo la típica estampa de una paisana vestida con el típico traje regional un día de desfile y, por su manera de hablar, le recordó a su abuela, quizás por eso entendió todo lo que le estaba diciendo.

¿Francesa? No… no comprendo —consiguió musitar sorprendida. Desde luego no tenía acento francés, en todo caso se le podía haber pegado algo del acento madrileño de los años pasados allí, pero desde luego francés no.

Pero la joven quedó con la boca abierta al ver aparecer al hombre, seguramente el marido de la mujer que le había hablado. Aquella parecía una estampa sacada de la Asturias del siglo pasado y, por las palabras del hombre llamado Faustino, no debía estar muy desencaminada. Hizo un esfuerzo intentando recordar las conversaciones con los abuelos, buscando las palabras que había aprendido de bable a pesar de lo mal visto que estaba y, sobre todo, a pesar de los problemas que tenía la Academia de la Llingua. Quizás si la oían hablar así no la tomaran por una extranjera o una enemiga.

Llámome Sandra y soy de Uvieu —comenzó a decir mientras hacía un esfuerzo por encontrar las palabras—. Si vos cuento la mio historia nun vais creeme… —Sandra era consciente que explicarles a aquellos dos lo que había sucedido sería  como colgarse un cartel de loca en la frente, pero… ¿qué otra cosa podía hacer?—. ¿Onde toy? ¿Qu’añu ye? —Primero tenía que corroborar que aquello no era ninguna broma y que sus temores eran reales y después…

Después Sandra contó a Faustino y su mujer una increíble historia que, si ellos la creyeron, será algo que no sepamos, pero que por lo menos sirvió para explicar sus ropas, que para ellos eran de otro mundo y, sobre todo, para disipar las dudas de que ella era el enemigo.