Aparté el plato vacío.
-¿Los indígenas hablan portugués? -esperaba que no hubiera más sorpresas como las de la lluvia.- ¿Sabe lo que pasará con ellos cuando se marchen?
... ¿LOL? XD
- No se que pasará con ellos, cosa que me preocupa, pero sé que podrán salir adelante. No hablan portugués, sino un dialecto muy diferente
-¿Sabe algo de ellos? Aparte de en qué lugar se encuentran. Costumbres, o similar. La verdad, me sorprende saber que iba a llover... No nos dijeron nada.
Me arrepentía ligeramente de no haberle dado ese puñetazo al enlace.
Cada vez que se nombraba la lluvia entrecerraba los ojos y miraba a Nathan.
Si al final resultará que es la chica del tiempo...
No acabé toda la comida y de repente le pregunté a Folçinho:
-¿Ese rifle para qué es?
- No se mucho de ellos, he ido a su campamento, pero no hablan con desconocidos. Para los que no viven en la selva es dificil saber el tiempo... ya se acostumbraran si pasan aqui años como yo- Fonçinho mira su rifle, después a Jack- Vamos a adentrarno en la selva, si nos atacan algunas guerrillas, cocodrilos, o cualquier especie salvaje, agradecerá que lo lleve, se lo aseguro
Mientras habláis veis como llega un helicoptero, unos seis hombres se bajan del helicoptero, tienen vestimentas de soldados, se mueven de forma sincronizada, otros seis hombres llegan al campamento por tierra, empiezan a buscar en el campamento sin llegar a entrar en ninguna tienda. El que parece el jefe se acerca a vosotros, a su lado hay dos hombres, su escolta personal, tienen pinta de boxeadores, altos, negros, calvos, sudorosos y muy cachas.
- Soy el capitán Rumeu- los hombres de Don Pedro agachan la cabeza e intentan pasar desapercibidos, Don Pedro aunque no dice nada se le nota el desagrado en la cara- Verán, en mi pais, lamentablemente, hay sujetos que desean lo peor para su patria. Se oponen al progreso porque creen que la pobreza les beneficia. Y son fanáticos, muy peligrosos. Les matarían a todos ustedes sin pestañear. Nuestro trabajo es evitar que esos bandidos les hagan algo malo, estamos aqui para protegerles. Si han visto algo anormal, les ruego me lo hagan saber y no duden en avisarnos si lo vieran en el futuro
En este momento hubiera deseado quedarme en casa. Pero ya no había marcha atrás... Desgraciadamente.
-¿Anormal? ¿Anormal como qué?
Esto cada vez olía peor. Y no era por el cagadero. Todo tenía mala pinta desde el principio... Tendría que pedir un aumento de sueldo en cuanto salieran de esta.
Miré a los tipos y pensé:
Mercenarios.
Pegué una ojeada a las armas que llevaban por si alguno cayese, reciclarla... pero cuando escuché lo de algo anormal, miré a los dos negros afeitados y sudorosos, y se me escapó la risa:
-Si, si, tranquilo, si vemos algo mas anormal ya le avisaremos.
Lancé una mirada asesina a Jack. ¿Por qué a mí? ¿POR QUÉ? ¿Acaso existe algo peor que tener a Jack haciendo bromas con gente armada? De repente me dio un escalofrío... Y la sensación de que iba a descubrir que había algo peor.
-¿Es que no tienes sentido de supervivencia? -susurré por lo bajo.
Contesté:
-Si, en una escala del uno al veinte tendría un once.
Susurré unas cuantas blasfemias en gaélico mientras esperaba a que me respondieran... Y que no matasen a Jack por reírse. Joder... Ya había tenido que enterrar a demasiada gente últimamente... Dios, si estás ahí... Quiero unas vacaciones normales y unos trabajos normales... Sin fantasmas, ni extraterrestres ni seres sobrenaturales ni peligro de morir... ¿Es mucho pedir? Aunque bien pensado... Dios no querría para nada a un alguien como yo... Quizás debería rezarle a Lucifer.
Jack mira las armas de los soldados puede ver claramente que cada uno de ellos lleva un fusil de asalto y una beretta
- Pues algo anormal- dijo el capitán como si hablara con un idiota
- ¿Y que le iba a interesar aqui a un guerrillero, en mitad de ninguna parte?- intervino Don Pedro
- La presa, por supuesto. Quieren acabar con ella a toda costa
Don Pedro sonrie
- Para destruir la pared haría falta una bomba atómica...
- Pero las personas no son tan resistentes. No debería hablar así, Don Pedro. Si quieren atentar contra este proyecto no dude ni por un momento que usted estará en su punto de mira... Buenas noches caballeros
- Chicos vayanse a dormir, mañana será un largo día- os recomienda Don Pedro
Con los nervios a flor de piel volvimos a nuestra tienda de campaña. Me eché de nuevo repelente, aunque realmente, tenía el cuerpo como si tuviera una enfermedad cutánea de los ronchones de las picaduras.
-Jack... I'm afraid...
Apenas podía respirar de la tensión que notaba a mi alrededor.
-¿Crees que matarán a Don Pedro?
-Duerme, con los mercenarios que hay no pasará nada, y si pasa los disparos nos despertarán. Además, son anormales, jajajaja, lo ha dicho su jefe, jajajaja.
Parecía mentira, pero me dieron una sensación de seguridad, así que me tumbé otra vez.
-Jack... Esa gente no son de fiar... ¿Acaso no has oído lo que han dicho?
Me senté a su lado y le agarré de los brazos, conteniéndome para no zarandearlo. Necesitaba una paciencia infinita, pero conseguí contenerme.
-Jack, no quiero que muera más gente. No... -la verdad, no quería ni pensarlo.
-Duerme, hoy no harán nada. -dije en voz baja- sólo han venido a que sepamos que están aquí.
Con los ojos ya cerrados:
-Eso no podemos evitarlo, l agente muere cada día, es ley de vida.