Desde el momento en que el extraño y escurridizo hombre les dio las armas y desaparecio hasta ahora, Guilles se habia quedado atonito ante aquel suceder de sorpresas...
-"No...Esto no esta bien..."
Guilles se queda mirando a Millicent que parecia mas sorprendida que el aun, y parecia no quitar ojo de aquella espada que acababan de recibir. Ya recompuesto, se acerca a la chica y le da una palmadita en la espalda con una sonrisa sarcastica que podria haber dicho mas que mil palabras:
-"Parece que al final tenemos lo que andamos buscando...¿O no?"
Dicho esto se gira hacia Marcus cuando este se acerca a la pareja, algo perdido tambien con lo que acababa de ocurrir en ese cuarto.
-"Yo tambien opino como Marcus, podemos ir marchandonos, cuanto antes nos alejemos de aqui, mejor..." Una pequeña pausa para pensar.
-"...¿Estais los dos bien? Por que no querriamos perder la cabeza antes de entrar en combate si quiera. Opino que dado el devenir de sucesos al que nos estamos enfrentando, deberiamos quedarnos juntos; no se si opinais como yo, pero todo esto huele mal desde antes que nos conocieramos...Digamos que tengo buen olfato para los problemas. Lo mejor sera que a partir de ahora nos andemos con ojo."
El escudero parece haber recuperado la confianza en si mismo poco a poco desde el momento que se conocieron hasta ahora. Vuelve a mirar las espadas que acaban de recibir, envaina la suya y se dirige hacia la bolsa con comida...Parece que esta listo para partir...
¡Jajajaja! -ríe Millicent como enloquecida, antes de que el hombre pueda marcharse con su juego de humo y espejos-. ¿Qué os hace pensar, famélico hombrecillo, que antepondría mis deseos personales a mis deberes como soldado? -pregunta sincera, con los ojos chisporroteantes de ira-. Soy Capitana de La Guardia de Brightfall, y 100 o 120 sospechosos del "robo" de mi espada cabalgan en la misma dirección que yo debería haber tomado hace horas -señala-. De ahí mis prisas. Prisas que tengo desde la tardía hora en que he sido lebantada.
Luego el espía de La Dama rpopone la entrega de nuevas armas, y deja muy claro que desea que los aventureros partan ya. Pero, antes, se entretiene hablando sobre cosas pasadas con Marcus... Luego, hace su magia y desaparece.
Millicent no añade nada más. Sus dos nuevos compañeros han dejado muy claro que ya es hora de irse y ella está totalmente deacuerdo.
Tras muchos infortunios y con no demasiado buen humor, por fin parece que os podéis poner en marcha. Con provisiones y equipo para emprender la misión, nada parece que haya ya que os retenga en el lugar. Pero...
-Antes de que os marchéis definitivamente, tengo el deseo de hablar con vosotros. Se que muchos infortunios os han acaecido desde que despertasteis, más ninguna mala noticia albergo en mi seno. Es más, puede que os sea de mucha ayuda lo que tengo que deciros-
Una voz resuena en vuestras mentes, miráis el pasillo más nadie hay en él. El eco del mensaje aun se repite en vuestras cabezas y las miradas de extrañeza de vuestros compañeros os hace pensar que todos lo habéis oído ¿pero cómo? ¿Y dónde está este misterioso personaje? Como respondiendo a vuestro pensamiento, un camino se dibuja en vuestro interior, primero unos pasillos, una puerta grande, una capilla se abre ante vosotros, la imagen continua moviéndose hasta el fondo de la sala a la derecha, donde hay una puerta pequeña que da a unas escaleras descendentes. La visión desciende varios pisos hasta llegar finalmente a una puerta cerrada al fondo de un largo pasillo. Entonces, tras unos segundos, la imagen se apaga, dejándoos plantados en mitad del pasillo donde os encontrabais.
Guilles parece perder el sentido durante unos instantes, cuando por su mente comienza a dibujarse unas imagenes que el no estaba pensando...Cierra los ojos durante un segundo y vuelve a abrirlos.
-"¿Ha sido real?"
Como respondiendo a su pensamiento, las palabras salen de su boca:
-"...Vaya, parece que aun no vamos a poder marcharnos...No se como explicarlo chicos, pero creo que he tenido una especie de...No importa, adelantaos vosotros, yo he de comprobar una cosa..."
Dicho esto, el actualmente escudero comienza a andar por los pasillos intentando seguir el camino del recuerdo que aun le quedaba en la mente de aquella extraña vision...Cuando lleva unos metros, se gira para comprobar que nadie le sigue, y si es asi, comienza a andar con cuidado, teniendo en cuenta cada paso que daba y comprobando cada esquina que giraba...No le gustaban nada los juegos mentales...
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: Sigilo
Resultado: 18(+9)=27
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Percepcion
Resultado: 16(+7)=23
Guilles percibe claramente, como a pocos pies de distancia la joven Capitana sigue sus pasos de forma automática.
No es recomendable que, a estas alturas, nos separemos -le dice a Marcus a modo de excusa-. Vayamos tras él.
Millicent ha oído en innumerables ocasiones términos como telepatía, telequinesia, polimorfismo, piroquinesis, etc. Está familiarizada con la magia y los poderes místicos (más que nada a causa de su breve romance adolescente con el joven Ponder, un aprendiz de mago de la ciudad), pero no desea manifestar la experiencia vivida en voz alta…
Marcus se frota los ojos, pues acaba de ver algo que no esperaba.
Los movimientos de Guilles son como una sombra, sus pies silenciosos se deslizan eficazmente por la piedra y su cuerpo se fusiona con cada columna o recodo volviéndolo invisible. Lo único que permite a Millicent y Marcus no perderle es el echo de que ellos conocen igualmente el camino que ha tomado el escudero.
Siguen el camino de la visión, ocultándose cuando aparece algún criado a fin de evitar incómodas preguntas, más una vez pasa el peligro, siguen internándose en aquellos pasillos en busca de la visión. Finalmente llegan a la capilla y al fondo ven la puerta con las escaleras que había en su visión y sin más, descienden hacia la penetrante oscuridad, únicamente rota por la débil luz que producen pequeñas antorchas situadas cada cierta distancia en la pared.
Finalmente llegan al pasillo con el que terminaba la visión y al fondo, la puerta ¿Qué les esperaría delante? Solo yendo hacia allá, podrían resolver el misterio. Sus corazones latían con nerviosismo, más su cabeza, lejos de todo pronóstico, parece calmada, en paz. Sienten que en el ambiente hay algo purificador y sano, algo bueno. Finalmente abren la puerta.
En un principio solo ven negrura, pero tras unos segundos, sus ojos se acostumbran a la débil luz de la habitación en la que acaban de entrar, una habitación pequeña de planta cuadrada, sin nada en ella salvo por una enorme cortina pegada en la pared del fondo y en el medio, un anciano de extraños ropajes les observa con una sonrisa en los labios
Fin de la escena, seguimos en 00c- Las palabras del sabio. Recordad que solo debeis poneros a vosotros tres como destinatarios, porque en esa escena más tarde apareceran los dos que faltan.