Yo tengo una pregunta, además de nuestra nave, nos devolverán también nuestras cosas? No es que tenga el síndrome de diógenes, pero me gustaría recuperarlas.
Y si no nos las devuelven, ya encontraremos el modo de conseguirlas de una manera u otra, una puerta nunca está cerrada del todo al fin y al cabo.
Mormorac sonríe divertido, sin apartar la mirada de su interlocutor.
- Discúlpelos Sr Gobernador. - Graznó, sin dejar de sonreír. En su dentadura brillaban varios dientes metálicos. - Son jóvenes. Impacientes. Carecen de la experiencia y educación necesarias para tratar cuestiones serias como una negociación entre caballeros. Cada uno de ellos es el mejor en su puesto. Pero siguen necesitando un capitán.
Se arrellanó en el asiento, mas calmado, mas sosegado. Ahora tenía un poco mas claro que terreno pisaban. Aquel bastardo era de los que usaban la zanahoria antes que el puño de hierro. Había bastantes posibilidades de que el pago se debiera a que sencillamente no esperaban que regresasen. O si lo hacían, no tenían ninguna intención de cumplir con el contrato. Por ese motivo...
- Es una... oferta interesante. - Dijo con soltura, de manera pausada. Compuso un gesto de pesar mas falso que un póster firmado de la Emperatriz, mientras hilaba con cuidado su contraoferta. - Pero incluso decomisando la bonificación de todos los tripulantes, no cubro los gastos de combustible, atención médica y munición. Queda en el aire también la sencilla cuestión de que no tengo una autoridad a quien apelar en caso de que usted se declare no satisfecho con el trabajo. Resumiendo, como responsable de estos hombres, tengo que garantizar que no matan y mueren por nada. Así que como muestra de buena voluntad, ¿consideraríais pagar 200 por tripulante? Por supuesto, con un adelanto adecuado. ¿Digamos el 50%?
¡Me ofende usted señor Mormorac! - dijo Adenof enfadado - Soy el gobernador de Adelbor, nombrado por la mismísima emperatriz. Mi palabra es una prueba válida en cualquier juzgado de este sistema. ¡Por supuesto que puede fiarse de mi! - hizo una breve pausa en la que se estiró y recompuso su atuendo, carraspeó y visiblemente más calmado siguió hablando - Y como prueba de buena voluntad y para que vea que quiero que todos salgamos beneficiados de esta situación no tendré inconveniente en ofrecerles 200 créditos por tripulante. Eso si, sólo les adelantaré el 25% porque no necesitarán más ya que respondiendo a la señorita Mercy, todos sus efectos personales les serán devueltos cuando vuelvan al Pandora.
La sonrisa de Mormorac se vuelve exultante por un instante. Después se encoje de hombros con una cara de circunstancias algo dramática.
- No deseaba ofenderle Gobernador. - Musitó con su mejor tono de granuja flemático. - Solamente sentaba las bases de la negociación. Soy un empresario honrado y sincero. Me alegra sobremanera que compartamos esa honestidad. Sus condiciones son satisfactorias. ¿Firmamos?
Firmamos entonces capitán Mormorac. Su nave está disponible en el hangar P03, mis hombres la han preparado para partir inmediatamente. Podrán encontrar sus pertenencias en el interior del Pandora exceptuando cierto cargamento que no era del todo adecuado para las circunstancias actuales. Se acaban de transferir a sus cuentas personales 50 créditos del adelanto. A partir de ahora caminarán por las instalaciones sin escolta, espero que sean dignos depositarios de la confianza que les brindo señores. Les espero a la vuelta para que me presenten su informe.
Adenof se dio la vuelta y empezó a teclear en un terminal.
Y ahora si me disculpan, tengo que atender el resto de mis obligaciones. Nadie dijo que fuera fácil ser el gobernador de Adelbor.
Y como si la estancia obedeciera los deseos y órdenes de Adenof la puerta de entrada se abrió con un siseo, como invitando a los visitantes a abandonar la sala mientras El gobernador les miraba con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.
-Ha olvidado mencionar las raciones de comida Gobernador... ejemmmejemmm (carraspera por la vergüenza) ¿podremos comer algo, verdad Señor?
Si Rona no comía en todo el día y tenía dolor de estómago por este motivo podría ponerse o de muy mal humor o depresiva. A veces rompía cosas y otras veces lloraba como un bebé abrazada a sus rodillas.
Mormorac parpadeó unos instantes, casi como si esperase que realmente firmasen algo tan arcaico como un contrato. Después se puso en pié como un resorte, la sonrisa de mercachifle aun plantada en su rostro. Con algo de garbo, se quitó el sombrero e hizo una reverencia cortesana al Gobernador, en la que se intuía no poca sorna.
- Gobernador... como he dicho, un placer.
Después se encajó el sombrero y dio media vuelta, la sonrisa borrada de su geta granujienta casi por ensalmo.
- Vamos perros siderales. Tenemos un trabajo que hacer. En marcha.
Listo para embarcar, Master.
El gobernador ignoró las palabras de la tripulación del Pandora absorto como ya se encontraba en sus quehaceres diarios. Los hombres de Mormorac se dirigieron al hangar P03 donde el Pandora les esperaba. Algunos droides se afanaban poniendo todo a punto para el despegue inminente.
Entraron por la compuerta inferior, la nave había sido revisada a conciencia pero allí estaban todos sus efectos personales además de un par de contenedores térmicos que despedían un apetitoso olor.
Es el momento de hacer inventario, revisar vuestro equipo y decirme si necesitáis algo más.
Mormorac, Rona y Mercy ese fin de semana tenéis que rellenar el equipo. Recordad que en el hilo de creación de personajes tenéis las normas para asignaros el equipo. Con los cincuenta créditos que os adelantó Adenof podéis comprar lo que queráis. En este enalce os vuelvo a poner el PDF del equipo https://cloud.openmailbox.org/index.php/s/AlHf8BUOCEBQ6xn
Mercy, tu además dispones de dos usos diarios de biogel de nivel 1. Tienes que apuntarte una pistola bioherramienta dispensadora de biogel de nivel 1 en el equipo cortesía del máster y te pongo en el hilo de reglas las biogeles de nivel 1 para que me digas cuales preparas .
Ok Máster!!!
Con el mismo paso enérgico, Morlum enfiló la rampa de acceso de su viejo crucero, aquel viejo coloso destartalado y ruinoso. Parecía ahora lleno de energía, en contraste con su habitual aire deacaido. Al parecer, la noción de un destino, un objetivo o cabezas que romper bastaban para hacer que la sangre volviera a bombear en el interior del viejo bastardo.
- ¡Sherezade! - Graznó mientras avanzaba a paso de carga cojitranca. Paso, estampido de pata metálica. Una y otra vez. - ¡Prepara rumbo! ¡Objetivo sístema Tuniger-16, Asteriode 44! ¡Listos para despegue inmediato! Señor Daft, revisión completa de motores y diagnostico de sistemas, seguro que el Gobernador nos ha dejado un regalito para que no nos descarriemos. Matasanos, revisa la enfermería y comprueba nuestros suministros. Chatarra, ayuda al señor Daft. Si vuelves a apagarte o a reiniciarte te tiro al prensador de basura. Señora Rona, armería. Revise nuestro armamento y munición y después compruebe si alguna de nuestras malditas torretas esta operativa. ¡Vamos atajo de basura espacial! - Paró en seco y se volvió hacia ellos con la cara desencajada. - ¡¡MOVEOS!!
Desde luego, aquella energía feroz era un cambio drástico con respecto a su habitual indolencia amargada a medio camino del alcoholismo. Al menos, daba la impresión de saber exactamente lo que hacía... Sin esperar respuesta alguna, reemprendió su paso frenético hacia el puente de mando.
Íbamos corriendo a la nave, y nada más llegar el capitán ya estaba empezando a dar órdenes, a decirnos lo que había que hacer como si no lo supiéramos ya, Pandora estaba arreglada, apenas podía contener mi júbilo. En cuanto el capitán empezó a dar ordenes, no pude evitar una sonrisa. Como en los viejos tiempos. Y tras eso, ir directa a la enfermería era mi prioridad, así que ni corta ni perezosa, me dirigí allí. Con suerte me devolverían mi antigua armadura a la que le tenía bastante cariño, aunque lo más probable es que se la hubieran quedado esos bárbaros.
Dejo esta escena abierta un poco más por si queréis rolear o hacer algo más antes de partir hacia el asteroide 44.
El pequeño Ch1ld asintió a Kimbo antes de levantarse y salir tras el capitán. Parecía que habían hecho un buen trato, recuperarían la libertad así como al pandora con Shiri a bordo. Tenía muchas ganas de verla y hablar con ella. Llevaban años luz conversando, por lo que la echaba mucho en falta. Avanzaron hasta el muelle espacial en el que se encontraba el Pandora y antes de llegar siquiera a la puerta misma de la nave, el Capitán ya estaba graznando órdenes como un viejo cuervo.
- Si... si, señor... -contestó a Mormorac como le había dicho que lo tenía que hacer la ultima vez después de reprenderle por su falta de respeto.
Acompañó a Kimbo hasta la sala de máquinas, no quería cometer ningún error por lo que centro el 100% de la atención de sus sistemas en ayudar al técnico de la nave.