Partida Rol por web

Escena para Zulene.

Estas sola cerca del lugar donde estabais en esa lucha encarnizada contra los perros/hiena ... los demás han salido corriendo para un lado o para otro, menos tu que te lanzaste a un lodazal enseguida que pudiste y te escondiste entre el barro y las plantas cuando paso el inmenso Thanator cerca de ti sin percibirte.

Desgraciadamente es imposible que los alcances, pues ellos están corriendo a toda velocidad y tu tienes que mantener un perfil bajo.

Pasan los minutos en los que permaneces en silencio y callada ... parece que ya no hay animales peligrosos cerca, y los pájaros o animales pequeños retoman sus ruidos típicos de la jungla.

Uff, ha faltado poco para acabar hecha pedazitos como alguien que yo me sé (no quiero ni pensar su nombre)...

Pero parece que ha pasado de largo. De todos modos no quiero quedarme sola en este lugar, será mejor que trate de incorporarme al grupo al que no ha seguido la bestia.

Volviendo sobre sus pasos con sigilo y precaución (no será la última criatura que nos crucemos) Zulene busca el rastro de los dos grupos para seguir el del grupo que no está siendo perseguido.

Podrán llamarme cobarde, pero intentaré que no cadaver...

De momento te dedicas a seguir el rastro de los demás ... rastro fácil de detectar, pero eso no quiere decir que los puedas alcanzar con facilidad, pues al fin y al cabo, ellos salieron corriendo y tus vas intentando ocultarte de lo que haya en la jungla.

Pasas alrededor de todo tipo de plantas exóticas e incluso algún animalucho rechoncho con pinta inofensiva.

Alcanzas un lugar donde paulatinamente el desnivel va aumentando, como si estuvieras en la falda de una montaña, hasta llegado el punto en el que deduces que el grupo de Ellis termino escalando hacia arriba ... no muy difícil debido a las raíces y plantas que hay.

Por suerte continua siendo un rastro fácil de seguir.

Zulene sigue fácilmente el rastro, aunque lentamente, con suma precaución para no ser detectada. Nunca se sabe lo que es mortal aquí.

Te dedicas a trepar por la montaña/ladera hacia que llegas al terraplén elevado donde parece que han descansado los demás .. encuentras los restos de hierba aplastada donde se han sentado seguramente las chicas y las huellas que ha dejado Ellis que parece no haberse sentado.

Desde aquí tienes una buena vista de la jungla, pues estas por encima del techo de arboles que impedía la visión y puedes regodearte con la esplendida visión panorámica del planeta, con sus gigantescos arboles que sobresalen de los demás como torres retorcidas de madrea, sus aves voladoras mas parecidas a pterodactiles que a los pájaros terráqueos o la imagen del planeta al que órbita Pandora y que ocupa gran parte del cielo.

Detrás tuyo se puede observar una irregular ladera mas o menos descubierta de arboles pero muy llena de vegetación variada y exótica que va subiendo un camino hacia mas arriba de la montaña, pasando por entre las protuberancias de roca y extrañas formaciones que decoran el desnivelado paisaje.

Parece que Ellis realmente sabe donde va, pues siguiendo ese camino se puede ver la negra humareda de vuestra lanzadera.

No obstante pronto te das cuenta de que te están observando ...

Cerca de ti hay toda una serie de plantas de unos dos metros con una cabeza similar a una trompeta que te están mirando. Pruebas de caminar a un lado y efectivamente las cabezas siguen tu movimiento.

Esperando que la reacción de las plantas sea más algo reflejo que un interés real en mi, cruzo la explanada manteniéndome a una más que prudente distancia del conjunto. Si no realizan ninguna acción amenazante, con un suspiro de alivio, sigo el camino ladera arriba.

Parece que ya no hay peligro y, para mi gusto, ya he pasado demasiado tiempo sola. Así que acelero el paso para alcanzar a mis compañeros cuanto antes.

Si en algún momento pierdo de vista la humareda de la lanzadera me paro a observar cualquier punto de referencia que me permita mantenerme en la dirección correcta.

Sigues el rastro de tus compañeros hacia la el nubarrón negro ... son el mismo camino hasta cierto punto, donde de repente parece que el grupo dio un rodeo a un pequeño campo de florecillas de agradables colores y aromas perfumados.

Desconoces exactamente por que se han desviado ... ¿quizá no querían pisar las flores?

Luego, mientras estas siguiendo su rastro desviado te das cuenta que entre las flores hay una especie de insectos amarillos revoloteando ... son grandes (del tamaño de un pomelo) y tienen un aspecto agresivo.

Continuas el camino siguiendo el rastro y a lo lejos puedes ver el grupo, esta delante de una hilera de helechos ... están parados observando delante de si.

Apremiada por mis ganas de nueva compañía coloco los labios para silvar...

... pero en el último momento me reprimo, puede que algún peligro los aceche y no quiero estropear su intento de no llamar la atención.

Con cuidado, intentando saber qué observan, aprieto el paso para alcanzarlos.

 Bien, me estaba poniendo nerviosa tanta soledad, tanta plantita y tanto bicho.

Cuando estoy a unos cuatro metros de ellos me atrevo ya a llamar su atención.

Pss, eh! Me ha costado, pero os he alcanzado, llamo en un susurro.