La situación es peliaguda, estamos cerca de nuestro bote pero no seguros, salir hacia él puede ser un suicidio.
La treta para localizar indios no parece dar resultado, o no hay nadie en las cercanías.
- O no quedan más indios por aquí, o han oido más tiros de los que parecen.
Trato de buscar alguno emboscado entre la maleza, si no, habrá que salir y rápido al encuentro de nuestro navío.
Tirada: 1d100
Motivo: Otear
Dificultad: 51-
Resultado: 36 (Exito)
Tirada para buscar indios escondidos.
La selva parece desierta y no se ve absolutamente nada.
- No parece haber nadie, dejemos un cofre oculto aquí y vayamos con el otro al bote, si nos atacan, lo dejamos y a correr, ya volveríamos a por el otro. Tapo con unas ramas uno de los cofres y cojo el otro de un asa con las manos.
- El que quiera, que ayude, hay que darse prisa.
Estoy contigo Cifuentes.
Digo mientras me preparo para cumplir aquel plan.
-No estoy seguro de que el cofre esté aquí a buen recaudo. Pueden encontrarlo. Pero está bien, hagámoslo. Albatroz y yo os cubriremos.
Trata de ocultar lo mejor posible el otro cofre, y escolta el primero de ellos.
Yo tambien os cubro..... chicos... esperemos llegar a buen puerto...
Dije mientras empuñaba mi arcabuz con mi única mano.
Segun entiendo, Juan y Santiago llevan el cofre.
Juan y Santiago se arman de valor y cargando con el cofre mientras los demás les cubren llegan a la chalupa, no son disparados ni tampoco irrumpe un batallón de indios en el claro como esperábais. Todo está tranquilo incluso el río.
No hay indígenas. Lo cual hace aún más inquietante aquel silencio.
-Bien, dejemos este aquí y vamos a por el otro, deprisa.
Un episodio más de la clásica paranoia del jugador : P
Suspiro aliviado al ver que llegamos enteros y con el primer cofre. Ni rastro de indios, pero no podemos fiarnos.
- Todos al bote menos Juan y yo, que volveremos a por el otro cofre, preparad todo para partir, por si fuese preciso hacerlo a la carrera. Nos cubrireis mejor desde aquí, y huiremos aunque sea sólo con parte del tesoro.
Vamos santiago, ya ellos saben lo que eben de hacer, ahora queda nuestro trabajo...
*Digo esto mientras sigo con una mano en la empuñadura de la daga, y la otra en la mandibula aguantando el dolor..
Exelente,por más de que es un poco frustrante aceptar la paranoia,es preferible eso a tener una verdadera emboscada.
Bien,sigamos entonces.Dije aun en una voz relativamente baja,nunca se podia estar demaciado alerta.
Tras cargar la chalupa la colocáis con la proa mirando hacia la dirección por donde vinisteis, a contracorriente del río. Todos os subís a bordo y empezáis a remar rumbo a la costa.
Siguiente escena