¿Creías que Blancanieves era solo un cuento? ¿Que la alfombra voladora era un truco visual? ¿Que nadie puede vivir cien años dormido sin envejecer? Error.
Los cuentos existen. Las leyendas sangran. Y a veces, cruzan la línea.
Desde hace siglos, ciertas historias se niegan a quedarse en las páginas que las contenían. Así que cuando una mujer aparece cubierta de escarcha en pleno agosto, cuando un niño desaparece tras decir que oyó cantar a una bruja en la pared, cuando alguien empieza a comportarse como si solo pudiera expresarse en canciones... probablemente algo se ha roto.
En el mejor de los casos detrás de tal "contaminación narrativa" se encontrarán héroes errantes, personajes sin un propósito aparente o maldiciones fallidas; en el peor: villanos pseudodespiertos.
La Agencia D.I.S.N.E.Y (Dirección de Incidentes Sobrenaturales, Narrativos, Exorealidad y Yetis) es la encargada de rastrear y contener la irrupción de los elementos narrativos fugados que, por motivos desconocidos, han cruzado al mundo real. La Dirección cuenta con una flota de agentes de campo en la división GRIMM (Grupo de Rastreo e Investigación de Manifestaciones Mágicas) que estudia bajo el nombre de "contaminación narrativa" este fenómeno, rastrea los elementos narrativos fugados y los devuelve a los cuentos y leyendas de los que nunca debieron salir.
A veces los “monstruos” solo necesitan volver a casa. Otras veces, hay que prenderles fuego y enterrar lo que quede en sal.
Porque si no lo hacéis vosotros, nadie lo hará.